30 noviembre, 2020

San Andrés, Apóstol

 

 San Andrés Apóstol, motivo del abrazo entre católicos y ortodoxos |  Cristovisión

 

¡Oh!, San Andrés, vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
su Apóstol y amado santo. Además de ser el primero
en encontrar a Jesús y convertiros en su primer discípulo,
junto con San Juan, “el evangelista”, y ambos, de Juan
“el Bautista”, discípulos. Éste, viendo a Jesús pasar dijo:
“He ahí el Cordero de Dios”. Y, vos, os emocionasteis, y con Él,
marchasteis sin dudarlo. Mas tarde, a Simón, vuestro hermano,
os lo dijisteis: “Hemos encontrado al Salvador del mundo”.
Y, también él, se fue con Jesús. Vos, sois el propiciador
del “milagro de los cinco panes”, los milagros de Jesús
visteis y sus sermones escuchasteis. El Espíritu Santo
en Pentecostés os cubrió, hecho lenguas de fuego. A vos,
también os consultó el apóstol San Juan, para escribir
el Evangelio Cuarto, pues dudaba el hacerlo, diciéndole:
“Debe escribirlo. Y que los hermanos revisen lo que escriba”.
Predicasteis la Buena Nueva por las ciudades, los campos
y los montes de vuestro tiempo con valentía, milagros
y prodigios obrando, hasta agotaros y entregar vuestra santa
vida, en una muerte y también “muerte” pero en forma de “equis”.
“Yo te venero oh Cruz Santa que me recuerdas la Cruz donde
murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él
en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en
tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo”.
Fueron vuestras palabras cuando visteis la cruz de vuestro
martirio. Y, así, voló vuestra alma al cielo, para coronada
ser con corona de luz, como justo premio a vuestra entrega
sublime de amor, donde el mismo Cristo, os coronó de gloria;
¡Oh!, San Andrés, “vivo martirio de cruz “equis”, y de Amor por Cristo”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Noviembre
San Andrés Apóstol
Siglo I

« Dichoso tú, querido apóstol Andrés, que tuviste la suerte de ser el primero de los apóstoles en encontrar a Jesús. Pídele a Él que nosotros le seamos totalmente fieles en todo, hasta la muerte. »

San Andrés (cuyo nombre significa “varonil”) nació en Betsaida, población de Galilea, situada a orillas del lago Genesaret. Era hijo del pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La familia tenía una casa en Cafarnaum, y en ella se hospedaba Jesús cuando predicaba en esta ciudad.

Andrés tiene el honor de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y este al ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó: “He ahí el cordero de Dios”. Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús (junto con Juan Evangelista), Jesús se volvió y les dijo: “¿Qué buscan?”. Ellos le dijeron: “Señor: ¿dónde vives?”. Jesús les respondió: “Vengan y verán”. Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Nunca jamás podría olvidar después Andrés el momento y la hora y el sitio donde estaban cuando Jesús les dijo: “Vengan y verán”. Esa llamada cambió su vida para siempre.

Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Salvador del mundo” y lo llevó a donde Jesús. Así le consiguió a Cristo un formidable amigo, el gran San Pedro.

Al principio Andrés y Simón no iban con Jesús continuamente sino que acudían a escucharle siempre que podían, y luego regresaban a sus labores de pesca. Pero cuando el Salvador volvió a Galilea, encontró a Andrés y a Simón remendando sus redes y les dijo: “Vengan y me siguen”, y ellos dejando a sus familias y a sus negocios y a sus redes, se fueron definitivamente con Jesús. Después de la pesca milagrosa, Cristo les dijo: “De ahora en adelante serán pescadores de almas”.

El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. Andrés presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones. Vivió junto a Él por tres años.

En el día de Pentecostés, Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.

Un escrito que data del siglo III, el “Fragmento de Muratori” dice: “Al apóstol San Juan le aconsejaban que escribiera el Cuarto Evangelio. Él dudaba, pero le consultó al apóstol San Andrés, el cual le dijo: ‘Debe escribirlo. Y que los hermanos revisen lo que escriba”.

Una tradición muy antigua cuenta que el apóstol Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Que lo amarraron a una cruz en forma de X y que allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban. Dicen que cuando vio que le llevaban la cruz para martirizarlo, exclamó: “Yo te venero oh cruz santa que me recuerdas la cruz donde murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo”.

