¡Oh!, Santos de la Iglesia Católica, vosotros, sois
los hijos y las hijas del Dios de la vida, y que, a la
Cruz de Cristo, os abrazasteis, y, abandonándoos
servirlo decidisteis hasta ofrendar vuestra vida:
¡El martirio y la misma muerte! que pudo sí,
con vuestros cuerpos, pero, jamás con vuestras
almas, que moran hoy, en perpetua adoración
al Rey del Universo. Él, que fue, y es, en muchos
casos, vuestro ejemplo que animó y anima,
a innumerables vidas terrenas, que, habiendo
cumplido con su voluntad, os acompañan hoy
y son hermanos nuestros, como: San Lustrabotas,
San Carpintero, San Talabartero, San Soldado,
San Policía, San Bombero, San Chofer, Santa
Lavandera, San Mensajero y Santa Secretaria.
Santa Madre de familia y San Gerente de Empresa.
San Obrero y San Agricultor. San Colegial
y Santa Estudiante. Santa Viuda, Santa Solterona,
Santa Niña y Santa Anciana. San Sacerdote,
San Obispo, San Pontífice, San Limosnero,
San Celador, Santa Cocinera, San Arrendatario,
San Escritor, San Millonario y San Presidente
de la República. Y, miles de miles más, que,
amaron y aman al Dios Trino, y que, sus deberes
cumplieron de cada día, a imitación clara,
de Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro. Y, hoy,
de gloria revestidos por la eternidad de la vida
gozan, el premio justo a su amor y entrega de amor;
¡oh!, Santos y santas, “vivas” almas de la Iglesia del Dios Vivo.
© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1° de Noviembre
Fiesta de Todos los Santos
Celebramos hoy a las personas que han llegado al cielo, conocidas y desconocidas.
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
Este día se celebran a todos los millones de personas que
han llegado al cielo, aunque sean desconocidos para nosotros. Santo es
aquel que ha llegado al cielo, algunos han sido canonizados y son por
esto propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana.
Comunión de los santos
La comunión de los santos, significa que ellos participan activamente
en la vida de la Iglesia, por el testimonio de sus vidas, por la
transmisión de sus escritos y por su oración. Contemplan a Dios, lo
alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. La
intercesión de los santos significa que ellos, al estar íntimamente
unidos con Cristo, pueden interceder por nosotros ante el Padre. Esto
ayuda mucho a nuestra debilidad humana.
Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y
debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.
Aunque todos los días deberíamos pedir la ayuda de los santos, es muy
fácil que el ajetreo de la vida nos haga olvidarlos y perdamos la
oportunidad de recibir todas las gracias que ellos pueden alcanzarnos.
Por esto, la Iglesia ha querido que un día del año lo dediquemos
especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. Este día
es el 1ro. de noviembre.
Este día es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que
Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una
aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas
ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que
debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos
van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el
desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las
omisiones.
Se puede aprovechar esta celebración para hacer un plan para alcanzar la santidad y poner los medios para lograrlo:
¿Como alcanzar la santidad?
– Detectando el defecto dominante y planteando metas para combatirlo a corto y largo plazo.
– Orando humildemente, reconociendo que sin Dios no podemos hacer nada.
– Acercándonos a los sacramentos.
– Orando humildemente, reconociendo que sin Dios no podemos hacer nada.
– Acercándonos a los sacramentos.
Un poco de historia
La primera noticia que se tiene del culto a los mártires es una carta
que la comunidad de Esmirna escribió a la Iglesia de Filomelio,
comunicándole la muerte de su santo obispo Policarpo, en el año 156.
Esta carta habla sobre Policarpo y de los mártires en general. Del
contenido de este documento, se puede deducir que la comunidad cristiana
veneraba a sus mártires, que celebraban su memoria el día del martirio
con una celebración de la Eucaristía. Se reunían en el lugar donde
estaban sus tumbas, haciendo patente la relación que existe entre el
sacrificio de Cristo y el de los mártires
La veneración a los santos llevó a los cristianos a erigir sobre las
tumbas de los mártires, grandes basílicas como la de San Pedro en la
colina del Vaticano, la de San Pablo, la de San Lorenzo, la de San
Sebastián, todos ellos en Roma.
