Oh Santos Coreanos Andrés Kim
Tae-Gon, Pablo Chong Ha-Sang
y Compañeros Mártires; vosotros
sois los hijos del Dios de la vida
y sus amados santos, porque
fe disteis, de vuestro amor a Cristo,
Dios y señor Nuestro, tanto en la
predicación como así, en la celebración
de los sacramentos. Obispos, presbíteros
y laicos, casados o no, ancianos,
jóvenes y niños, unidos todos
en el suplicio, consagrasteis
con vuestra sangre, las primicias
de la Iglesia en Corea. Y, todos
vosotros, alcanzasteis la gloria
del cielo, al canonizados ser
por Juan Pablo II, llamado “El
grande”, con razón y causa justa,
en el mismo Seúl, para alegría de
Cristo, quien, os pagó así, por vuestro
amor y martirio y entrega total;
oh, Santos Coreanos Andrés Kim
Tae-Gon, Pablo Chong Ha-Sang
y Compañeros Mártires, “luz y amor”.
© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Jueves 20 de Septiembre
Santos Coreanos
Andrés Kim Tae-Gon, Pablo Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires
Martirologio Romano: Memoria
de los santos Andrés Kim Taegön, presbítero, Pablo Chöng Hasang y compañeros,
mártires en Corea. Se veneran este día en común celebración todos los ciento
tres mártires que en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana,
introducida fervientemente por algunos laicos y después alimentada y reafirmada
por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros.
Todos estos atletas de Cristo —tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes
laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños—, unidos en el suplicio,
consagraron con su sangre preciosa las primicias de la Iglesia en Corea
(1839-1867).
Fecha de canonización: Los 103
mártires fueron canonizados por S.S. Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en
Seúl, Corea.
Integran el grupo:
santos Simeón Berneux, Antonio Daveluy, Lorenzo Imbert, obispos; Justo
Ranfer de Bretenières, Ludovico Beaulieu, Pedro Enrique Dorie, Padro Maubant,
Jacobo Chastan, Pedro Aumaître, Martín Lucas Huin, presbíteros; Juan Yi Yunil,
Andrés Chong Hwa-gyong, Esteban Min Kuk-ka, Pablo Ho Hyob, Agustín Pak
Chong-won, Pedro Hong Pyong-ju, Pablo Hong Yong-ju, José Chang Chu-gi, Tomás Son
Cha-son, Lucas Hwang Sok-tu, Damián Nam Myong-hyog, Francisco Ch’oe Kyong-hwan,
Carlos Hyon Song-mun, Lorenzo Han I-hyong, Pedro Nam Kyong-mun, Agustín Yu
Chin-gil, Pedro Yi Ho-yong, Pedro Son Son-ji, Benedicta Hyon Kyongnyon, Pedro
Ch’oe Ch’ang-hub, catequistas; Agueda Yi, María Yi In-dog, Bárbara Yi, María Won
Kwi-im, Teresa Kim Im-i, Columba Kim Hyo-im, Magdalena Cho, Isabel Chong
Chong-hye, vírgenes; Teresa Kim, Bárbara Kim, Susana U Sur-im, Agueda Yi
Kan-nan, Magdalena Pak Pong-son, Perpetua Hong Kum-ju, Catalina Yi, Cecilia Yu
Sosa, Bárbara Cho Chung-i, Magdalena Han Yong-i, viudas; Magdalena Son So-byog,
Agueda Yi Kyong-i, Agueda Kwon Chin-i, Juan Yi Mun-u, Bárbara Ch’oe Yong-i,
Pedro Yu Chong-nyul, Juan Bautista Nam Chong-sam, Juan Bautista Chon Chang-un,
Pedro Ch’oe Hyong, Marcos Chong Ui-bae, Alejo U Se-yong, Antonio Kim Song-u,
Protasio Chong Kuk-bo, Agustín Yi Kwang-hon, Agueda Kim A-gi, Magdalena Kim
O-bi, Bárbara Han Agi, Ana Pak Ag-i, Agueda Yi So-sa, Lucía Pak Hui-sun, Pedro
Kwon Tu-gin, José Chang Song-jib, Magdalena Yi Yong-hui, Teresa Yi Mae-im, Marta
Kim Song-im, Lucía Kim, Rosa Kim, Ana Kim Chang-gum, Juan Bautista Yi
Kwang-nyol, Juan Pak Hu-jae, María Pak Kuna- gi Hui-sun, Bárbara Kwon-hui,
Bárbara Yi Chong-hui, María Yi Yon-hui, Inés Kim Hyo-ju, Catalina Chong
Ch’or-yom, José Im Ch’i-baeg, Sebastián Nam I-gwan, Ignacio Kim Che-jun, Carlos
Cho Shin-ch’ol, Julita Kim, Águeda Chong Kyong-hyob, Magdalena Ho Kye-im, Lucía
Kim, Pedro Yu Taech’ol, Pedro Cho Hwa-so, Pedro Yi Myong-so, Bartolomé Chong
Mun-ho, José Pedro Han Chae-kwon, Pedro Chong Won-ji, José Cho Yun-ho, Bárbara
Ko Sun-i y Magdalena Yi Yong-dog.
