¡Oh!, Santa María, Vos, sois la hija del Dios de la vida y
la Santa Madre de Jesús, Dios y Señor Nuestro, y que, desde
antes de que, el mundo creado fuera, elegida fuisteis por
Dios Padre, porque, quiso Él, que así fuera, y así fue,
para gloria del universo todo. Así, Vos, os convertisteis
a su tiempo, en la depositaria amorosa de la Divinidad
de Cristo, por Dios Padre dada, y, a quien, en vuestro seno
cubristeis con vuestra increíble humanidad de santo amor.
Y, desde siempre sois y seréis la “Kejaritomene”, la “llena
de gracia”, la “Reina del cielo” y la “bendita entre todas
las mujeres”. Salve, ¡oh!, vuestra Natividad bendita, Santa
María, Hija amorosa, divina y celestial de Santa Ana, y
de San Joaquín, por los siglos de los siglos. San Juan
Damasceno, os saludó Virgen niña así: “Dios te salve,
Probática, santuario divino de la Madre de Dios ¡Dios te
salve, María, dulcísima hija de Ana!”. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Oh!, Santa María, “Viva Madre, Virgen y Reina del cielo”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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8 de Septiemmbre
Natividad de la Santísima Virgen María
Esta fiesta mariana tiene su origen en la dedicación de una iglesia
en Jerusalén, pues la piedad cristiana siempre ha venerado a las
personas y acontecimientos que han preparado el nacimiento de Jesús.
María ocupa un lugar privilegiado, y su nacimiento es motivo de gozo
profundo. En esta basílica, que había de convertirse en la iglesia de
Santa Ana (siglo XII), san Juan Damasceno saludó a la Virgen niña: “Dios
te salve, Probática, santuario divino de la Madre de Dios … ¡Dios te
salve, María, dulcísima hija de Ana!”.
Aunque el Nuevo Testamento no reporta datos directos sobre la vida de
la Virgen María, una tradición oriental veneró su nacimiento desde
mediados del siglo V, ubicándolo en el sitio de la actual Basílica de
“Santa Ana”, en Jerusalén. La fiesta pasó a Roma en el siglo VII y fue
apoyada por el Papa Sergio I. Su fecha de celebración no tiene un origen
claro, pero motivó que la fiesta de “La Inmaculada Concepción” se
celebrara el 8 de diciembre (9 meses antes). El Papa Pío X quitó esta
celebración del grupo de las fiestas de precepto.
I
Hoy nace una clara estrella, tan divina y celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo sol nace de ella.
De Ana y de Joaquín, oriente de aquella estrella divina, sale luz clara y digna de ser pura eternamente; el alba más clara y bella no le puede ser igual, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella.
No le iguala lumbre alguna de cuantas bordan el cielo, porque es el humilde suelo de sus pies la blanca luna: nace en el suelo tan bella y con luz tan celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella.
Gloria al Padre, y gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
O bien
II
Canten hoy, pues nacéis vos, los ángeles, gran Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando nazca Dios.
Canten hoy pues a ver vienen nacida su Reina bella, que el fruto que esperan de ella es por quien la gracia tienen.
Dignan, Señora de vos, que habéis de ser su Señora, y ensáyense, desde ahora, para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años, que en buena hora cumpláis, verán el bien que nos dais, remedio de tantos daños.
Canten y digan, por vos, que desde hoy tienen Señora, y ensáyense desde ahora, para cuando venga Dios.
Y nosotros que esperamos que llegue pronto Belén, preparemos también el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora, de paz nuestro corazón, y ensayemos, desde ahora, para cuando nazca Dios. Amén.
Oración
Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que,
cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad
de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su
Nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/natividad_de_la_virgen.htm)