La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio cruel de Nerón.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Andrés_Apostol.htm)

29 noviembre, 2020

Domingo I (B) de Adviento

 

 

 

Domingo I (B) de Adviento: Texto del Evangelio (Mc 13,33-37): En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!».

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«A todos lo digo: ¡Velad!» Mons. Josep Àngel SAIZ i Meneses Obispo de Terrassa (Barcelona, España)

Hoy iniciamos con toda la Iglesia un nuevo Año Litúrgico con el primer domingo de Adviento. Tiempo de esperanza, tiempo en el cual se renueva en nuestros corazones el recuerdo de la primera venida del Señor, en humildad y ocultación, y se renueva el anhelo del retorno de Cristo en gloria y majestad.

Este domingo de Adviento está profundamente marcado por una llamada a la vigilancia. San Marcos incluye hasta tres veces en las palabras de Jesús el mandamiento de “velar”. Y la tercera vez lo hace con una cierta solemnidad: «Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!» (Mc 13,37). No es sólo una recomendación ascética, sino una llamada a vivir como hijos de la luz y del día.

Esta llamada está dirigida no solamente a sus discípulos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como una exhortación que nos recuerda que la vida no tiene sólo una dimensión terrenal, sino que está proyectada hacia un “más allá”. El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, dotado de libertad y responsabilidad, capaz de amar, tendrá que rendir cuentas de su vida, de cómo ha desarrollado las capacidades y talentos que de Dios ha recibido; si los ha guardado egoístamente, o si los ha hecho fructificar para la gloria de Dios y al servicio de los hermanos.

La disposición fundamental que hemos de vivir y la virtud que hemos de ejercitar es la esperanza. El Adviento es, por excelencia, el tiempo de esperanza, y la Iglesia entera está llamada a vivir en la esperanza y a llegar a ser un signo de esperanza para el mundo. Nos preparamos para conmemorar la Navidad, el inicio de su venida: la Encarnación, el Nacimiento, su paso por la tierra. Pero Jesús no nos ha dejado nunca; permanece con nosotros de diversas maneras hasta la consumación de los siglos. Por esto, «¡con Jesucristo siempre nace y renace la alegría!» (Papa Francisco).

«Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento» Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, en este primer domingo de Adviento, la Iglesia comienza a recorrer un nuevo año litúrgico. Entramos, por tanto, en unos días de especial expectación, renovación y preparación.

Jesús advierte que ignoramos «cuándo será el momento» (Mc 13,33). Sí, en esta vida hay un momento decisivo. ¿Cuándo será? No lo sabemos. El Señor ni tan sólo quiso revelar el momento en que se habría de producir el final del mundo.

En fin, todo eso nos conduce hacia una actitud de expectación y de concienciación: «No sea que llegue (…) y os encuentre dormidos» (Mc 13,36). El tiempo en esta vida es tiempo para la entrega, para la maduración de nuestra capacidad de amar; no es un tiempo para el entretenimiento. Es un tiempo de “noviazgo” como preparación para el tiempo de las “bodas” en el más allá en comunión con Dios y con todos los santos.

Pero la vida es un constante comenzar y recomenzar. El hecho es que pasamos por muchos momentos decisivos: quizá cada día, cada hora y cada minuto han de convertirse en un tiempo decisivo. Muchos o pocos, pero —en definitiva— días, horas y minutos: es ahí, en el momento concreto, donde nos espera el Señor. «En la vida nuestra, en la vida de los cristianos, la conversión primera —este momento único, que cada uno recuerda y en el cual uno hizo claramente aquello que el Señor nos pide— es importante; pero todavía son más importantes, y más difíciles, las sucesivas conversiones» (San Josemaría).

En este tiempo litúrgico nos preparamos para celebrar el gran “advenimiento”: la venida de Nuestro Amo. “Navidad”, “Nativitas”: ¡ojalá que cada jornada de nuestra existencia sea un “nacimiento” a la vida de amor! Quizá resulte que hacer de nuestra vida una permanente “Navidad” sea la mejor manera de no dormir. ¡Nuestra Madre Santa María vela por nosotros!

