¡Oh!, Santo Dios de la Vida, y que, en honor a Vos,
Señor de los cielos y de la tierra; edificada está,
Vuestra “Casa de Letrán”, a Fausta, gracias, esposa
de Constantino Emperador, y que donada fue a Milcíades,
Papa. Ella, custodiada está, por dos discípulos amados
vuestros: Juan “el Bautista”, y Juan “el Evangelista”.
¡Oh!, Santa Basílica de Letrán: “Madre y Cabeza de todas
las iglesias de la ciudad y del mundo”. “Cuando
recordemos la Consagración de un templo, pensemos
en aquello que dijo San Pablo: Cada uno de nosotros
somos un templo del Espíritu Santo. Ojalá conservemos
nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios
y que sean sus templos santos. Así vivirá contento
el Espíritu Santo en nuestra alma”. Decía, San Agustín,
Obispo de Hipona, Doctor de Nuestra Santa Madre Iglesia
y su amada lumbrera. “Madre y Cabeza de toda las iglesias
de la ciudad y del mundo”. Así, reza, vuestra leyenda
en vuestro frontis, como signo del Amor del Dios Vivo.
Se le llama también “Basílica de San Juan de Letrán”
porque tiene dos capillas dedicadas la una
a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista;
¡Oh!, Basílica de Letrán, “Viva Casa del Rey de la Vida”
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Señor de los cielos y de la tierra; edificada está,
Vuestra “Casa de Letrán”, a Fausta, gracias, esposa
de Constantino Emperador, y que donada fue a Milcíades,
Papa. Ella, custodiada está, por dos discípulos amados
vuestros: Juan “el Bautista”, y Juan “el Evangelista”.
¡Oh!, Santa Basílica de Letrán: “Madre y Cabeza de todas
las iglesias de la ciudad y del mundo”. “Cuando
recordemos la Consagración de un templo, pensemos
en aquello que dijo San Pablo: Cada uno de nosotros
somos un templo del Espíritu Santo. Ojalá conservemos
nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios
y que sean sus templos santos. Así vivirá contento
el Espíritu Santo en nuestra alma”. Decía, San Agustín,
Obispo de Hipona, Doctor de Nuestra Santa Madre Iglesia
y su amada lumbrera. “Madre y Cabeza de toda las iglesias
de la ciudad y del mundo”. Así, reza, vuestra leyenda
en vuestro frontis, como signo del Amor del Dios Vivo.
Se le llama también “Basílica de San Juan de Letrán”
porque tiene dos capillas dedicadas la una
a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista;
¡Oh!, Basílica de Letrán, “Viva Casa del Rey de la Vida”
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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9 de noviembre
Dedicación de la Basílica de Letrán
Año 324
Basílica significa: “Casa del Rey”. En la Iglesia Católica se le da el nombre de Basílica a ciertos templos más famosos que los demás. Solamente se puede llamar Basílica a aquellos templos a los cuales el Sumo Pontífice les concede ese honor especial. En cada país hay algunos.
La primera Basílica que hubo en la religión Católica fue la de
Letrán, cuya consagración celebramos en este día. Era un palacio que
pertenecía a una familia que llevaba ese nombre, Letrán. El emperador
Constantino, que fue el primer gobernante romano que concedió a los
cristianos el permiso para construir templos, le regaló al Sumo
Pontífice el Palacio Basílica de Letrán, que el Papa San Silvestre
convirtió en templo y consagró el 9 de noviembre del año 324.
Esta basílica es la Catedral del Papa y la más antigua de todas las
basílicas de la Iglesia Católica. En su frontis tiene esta leyenda:
“Madre y Cabeza de toda las iglesias de la ciudad y del mundo”.
Se le llama Basílica del Divino Salvador, porque cuando fue
nuevamente consagrada, en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al
ser golpeada por un judío, derramó sangre. En recuerdo de ese hecho se
le puso ese nuevo nombre.
Se llama también Basílica de San Juan (de Letrán) porque tienen dos
capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan
Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San
Juan.
Durante mil años, desde el año 324 hasta el 1400 (época en que los
Papas se fueron a vivir a Avignon, en Francia), la casa contigua a la
Basílica y que se llamó “Palacio de Letrán”, fue la residencia de los
Pontífices, y allí se celebraron cinco Concilios (o reuniones de los
obispos de todo el mundo). En este palacio se celebró en 1929 el tratado
de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia (Tratado de Letrán).
Cuando los Papas volvieron de Avignon, se trasladaron a vivir al
Vaticano. Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea
el Cardenal al cual el Sumo Pontífice encarga de gobernar la Iglesia de
esa ciudad.
La Basílica de Letrán ha sido sumamente venerada durante muchos
siglos. Y aunque ha sido destruida por varios incendios, ha sido
reconstruida de nuevo, y la construcción actual es muy hermosa.
San Agustín recomienda: “Cuando recordemos la Consagración de un
templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘Cada uno de nosotros
somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma
bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así
vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma”.
(http://www.ewtn.com/spanish/saints/Basílica_de_Letrán.htm)