¡Oh!, Nuestra Señora, Virgen de la Medalla Milagrosa;
sólo Vos, a quien llamamos entre otras letanías “Lucero
de la Mañana”, “Torre de Marfil” y “Salud de los Enfermos”,
pudisteis haberos aparecido a Santa Catalina Labouré,
humilde vicentina religiosa así: “Vos, veníais de blanco
vestida y junto a Vos, un globo, sobre el cual la cruz
estaba. Vos, abristeis vuestras santas manos, y de vuestros
dedos, fulgentes rayos luminosos salieron, que hacia
la tierra descendieron”. Y, Ella os dijo: “Este globo que
has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que
yo expando sobre todos aquellos que me invocan como
Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos
que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no
me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”. Entonces
alrededor de Vuestra cabeza una aureola se formó
con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz os
dijo a vos, Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante
a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María,
que hasta hoy, plasmado está, está en la Medalla Milagrosa;
¡oh!, Señora Nuestra, Virgen de la Medalla Milagrosa.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Noviembre
La Virgen de la Medalla Milagrosa
sólo Vos, a quien llamamos entre otras letanías “Lucero
de la Mañana”, “Torre de Marfil” y “Salud de los Enfermos”,
pudisteis haberos aparecido a Santa Catalina Labouré,
humilde vicentina religiosa así: “Vos, veníais de blanco
vestida y junto a Vos, un globo, sobre el cual la cruz
estaba. Vos, abristeis vuestras santas manos, y de vuestros
dedos, fulgentes rayos luminosos salieron, que hacia
la tierra descendieron”. Y, Ella os dijo: “Este globo que
has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que
yo expando sobre todos aquellos que me invocan como
Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos
que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no
me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”. Entonces
alrededor de Vuestra cabeza una aureola se formó
con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz os
dijo a vos, Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante
a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María,
que hasta hoy, plasmado está, está en la Medalla Milagrosa;
¡oh!, Señora Nuestra, Virgen de la Medalla Milagrosa.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Noviembre
La Virgen de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a
Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de
esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un
globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus
manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron
hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
“Este globo que has visto es el mundo entero donde viven
mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo
expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan
contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero
hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”.
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o
una aureola con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida, ruega
por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz dijo a Catalina: “Hay que
hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las personas
que la lleven, sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que
hoy está en la Medalla Milagrosa.
El Arzobispo de París permitió fabricar la medalla tal cual había
aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros. (lo que
consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino
nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen
Santa, llevando su sagrada imagen).
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Virgen_de_la_Medalla_Milagrosa.htm)