Las historias de los mártires se escribieron en unos libros llamados
Martirologios que sirvieron de base para redactar el Martirologio
Romano, en el que se concentró toda la información de los santos
oficialmente canonizados por la Iglesia.
Cuando cesaron las persecuciones, se unió a la memoria de los
mártires el culto de otros cristianos que habían dado testimonio de
Cristo con un amor admirable sin llegar al martirio, es decir, los
santos confesores. En el año 258, San Cipriano, habla del asunto,
narrando la historia de los santos que no habían alcanzado el martirio
corporal, pero sí confesaron su fe ante los perseguidores y cumplieron
condenas de cárcel por Cristo.
Más adelante, aumentaron el santoral con los mártires de corazón.
Estas personas llevaban una vida virtuosa que daba testimonio de su amor
a Cristo. Entre estos, están san Antonio (356) en Egipto y san Hilarión
(371) en Palestina. Tiempo después, se incluyó en la santidad a las
mujeres consagradas a Cristo.
Antes del siglo X, el obispo local era quien determinaba la
autenticidad del santo y su culto público. Luego se hizo necesaria la
intervención de los Sumos Pontífices, quienes fueron estableciendo una
serie de reglas precisas para poder llevar a cabo un proceso de
canonización, con el propósito de evitar errores y exageraciones.
El Concilio Vaticano II reestructuró el calendario del santoral
Se disminuyeron las fiestas de devoción pues se sometieron a revisión
crítica las noticias hagiográficas (se eliminaron algunos santos no
porque no fueran santos sino por la carencia de datos históricos
seguros); se seleccionaron los santos de mayor importancia (no por su
grado de santidad, sino por el modelo de santidad que representan:
sacerdotes, casados, obispos, profesionistas, etc.); se recuperó la
fecha adecuada de las fiestas (esta es el día de su nacimiento al Cielo,
es decir, al morir); se dio al calendario un carácter más universal
(santos de todos los continentes y no sólo de algunos).
Categorías de culto católico
Los católicos distinguimos tres categorías de culto:
– Latría o Adoración: Latría viene del griego latreia, que quiere
decir servicio a un amo, al señor soberano. El culto de adoración es el
culto interno y externo que se rinde sólo a Dios.
– Dulía o Veneración: Dulía viene del griego doulos que quiere decir
servidor, servidumbre. La veneración se tributa a los siervos de Dios,
los ángeles y los bienaventurados, por razón de la gracia eminente que
han recibido de Dios. Este es el culto que se tributa a los santos. Nos
encomendamos a ellos porque creemos en la comunión y en la intercesión
de los santos, pero jamás los adoramos como a Dios. Tratamos sus
imágenes con respeto, al igual que lo haríamos con la fotografía de un
ser querido. No veneramos a la imagen, sino a lo que representa.
– Hiperdulía o Veneración especial: Este culto lo reservamos para la
Virgen María por ser superior respecto a los santos. Con esto,
reconocemos su dignidad como Madre de Dios e intercesora nuestra.
Manifestamos esta veneración con la oración e imitando sus virtudes,
pero no con la adoración.
Todos estamos llamados a ser santos
Novena de oración por nuestros difuntos
Novena de oración por nuestros difuntos
Catholic.net ha organizado, juntamente con diversos conventos y casas
de religiosos y religiosas, una novena de oraciones por todos los
Fieles Difuntos, con adoraciones, oraciones, el rezo del rosario, y una
intención especial en la Santa Misa el día 2 de noviembre celebrada por
sacerdotes amigos de Catholic.net que se han sumado a nuestra primer
Novena de los Fieles Difuntos.
Únase a nuestras oraciones, y envíenos los nombres de los difuntos a
quienes usted desea que encomendemos. Tendremos un recuerdo especial
para ellos durante los nueve días previos a la fiesta de los Fieles
Difuntos el día 2 de noviembre. Si desea enviarnos los nombres y sus
intenciones es muy sencillo, rellenando el formulario en nuestro sitio
Novenas Catholic.net (click aquí) Nosotros enviaremos estos nombres e
intenciones a los diversos conventos y casas de religiosos y religiosas,
y sacerdotes diocesanos que se han sumado a esta Novena de los Fieles
Difuntos.
(http://www.es.catholic.net/op/articulos/32208/fiesta-de-todos-los-santos.html)