Andrés Kim Tae-Gon, nació el 21 de agosto de 1821
en Solmoe (Corea). Sus padres eran Ignacio Kim Chejun y Ursula Ko. Era niño
cuando la familia se trasladó a Kolbaemasil para huir de las persecuciones. Su
padre murió mártir el 26 de septiembre de 1839. También su bisabuelo Pío Kim
Chunhu había muerto mártir en el año 1814, después de diez años de prisión.
Tenía quince años de edad cuando el padre Maubant lo invitó a ingresar al
seminario.
Fue enviado al seminario de Macao. Hacia el año 1843 intentó regresar a Corea con el obispo Ferréol, pero en la frontera fueron rechazados.
Se ordenó diácono en China en el año 1844. Volvió
a Corea el 15 de enero de 1845. Por su seguridad sólo saludó unos cuantos
catequistas; ni siquiera vio a su madre quien, pobre y sola, tenía que mendigar
la comida. En una pequeña embarcación de madera guió, a los misioneros franceses
hasta Shangai, a la que arribaron soportanto peligrosas tormentas.
En Shangai recibió la ordenación sacerdotal de
manos de monseñor Ferréol el 17 de agosto de 1845, convirtiéndose en el primer
sacerdote coreano. Hacia fines del mismo mes emprendió el regreso a Corea con el
obispo y el padre Daveluy. Llegaron a la Isla Cheju y, en octubre del mismo año,
arribaron a Kanggyong donde pudo ver a su madre.
El 5 de junio de 1846 fue arrestado en la
isla Yonpyong mientras trataba con los pescadores la forma de llevar a Corea a
los misioneros franceses que estaban en China. Inmediatamente fue enviado a la
prisión central de Seúl. El rey y algunos de ministros no lo querían condenar
por sus vastos conocimientos y dominar varios idiomas. Otros ministros
insistieron en que se le aplicara la pena de muerte. Después de tres meses de
cárcel fue decapitado en Saenamt´õ el 16 de septiembre de 1846, a la edad de
veintiséis años.
Antes de morir dijo: ¡Ahora comienza la
eternidad! y con serenidad y valentía se acercó al martirio.
Pablo Chong Ha-Sang nació en el año 1795 en
Mahyon (Corea) siendo miembro de una noble familia tradicional. Después del
martirio de su padre, Agustín Chong Yakjong, y de su hermano mayor Carlos,
ocurridos en el año 1801, la familia sufrió mucho. Pablo tenía siete años. Su
madre, Cecilia Yu So-sa, vio cómo confiscaban sus bienes y les dejaban en
extrema pobreza. Se educó bajo los cuidados de su devota madre.
A los veinte años dejó su familia para
reorganizar la iglesia católica en Seúl y pensó en traer misioneros. En el año
1816 viajó a Pekín para solicitar al obispo algunos misioneros; se le concedió
uno que falleció antes de llegar a Corea. Él y sus compañeros escribieron al
papa para que enviara misioneros. Finalmente gracias a los ruegos de los
católicos, el 9 de septiembre de 1831 se estableció el vicariato apostólico de
Corea y se nombró su primer obispo encargando a la Sociedad de las Misiones
Extranjeras de París la evangelización de Corea.
Pablo introdujo al obispo Ímbert en
Corea, lo recibió en su casa y lo ayudó durante su ministerio. Monseñor Ímbert
pensó que Pablo podía ser sacerdote y comenzó a enseñarle teología… Mientras
tanto brotó una nueva persecución. El obispo pudo escapar a Suwon. Pablo, su
mamá y su hermana Isabel fueron arrestados en el año 1839.
Aguantó las torturas hasta que fue
decapitado a las afueras de Seúl el 22 de septiembre. Poco después también su
madre y su hermana sufrieron el martirio.
Los dos forman parte de 103 mártires
canonizados por S.S. Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en Seúl,
Corea.