¡Oh!, San
Olegario, vos sois el hijo del Dios de la vida
y su amado
santo, en Barcelona, en Cataluña, en España,
y Tarragona,
cuando vuestra sede antiquísima liberada
fue del yugo
de los musulmanes. Vuestro biógrafo dice
de vos así: ”
Guardián celoso y maestro de la castidad,
afable para
todos, generoso con los pobres, esquivo
de la
vanagloria, despegado de la pompa mundanal y
amante de
fiel de la paz no fingida”. Vuestro padre
quiso llevar
y dirigir vuestros estudios según los criterios
de la época
en que le os tocó vivir, y os encargó a los
canónigos de
la catedral, distinguiéndoos por vuestra
piedad,
vuestro aprovechamiento y vuestra afición a
leer a los
Santos Padres. Tanto los leísteis, meditasteis
y estudiasteis
que os convertisteis en santo varón, pues
anhelabais la
perfección espiritual de vuestra vida. Y,
así,
ingresasteis al convento de canónigos regulares
de san
Agustín, e imitarlos en su virtud. Jamás hicisteis
distinción alguna
entre ricos y pobres, pues a todos
considerabais,
hijos de Dios. Participasteis en los concilios
de
Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san
Clermont, y
con vuestra preparación intelectual, lograsteis
derrotar a vuestros
enemigos, los herejes. Y, así, y luego
de haber
gastado vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma
al cielo, para coronada ser con corona de luz
como justo
premio a vuestra grande entrega de amor y fe;
¡oh!, San
Olegario, “viva” lanza del Dios de la Vida y la luz.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de marzo
San Olegario
Obispo
San Olegario
Obispo
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Martirologio Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España, san
Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de Tarragona cuando esta
antiquísima sede fue liberada del yugo de los musulmanes († 1137).
Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 25 de mayo de 1675 por el Papa Clemente X.
Breve Biografía
De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más
íntimo del alma:” Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para
todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de
la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida”.
Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías
más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor
duda.
Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio.
Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre.
Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca
defraudan del Evangelio.
El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios
según los criterios de la época en que le tocó vivir. Cuando vio que su
preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos
de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como
persona humana.
En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió
por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o “hobby” por
leer a los Santos Padres.
Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista.
El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al
enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos
regulares de san Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su
virtud. Cuando murió el obispo de Barcelona, desde la aristocracia hasta
la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario.
El mismo Papa Pascual II tuvo que obligarle a que aceptara el cargo.
No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres.
Todos eran hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona,
Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont… Y dada su preparación
intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes. Murió en el año
1137.