(https://evangeli.net/evangelio/dia/2020-11-29)

28 noviembre, 2020

Santa Catalina Labouré

 

 Catalina Labouré - Wikiwand

 

¡Oh!, Santa Catalina Labouré, vos, sois la hija del Dios de la Vida,
su amada santa y a quien la Virgen María, os encargó que hicieseis
la “Medalla Milagrosa”. Huérfana de madre, os encomendasteis a Ella
para que os sirviera de “madre”, y Ella, os trajo a su regazo materno.
Las tareas de casa os impidieron leer y escribir y, pedisteis
a vuestro padre que os permitiera iros de religiosa a un convento
pero él, no os lo permitió. Entonces, vos, pedisteis a Nuestro
Señor, que os concediera vuestras súplicas: ¡Ser religiosa! Y, una
noche en sueños visteis a un anciano sacerdote que os decía: “Un
día me ayudarás a cuidar a los enfermos”. Y, por fin, a los veinte
y cuatro años, vuestro padre, os dejó visitar a vuestra hermana
religiosa, y en la sala del convento visteis allí el retrato el
retrato de San Vicente de Paúl y os disteis cuenta de que ese era
el “anciano” que habíais visto en sueños, y desde ese día fuisteis
“hermana vicentina” y aceptada en la comunidad. Allí tuvisteis una
serie de apariciones: En la primera, una noche en vuestro dormitorio,
un niño hermoso, os invitó a ir a la capilla, y os llevó ante
la imagen de la Virgen María, y os comunicó cosas que sucederían
en la Iglesia Católica, recomendándoos que el mes de Mayo, fuera
celebrado con mayor fervor en Su Honor. En la segunda, estando
en la capilla, visteis que María, se os aparecía resplandeciente
y derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra
y os encomendó que hicierais una imagen de Ella, tal y como
se os había aparecido, en una medalla que tuviera por un lado sus
iniciales y una cruz, con esta frase: “Oh María, sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”, con promesas de ayuda
para quienes la llevasen y rezaren esa oración. Vos, contasteis
a vuestro confesor lo sucedido, pero él no os creyó, pero, sabiendo
de que erais muy santa, se fue donde el Arzobispo, quien autorizó
que se hicieran las medallas, y entonces, empezaron los milagros,
y favores, y todo el mundo comenzó a pedir y usar la medalla, como
el emperador de Francia y sus empleados. Vos, le preguntasteis
a María, por los rayos luminosos que salen de sus manos y el por qué
algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Y, Ella os
dijo: “Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos
favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se
quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden”. Y añadió:
“Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se
piden”. Vos, después de las apariciones de María, vivisteis el resto
de vuestros días, como una “cenicienta” desconocida de todos. El
Padre Aladel, publicó un librito narrando lo que la Santísima Virgen
había venido a decir y prometer, pero, sin revelar el nombre
de la “monjita” que había recibido estos mensajes, porque vos,
le habíais hecho prometer que no diríais a quién se le había
aparecido. Y, vos, seguíais en el convento barriendo, lavando,
cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde
e ignorada de todas las hermanitas, recibiendo a diario, maltratos
y humillaciones. Ocho meses antes de vuestra muerte, y fallecido
vuestro confesor, vos, le contasteis a vuestra nueva superiora
todas las apariciones, y así, se supo quién era la afortunada que
había visto y oído a la Virgen. Cuando voló vuestra alma al cielo,
todo el pueblo se volcó a vuestros funerales. Y, hoy, estáis toda
coronada de luz, como premio a vuestra entrega de amor y fe. Pío
Doce, Papa, os declaró santa y con ello, confirmó, lo que vos,
contasteis sobre la Santísima Virgen María, Santa Madre de Dios;
¡Oh!, Santa Catalina Labouré, “viva Luz amorosa de María Santísmima”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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28 de Noviembre
Santa Catalina Labouré
Religiosa
Año 1876

“Oh María sin pecado concebida: Ruega por nosotros que recurrimos a Ti”.

Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.

Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.

Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: “Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos”. La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.

Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.

Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración “Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”, conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevaba y sus altos empleados también.

En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.

Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: “Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden”. Y añadió: “Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden”.

Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130,000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.

En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: “Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen”).

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales (quien se humilla será enaltecido).

Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado. En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Catalina_Labouré.htm)

27 noviembre, 2020

Nuestra Señora, Virgen de la Medalla Milagrosa

 

 Medalla Milagrosa - Origen significado La Medalla Milagrosa es uno de los  sacramentales de … | Oraciones religiosas, Oracion virgen milagrosa,  Oraciones cristianas

 

¡Oh!, Nuestra Señora, Virgen de la Medalla Milagrosa;
sólo a Vos, a quien llamamos entre otras letanías “Lucero
de la Mañana”, “Torre de Marfil” y “Salud de los Enfermos”,
pudisteis haberos aparecido a Santa Catalina Labouré,
humilde vicentina religiosa así: “Vos, veníais de blanco
vestida y junto a Vos, un globo, sobre el cual la cruz
estaba. Vos, abristeis vuestras santas manos, y de vuestros
dedos, fulgentes rayos luminosos salieron, que hacia
la tierra descendieron”. Y, Ella os dijo: “Este globo que
has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que
yo expando sobre todos aquellos que me invocan como
Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos
que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no
me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”. Entonces
alrededor de Vuestra cabeza una aureola se formó
con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz os
dijo a vos, Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante
a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María,
que hasta hoy, plasmado está, está en la Medalla Milagrosa;
¡oh!, Señora Nuestra, de la Medalla Milagrosa, Puro Amor de Dios.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Noviembre
La Virgen de la Medalla Milagrosa

El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:

“Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”.

Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz dijo a Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.

El Arzobispo de París permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros. (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Virgen_de_la_Medalla_Milagrosa.htm)

26 noviembre, 2020

Beato Santiago Alberione

 

Santo del día | 26 noviembre: Beato Santiago Alberione

 

¡Oh!, Beato Santiago Alberione, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, y su amado santo, que, por la evangelización
del mundo, os dedicasteis a poner al servicio del mundo los
medios de comunicación social, para la verdad de Cristo,
Dios y Señor Nuestro, diseminar, fundando la “Congregación
de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol”. Y, por ello, sois
hoy por hoy, considerado el apóstol más creativo del siglo
veinte. Vos, niño aún, aspirabais Cura ser, y Dios os llenó
el alma para el logro de aquél sueño. Y, así fue y Él, os
donó aquella gracia, tanto que, una “luz especial”, os vino
de la Santa Hostia, como signo divino de vuestro andar
futuro. Vuestra misión, predicar el Evangelio a todos los
pueblos, imitando el espíritu de San Pablo, utilizando los
medios de comunicación, cosa que vos, nos legasteis en:
“Apuntes de teología pastoral”, y en “La mujer asociada al
celo sacerdotal”. Pensando en vuestra fundación
la “Pía Sociedad de San Pablo”, compuesta de hermanos
y hermanos, y de ellas, es Teresa Merlo, quien os sigue,
con la congregación de las “Hijas de San Pablo”. Luego
vos, diríais “San Pablo me curó”, pues sufristeis males del
cuerpo de forma repentina. El Divino Maestro, os dijo en
sueños: “No temáis, Yo, estoy con vosotros, desde aquí quiero
iluminar, caminad en continua conversión”. Más adelante fundasteis
“Las Pías Discípulas del Divino Maestro”. Apostólicamante
difundisteis las ediciones populares de los Libros Sagrados,
y la Doctrina Cristiana, para evangelizar a la gente de todo
el orbe de la tierra. “Vida Pastoral”, “El Domingo”, “Familia
Cristiana”, “La Madre de Dios”, “Pastor bonus”, “Camino,
Verdad y Vida”, “La Vida en Cristo”, “En la Iglesia”, y el
“Giornalino 1”, son vuestros preciosos legados. Fundasteis
también, las “Hermanas de Jesús Buen Pastor” . “La
primera preocupación en la familia Paulina, será la de la
vida, la segunda, la santidad de la doctrina”, señalasteis
con amor, antes de lanzaros a vuestro proyecto Mayor: “La
enciclopedia sobre Jesús Maestro”. El “Instituto Regina
Apostolorum”, los Institutos de vida secular consagrada: San
Gabriel Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote
y la Santa Familia, también los fundasteis . El Papa Paulo VI,
dijo en vida de vos, así: “Miradlo: humilde, silencioso,
incansable, siempre alerta, siempre ensimismado en sus
pensamientos, que van de la oración a la acción, siempre
atento a escrutar los “signos de los tiempos”. Es decir, las
formas más geniales de llegar a las almas. Nuestro P. Alberione
ha dado a la Iglesia nuevos instrumentos para expresarse,
nuevos medios para vigorizar y ampliar su apostolado, y nueva
conciencia de la validez y de la posibilidad de su misión
en el mundo moderno y con los medios modernos. Deje, querido
P. Alberione, que el Papa goce de esta prolongada, fiel e
incansable fatiga y de los frutos por ella producidos para
gloria de Dios y bien de la Iglesia”. Y, así, y luego de haber
gastado vuestra santa vida, os llegó el dulce sueño de la
muerte, que os elevó a la Casa del Padre, para coronado ser
de luz como premio a vuestra increíble entrega de amor y fe;
¡Oh!, Beato Santiago Alberione, “viva Palabra del Dios Vivo”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Noviembre
Beato Santiago Alberione
Sacerdote
Presbítero y Fundador de la Congregación
de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol

