¡Oh!, San Cesáreo , vos, sois el hijo del Dios de la vida
y su amado santo. Médico, no solo del cuerpo, sino del alma
y además, hermano de Gregorio, erudito en las cosas de Dios.
Dominabais la oratoria, la filosofía y la medicina, y también
os resististeis al impío Juliano, cuando éste, haceros quiso
vuestra fe abandonar, cosa que nunca jamás logró.
Vuestro padre y hermano os convencieron de que dejaseis
la corte, a pesar de la oposición de Juliano, pero, Joviano
os restituyó a vuestro antiguo puesto y Valente os nombró
su particular, es decir, “director de la hacienda pública”,
en Bitinia. En medio de todo, un terremoto sucedió, que os
hizo al mundo renunciar y, dejando y repartiendo vuestros
bienes entre los pobres, os abrazasteis para siempre a la Cruz
de Cristo. Cumplido vuestro tiempo, voló vuestra alma al cielo,
y vuestro hermano, os dedicó un panegírico de emoción lleno,
resaltando vuestra calidad de cristiano y ser humano.
Y, Dios, en su infinita bondad os premió vuestra entrega
de amor y fe, coronándoos con corona de eterna luz,
Santo Patrono de todos los los médicos del orbe de la tierra;
¡oh!, San Cesáreo Nacianzo, “viva fe y luz del amor de Dios”
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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y su amado santo. Médico, no solo del cuerpo, sino del alma
y además, hermano de Gregorio, erudito en las cosas de Dios.
Dominabais la oratoria, la filosofía y la medicina, y también
os resististeis al impío Juliano, cuando éste, haceros quiso
vuestra fe abandonar, cosa que nunca jamás logró.
Vuestro padre y hermano os convencieron de que dejaseis
la corte, a pesar de la oposición de Juliano, pero, Joviano
os restituyó a vuestro antiguo puesto y Valente os nombró
su particular, es decir, “director de la hacienda pública”,
en Bitinia. En medio de todo, un terremoto sucedió, que os
hizo al mundo renunciar y, dejando y repartiendo vuestros
bienes entre los pobres, os abrazasteis para siempre a la Cruz
de Cristo. Cumplido vuestro tiempo, voló vuestra alma al cielo,
y vuestro hermano, os dedicó un panegírico de emoción lleno,
resaltando vuestra calidad de cristiano y ser humano.
Y, Dios, en su infinita bondad os premió vuestra entrega
de amor y fe, coronándoos con corona de eterna luz,
Santo Patrono de todos los los médicos del orbe de la tierra;
¡oh!, San Cesáreo Nacianzo, “viva fe y luz del amor de Dios”
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Febrero
San Cesáreo Nacianceno
Laico
†: 369
País:Turquía
Otras formas del nombre: Casario de Nazianzo. Canonización:pre-congregación
Hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Nacianzo, de la región de Capadocia, san Cesáreo, médico, hermano
de san Gregorio Nacianceno. Patronazgo: patrono de los médicos. Refieren
a este santo: Santa Gorgonia, San Gregorio de Nacianzo, Santa Nona.
Cesáreo era hermano de san Gregorio de Nacianzo -el famoso teólogo- e
hijo del obispo de dicha ciudad. Ambos hermanos recibieron una
educación excelente; Gregorio estudió en Cesarea de Palestina y Cesáreo
en Alejandría, donde se distinguó en todas las ramas del saber humano,
especialmente en la oratoria, la filosofía y la medicina. Terminó sus
estudios de medicina en Constantinopla y llegó a ser el mejor médico de
su época. Aunque la ciudad del emperador Constancio quería conservarle,
Cesáreo no quiso establecerse allí. Más tarde, Juliano el Apóstata le
llamó de nuevo a Constantinopla, le nombró jefe de sus médicos y le
exceptuó de los edictos que publicó contra los cristianos. Cesáreo
resistió victoriosamente a todas las tentativas de Juliano por hacerle
abandonar la fe; pero su padre y su hermano le convencieron de que
abandonara la corte, a pesar de la oposición de Juliano. Joviano le
restituyó a su antiguo puesto y Valente le nombró su tesorero
particular, es decir, director de la hacienda pública, en Bitinia.
El año 368, Cesáreo estuvo a punto de perder la vida en un terremoto y
quedó tan impresionado, que renunció al mundo. A su muerte, ocurrida
poco después, dejó todos sus bienes a los pobres. Su hermano, san
Gregorio, predicó su oración fúnebre, que es nuestra principal fuente de
información. Dicho panegírico le mereció el título de santo y la
conmemoración que de él hace el Martirologio Romano. Sin embargo, es
casi seguro que san Cesáreo recibió el bautismo después del terremoto de
Nicea, es decir, apenas unos meses antes de su muerte. Durante la mayor
parte de los cuarenta años que pasó sobre la tierra fue, por su propia
voluntad, siempre catecúmeno, sin derecho a participar en los sagrados
misterios.
El panegírico puede verse en Migne PG 35, 755-788. La iglesia oriental lo celebra el 9 de marzo.
Fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI