Oh, San Leonardo Murialdo, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, su amado
santo y además, de la Pía Sociedad
de San José Fundador, cuya misión
es la de educar en la fe y en la caridad
cristianas a los niños abandonados.
Vos, honor hicisteis al significado de
vuestro nombre: “hombre con la fuerza
de un león”. De cautivante personalidad,
dulce y noble erais. Tanto que, entregabais
de todo a hermanos de casa y familia
carentes y, a quienes solos en este mundo
y sin cariño, ambulaban en vuestro tiempo,
sin noción de Dios. Por ello, quiso Él, que
la Congregación de San José, fundaseis,
por sacerdotes y laicos conformada.
Vuestra pedagogía, llena estaba del amor,
el espíritu de dulzura, el de paciencia y
de familiaridad, para el bien entre los niños
y los jóvenes lograr. La misericordia
de Dios, fue el centro de vuestra vida, que,
extendíais a niños y jóvenes de forma
constante. Y así, en amigo, hermano y padre,
os convertisteis de quienes, no supieron
jamás de aquellas compañías de amor
familiar. Y, un día de tantos, vuestra santa
vida gastada, voló vuestra alma al cielo,
para coronada ser con coronada de luz, como
justo premio vuestra entrega de amor y fe.
Padre de los barrios pobres, apóstol de los el hijo del Dios de la vida, su amado
santo y además, de la Pía Sociedad
de San José Fundador, cuya misión
es la de educar en la fe y en la caridad
cristianas a los niños abandonados.
Vos, honor hicisteis al significado de
vuestro nombre: “hombre con la fuerza
de un león”. De cautivante personalidad,
dulce y noble erais. Tanto que, entregabais
de todo a hermanos de casa y familia
carentes y, a quienes solos en este mundo
y sin cariño, ambulaban en vuestro tiempo,
sin noción de Dios. Por ello, quiso Él, que
la Congregación de San José, fundaseis,
por sacerdotes y laicos conformada.
Vuestra pedagogía, llena estaba del amor,
el espíritu de dulzura, el de paciencia y
de familiaridad, para el bien entre los niños
y los jóvenes lograr. La misericordia
de Dios, fue el centro de vuestra vida, que,
extendíais a niños y jóvenes de forma
constante. Y así, en amigo, hermano y padre,
os convertisteis de quienes, no supieron
jamás de aquellas compañías de amor
familiar. Y, un día de tantos, vuestra santa
vida gastada, voló vuestra alma al cielo,
para coronada ser con coronada de luz, como
justo premio vuestra entrega de amor y fe.
pequeños limpiachimeneas, de los chicos de
la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros;
oh, San Leonardo de Murialdo, “amor de Dios”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Marzo
San Leonardo Murialdo
Presbítero
Fundador de la Pía Sociedad de San José
San Leonardo Murialdo
Presbítero
Fundador de la Pía Sociedad de San José
(1900).
Etimológicamente: Leonardo = Aquel hombre con la fuerza de un león, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 3 de mayo de 1970 por el Papa Pablo VI.
Leonardo Murialdo no es un hombre lejano: nace en Turín (Italia) el 26 de octubre de 1828 y muere en la misma ciudad el 30 de marzo de 1900. Es una persona dulce y noble, un hermano que se entrega todo a otros hermanos que no tienen casa y familia, que están solos y sin cariño, que non conocen a Dios.
A los 17 años, después de una crisis religiosa, decide consagrarse a Dios y en 1851 recibe la ordenación sacerdotal. Es el cura de los barrios pobres, el apóstol de los pequeños limpiachimeneas, de los chicos de la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros.
Piensa en la formación profesional de los jóvenes, en su capacitación para el mundo adulto y obrero. En 1866 acepta dirigir el colegio “Artesanitos”, una institución para chicos pobres y huérfanos.
Dócil a la voluntad de Dios y para dar continuidad a su misión educativa, el 19 de marzo de 1873 dio vida a la Congregación de San José (Josefinos de Murialdo), formada por sacerdotes y laicos.
La pedagogía de san Leonardo se puede resumir “en el espíritu de dulzura, de paciencia y de familiaridad, porque éste es el secreto para realizar el bien entre los niños y los jóvenes”. Este estilo educativo encuentra su fuente en el amor misericordioso de Dios que Murialdo experimentó desde su juventud. Todo esto se puede resumir en el vivir con los niños y jóvenes como “amigo, hermano y padre”.
Hoy los Josefinos de Murialdo continúan en la Iglesia su amor hacia los niños y los jóvenes en los centros juveniles, colegios, casa-hogar, parroquias, misiones… Están presentes en varios países de América Latina, de Europa y de Africa.