Oh, Santa Bertilla, vos, sois la hija del Dios
de la vida y su amada santa, en familia cristiana
e ilustre, nacida feliz, y, que, desde pequeña,
deseos sentisteis de renunciar al mundo material
para dedicaros a la vida religiosa; deseo, que,
se os cumplió, cuando vuestros padres, os llevaron
al monasterio de Jouarre, donde acogida fuisteis
con amor. Allí, os formasteis bajo estrictas
prácticas de perfección monástica, la gentileza
combinando con el rigor, la piedad con la justicia,
la humildad con el coraje y la prudencia con la
sencillez. Por vuestra caridad y voluntad de servicio,
con obediencia y humildad asumisteis los cargos,
que, os dieron. Y, con ello, nos enseñasteis a
encontrar el valor y el honor de servir a los demás.
Así lo hicisteis con todos y de especial manera
con varias reinas y damas de vuestro tiempo.
Durante el tiempo que fuisteis abadesa de Chelles
por cuarentaiséis años, os hicisteis cargo de Santa
Bathilda, y más tarde de Heresvida, la reina de
Inglaterra, quien también se retiró junto a vos,
en busca de paz a Chelles. Y, ésa, fama de santidad,
atrajo a muchas mujeres ilustres a vuestro monasterio.
Y, de pronto, voló vuestra alma al cielo y vuestro
cuerpo, enterrado fue en la Iglesia de vuestra abadía,
junto a la tumba de Santa Bathilda. Hoy, coronada
estáis, con corona de luz, como premio a vuestro amor;
Oh, Santa Bertilla, “Cristo, caridad, servicio y luz”.
de la vida y su amada santa, en familia cristiana
e ilustre, nacida feliz, y, que, desde pequeña,
deseos sentisteis de renunciar al mundo material
para dedicaros a la vida religiosa; deseo, que,
se os cumplió, cuando vuestros padres, os llevaron
al monasterio de Jouarre, donde acogida fuisteis
con amor. Allí, os formasteis bajo estrictas
prácticas de perfección monástica, la gentileza
combinando con el rigor, la piedad con la justicia,
la humildad con el coraje y la prudencia con la
sencillez. Por vuestra caridad y voluntad de servicio,
con obediencia y humildad asumisteis los cargos,
que, os dieron. Y, con ello, nos enseñasteis a
encontrar el valor y el honor de servir a los demás.
Así lo hicisteis con todos y de especial manera
con varias reinas y damas de vuestro tiempo.
Durante el tiempo que fuisteis abadesa de Chelles
por cuarentaiséis años, os hicisteis cargo de Santa
Bathilda, y más tarde de Heresvida, la reina de
Inglaterra, quien también se retiró junto a vos,
en busca de paz a Chelles. Y, ésa, fama de santidad,
atrajo a muchas mujeres ilustres a vuestro monasterio.
Y, de pronto, voló vuestra alma al cielo y vuestro
cuerpo, enterrado fue en la Iglesia de vuestra abadía,
junto a la tumba de Santa Bathilda. Hoy, coronada
estáis, con corona de luz, como premio a vuestro amor;
Oh, Santa Bertilla, “Cristo, caridad, servicio y luz”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de noviembre
Santa Bertilla
Abadesa
(¿630?-705)
Santa Bertilla
Abadesa
(¿630?-705)
Nació en la región de Soissons, Francia, en una de las familias
cristianas más ilustres de la comarca. Desde que era apenas una niña,
Santa Bertilla, o Bertille en francés, sintió deseos de renunciar al
mundo material y dedicarse a la vida religiosa. Pero antes de revelar
este anhelo a sus padres, la niña lo consultó con su preceptor, San
Owen, quien la apoyó en su decisión.
Al ver a su hija tan determinada, sus progenitores terminaron
convenciéndose, y de hecho la llevaron personalmente a Jouarre, un
monasterio de grandes dimensiones a unas cuantas jornadas de Meaux,
donde fue acogida con gran alegría.
En Jouarre, Santa Bertilla se formó bajo las más estrictas prácticas
de la perfección monástica, combinando siempre la gentileza con el
rigor, la piedad con la justicia, la humildad con el coraje, la
prudencia con la sencillez.
Por la caridad y la voluntad de servicio que demostraba, la abadesa
la puso al frente del priorato, nombrándola asistente suya en cuestiones
de la administración del monasterio.
En 659 se terminó de construir en Chelles la abadía que Santa
Bathilda, reina de Francia, había dispuesto para retirarse del mundo y
pasar sus últimos días.
La reina le solicitó entonces a la abadesa de Jouarre que le aportara
algunas hermanas religiosas y una abadesa para Chelles; y la abadesa
pensó de inmediato en Santa Bertilla como principal del grupo.
Con discreción y vigor, Santa Bertilla fue abadesa de Chelles por
cuarentaiséis años. Al principio ella se hizo cargo de Santa Bathilda, y
más tarde también de Heresvida, la reina de Inglaterra, quien también
se retiró en busca de paz a Chelles.
La fama de santidad de Santa Bertilla de Chelles atrajo a varias
damas ilustres a su monasterio, el cual tuvo un gran auge durante su
vida. Cuando falleció, Santa Bertilla fue enterrada en la iglesia de la
abadía de Chelles junto a la tumba de Santa Bathilda.
SANTA BERTILLA nos enseña el valor de encontrar honor en servir a los demás.