Martirologio Romano: En Roma, beato Santiago Alberione, presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó enteramente a poner al servicio de la sociedad humana los instrumentos de comunicación social para promover la verdad de Cristo, fundando, además, la Congregación de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol (1971).

Fundador de la Familia Paulina, fue uno de los apóstoles más creativos del siglo XX. Nacido en San Lorenzo di Fossano (Cúneo, Italia) el 4 de abril de 1884, recibió el bautismo al día siguiente. La familia Alberione, compuesta por Michele y Teresa Allocco más seis hijos, pertenecía a la clase campesina, era profundamente cristiana y trabajadora.

El pequeño Santiago, cuarto de los hijos, experimenta pronto la llamada de Dios: el primer año de la escuela elemental, al preguntarle la maestra qué hará cuando sea mayor, respondió: “Quiero ser cura”. Los años de la niñez se orientan en esa dirección.

Trasladada la familia al pueblecito de Cherasco, parroquia de San Martín, diócesis de Alba, el párroco don Montersino ayuda al adolescente a tomar conciencia y a responder a la llamada. A los 16 años, Santiago es admitido en el seminario de Alba y enseguida se encuentra con quien le será padre, guía, amigo y consejero durante 46 años: el canónigo Francisco Chiesa.

Al término del Año Santo 1900, habiéndose sentido interpelado por la encíclica de León XIII “Tametsi futura”, Santiago vive la experiencia determinante de su vida. La noche del 31 de diciembre de 1900, puente entre los dos siglos, el joven seminarista reza cuatro horas seguidas ante el Smo. Sacramento y proyecta en la luz de Dios su futuro. Una “luz especial ” le vino de la Hostia, y desde aquel momento se siente “profundamente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo”: “obligado a servir a la Iglesia” con los nuevos medios que el ingenio humano presentaba.

El itinerario del joven Alberione prosigue intensamente durante los años del estudio de la filosofía y la teología. El 29 de junio de 1907 es ordenado sacerdote. Sigue una breve pero decisiva experiencia pastoral en Narzole (Cúneo), como vicepárroco. Allí encuentra al jovencito José Giaccardo, que para él será lo que fue Timoteo para el apóstol Pablo. Y también allí, el P. Alberione madura la comprensión de lo que puede hacer la mujer implicada en el apostolado.

En el seminario de Alba desempeña el cargo de Padre espiritual de los seminaristas mayores y menores, y da clases de varias asignaturas. Se presta para la predicación, catequesis y conferencias en diversas parroquias de la diócesis. Dedica asimismo mucho tiempo al estudio sobre la situación de la sociedad civil y eclesial de su tiempo y sobre las nuevas necesidades que se entrevén.

Comprende que el Señor le guía a una misión nueva: predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del apóstol Pablo, utilizando los medios modernos de comunicación. Atestiguan tal orientación dos libros suyos: Apuntes de teología pastoral (1912) y La mujer asociada al celo sacerdotal (1911-1915).

Dicha misión, para tener carisma y continuidad, debe ser asumida por personas consagradas, pues “las obras de Dios se hacen con los hombres de Dios”. Y así, el 20 de agosto de 1914, mientras en Roma muere el papa Pío X, en Alba el P. Alberione da inicio a la “Familia Paulina” con la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo. El comienzo es pobrísimo, de acuerdo con la pedagogía divina: “empezar siempre desde un pesebre”.

La familia humana —en la que el P. Alberione se inspira— está compuesta de hermanos y hermanas. La primera mujer que sigue al P. Alberione es una muchacha veinteañera de Castagnito (Cúneo): Teresa Merlo. Con su aporte, Alberione da comienzo a la congregación de las Hijas de San Pablo (1915). Lentamente la “Familia” se desarrolla, las vocaciones masculinas y femeninas aumentan, el apostolado se delinea y toma forma.

En diciembre de 1918 se produce una primera partida de “hijas” hacia Susa (Turín): empieza una intrépida historia de fe y de iniciativas, que engendra incluso un estilo característico, denominado “a la paulina”. Este camino parece interrumpirse en 1923, cuando el P. Alberione enferma gravemente y el diagnóstico de los médicos no deja esperanzas. Pero el Fundador reemprende milagrosamente el camino: “San Pablo me curó”, comentará después. Por entonces aparece en las capillas paulinas la frase que, en sueño o en revelación, el divino Maestro dirige al Fundador: “No temáis – Yo estoy con vosotros – Desde aquí quiero iluminar – Caminad en continua conversión”.

Al año siguiente viene a la vida la segunda congregación femenina: las Pías Discípulas del Divino Maestro, para el apostolado eucarístico, sacerdotal, litúrgico. A guiarlas en la nueva vocación, el P. Alberione llama a la joven Hna. Ma. Escolástica Rivata, que morirá a los noventa años en olor de santidad.

En el campo apostólico, el P. Alberione promueve la impresión de ediciones populares de los Libros Sagrados, y con las publicaciones periódicas se lanza a las formas más rápidas para hacer llegar el mensaje de Cristo a los lejanos. En 1912 ya había aparecido la revista Vida Pastoral destinada a los párrocos; El Domingo, hojita semanal para la animación de la liturgia dominical, sale en 1921; en 1931 nace Familia Cristiana, revista semanal con la finalidad de alimentar la vida cristiana de las familias. Seguirán: La Madre de Dios (1933), “para desvelar a las almas las bellezas y las grandezas de María”; Pastor bonus (1937), revista mensual en latín; Camino, Verdad y Vida (1952), revista mensual para dar a conocer y enseñar la doctrina cristiana; La Vida en Cristo y en la Iglesia (1952), con el fin de hacer “conocer los tesoros de la Liturgia, difundir cuanto sirve a la Liturgia, vivir la Liturgia según la Iglesia”. El P. Alberione piensa también en los muchachitos: para ellos empieza a publicar en 1924 Il Giornalino 1.

Se pone mano asimismo a la construcción del gran templo dedicado a san Pablo en Alba. Seguirán los otros dos a Jesús Maestro (en Alba y Roma) y el santuario a la Reina de los Apóstoles (Roma). Sobre todo se mira a salir de los confines locales y nacionales. En 1926 nace la primera Casa filial en Roma, seguida en los años sucesivos por muchas fundaciones en Italia y en otras naciones.

Entretanto crece el edificio espiritual: el Fundador inculca el espíritu de entrega mediante “devociones” de fuerte dinamismo apostólico: a Jesús Maestro y Pastor “Camino y Verdad y Vida”, a María Madre, Maestra y Reina de los Apóstoles; a san Pablo apóstol. Es precisamente la referencia al Apóstol lo que califica en la Iglesia a las nuevas instituciones como “Familia Paulina”. La meta ansiada por el Fundador como primer empeño, es la conformación plena con Cristo: acoger todo el Cristo Camino y Verdad y Vida en toda la persona, mente, voluntad, corazón, fuerzas físicas. Orientación codificada en el librito Donec formetur Christus in vobis (1932).

En octubre de 1938 el P. Alberione funda la tercera congregación femenina: las Hermanas de Jesús Buen Pastor o “Pastorcitas”, destinadas al apostolado pastoral directo en auxilio de los Pastores.

Durante el obligado paréntesis de la segunda guerra mundial (1940-1945), el Fundador no se detiene en su itinerario espiritual. Va acogiendo en medida creciente la luz de Dios en un clima de adoración y contemplación. De ello son testimonio los Cuadernillos espirituales, en los que anota las inspiraciones y los medios que adoptar para responder al proyecto de Dios. En esta atmósfera espiritual nacen las meditaciones que cada día dicta a los hijos e hijas, las directrices para el apostolado, la predicación de incontables retiros y cursos de ejercicios (recogidos en sendos opúsculos). El empeño del Fundador es siempre el mismo: hacer comprender a todos que “la primera preocupación en la Familia Paulina será la santidad de la vida, la segunda la santidad de la doctrina”. A la luz de esto hay que entender su Proyecto de una enciclopedia sobre Jesús Maestro (1959).

En 1954, recordando el 40 aniversario de fundación, el P. Alberione aceptó por primera vez que se escribiera de él en el volumen Mi protendo in avanti 2, y consintió en facilitar algunos apuntes suyos acerca de los orígenes de la fundación. Surgió así el librito Abundantes divitiæ gratiæ suæ, que se considera como la “historia carismática de la Familia Paulina”. Familia que fue completándose entre 1957 y 1960, con la fundación de la cuarta congregación femenina, el Instituto Regina Apostolorum para las vocaciones (Hermanas “Apostolinas”), y de los Institutos de vida secular consagrada: San Gabriel Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote y Santa Familia. Diez instituciones (incluidos los Cooperadores Paulinos), unidos todos ellos por el mismo ideal de santidad y de apostolado: la reafirmación de Cristo “Camino, Verdad y Vida” en el mundo, mediante los instrumentos de la comunicación social.

A lo largo de los años 1962-1965, el P. Alberione es protagonista silencioso pero atento del Concilio Vaticano II, a cuyas sesiones participa diariamente. Entre tanto, no faltan tribulaciones y sufrimientos: la muerte prematura de sus primeros colaboradores, Timoteo Giaccardo y Tecla Merlo; la preocupación por las comunidades en países con dificultades y, personalmente, una martirizadora escoliosis, que le atormentaba noche y día.

Vivió 87 años. Cumplida la obra que Dios le había encargado, el 26 de noviembre de 1971 dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del papa Pablo VI, que nunca ocultó su admiración y veneración por el P. Alberione. Es conmovedor el testimonio que dio de él en la audiencia concedida a la Familia Paulina el 28 de junio de 1969 (el Fundador tenía 85 años):

“Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre ensimismado en sus pensamientos, que van de la oración a la acción, siempre atento a escrutar los “signos de los tiempos”, es decir, las formas más geniales de llegar a las almas… Nuestro P. Alberione ha dado a la Iglesia nuevos instrumentos para expresarse, nuevos medios para vigorizar y ampliar su apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia de la validez y de la posibilidad de su misión en el mundo moderno y con los medios modernos. Deje, querido P. Alberione, que el Papa goce de esta prolongada, fiel e incansable fatiga y de los frutos por ella producidos para gloria de Dios y bien de la Iglesia”.

El 27 de Abril de 2003 fue beatificado por el papa Juan Pablo II

Texto reproducido con autorización de Vatican.va


(http://es.catholic.net/busqueda/index.phtml?w=Santiago+Alberione&s=2&and=1)

25 noviembre, 2020

Santa Catalina de Alejandría

 

Santa Catalina de Alejandria, Mártir

 

¡Oh!; Santa Catalina de Alejandría, vos, sois la hija del Dios
de la Vida y su amada mártir, pues, vuestro ingenio,
sabiduría y fortaleza de ánimo os catapultaron en vida
a alcanzar los cielos eternos por amor a Cristo Jesús, Dios
y Señor Nuestro. Con vuestra santa vida, no hicisteis otra
cosa, que, la de aleccionar a los cristianos de vuestro tiempo
y estimularlos en su fidelidad a Cristo. Vuestra belleza
e inteligencia os distinguieron en Alejandría, pues versada
como erais en filosofía, buscabais siempre la verdad. Por
ello, os bautizasteis cristiana. Y, desde allí, recriminasteis
al emperador por su conducta y lo callasteis con vuestra
rectitud de obrar. Enfrentasteis a los sabios del imperio
y descubristeis sus sofismas, tanto así, que, los convertisteis
a vuestra fe. Nadie osó venceros en el campo de la razón,
pero, sí, os vencieron por la fuerza de las armas, con aquella
rueda con cuchillas, y la espada, que os cortó vuestra cabeza.
Vos, representáis lo recto, lo justo y lo sublime, y, por ello,
lista estabais para dar la vida por la Verdad y la disteis.
Hoy, vuestras reliquias en el monte Sinaí veneran, y también
en el monasterio que vuestro nombre lleva. Por ello, vos, sois,
la Santa Patrona de los buscadores de la sabiduría y la verdad,
y de los estudiantes y solteras de todo el orbe de la tierra;
¡Oh!; Santa Catalina; “viva novia de la Verdad y de la Sabiduría de Dios”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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25 de Noviembre
Santa Catalina de Alejandría
Mártir

Martirologio Romano: Santa Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí (s. inc.)

La veneración de los restos de santa Catalina en el monte Sinaí y la celebridad del monasterio ortodoxo que lleva su nombre y que los guarda ha hecho que casi haya disminuido la figura del mismo Moisés. Se la venera tanto en Oriente como en Occidente. Los aficionados al saber la tienen como patrona.

Nada sabemos con certeza histórica del lugar y fecha de su nacimiento. La historia nos tiene velado el nombre de sus padres. Los datos de su muerte, según la “passio”, son tardíos y están pletóricos de elementos espureos. Por esto, algún historiador ha llegado a pensar que quizá esta santa nunca haya existido. Así, Catalina de Alejandría sería un personaje aleccionador salido de la literatura para ilustrar la vida de los cristianos y estimularles en su fidelidad a la fe. De todos modos es seguro que la fantasía ha rellenado los huecos en el curso del tiempo.

Se la presenta como una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad. Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el tiempo con este “hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que habían soltado en las cultas ciudades del Oriente”, según lo describe el padre Urbel, o, con términos de Lactancio, “el mundo para él era un juguete”. Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus rectos razonamientos.

Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e incluso se convierten después de la dialéctica bizantina. Aparece como vencedora en la palestra de la razón y vencida por la fuerza de las armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo.

Sea lo que fuere en cuanto se refiere a la historia comprobable, lo cierto es que la figura de nuestra santa lleva en sí la impronta de lo recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.

¡Que bien nos vendrían hoy unas cuantas Catalinas que sepan ser mártires por la Verdad que es lo mismo que ser de Él testigos!

(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=746)

24 noviembre, 2020

Santos Andrés Dung-Lag y Compañeros Mártires

San Andrés Dung-Lac y Compañeros Mártires

¡Oh!, Santos Andrés Dung-Lag y Compañeros, vosotros,
sois los hijos del Dios de la Vida y sus amados santos,
que sus vidas ofrendaron a lo largo de los siglos dieciocho
y diecinueve, y, que, santos proclamados fueron por Juan
Pablo II, en Roma. Vosotros, erais dominicos de la Sociedad
de las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local,
más un seminarista y en estado laical muchos padres de
familia, una madre, dieciséis catequistas, seis militares,
cuatro médicos y, un sastre. Además, campesinos, pescadores
y jefes de comunidades cristianas, todos, decapitados,
estrangulados, quemados vivos, descuartizados, y muertos
en prisión a causa de las torturas y todos juntos, negándoos
a pisotear la Cruz de Cristo o admitir la falsedad de vuestra
santa fe. De todos vosotros, la fórmula de canonización ha
puesto en relieve seis santos nombres vuestros, no porque
seáis, menos importantes para Dios, sino, porque ellos
os representan toda vuestra gloria en el cielo. El primero,
Andrés Dung-Lag, catequista y después sacerdote. Tomás
Tran-VanThien, asesinado a los dieciocho años y Manuel
Le-Van-Phung, catequista y padre de familia. Todos, ellos,
vietnamitas. Entre los misioneros extranjeros, los dominicos
Jerónimo Hermosilla, vicario apostólico del Tonkín oriental,
y Valentín de Berriochoa y el francés Jean-Théophane
Vénard, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París,
cuyas cartas a santa Teresa de Lisieux inspiraron a rezar
por las misiones de las que fue proclamada patrona junto
a san Francisco Javier. Así, escribisteis la gloria de este día
para la eternidad, porque todos vosotros entregasteis vuestras
almas para coronadas ser con coronas de gloria y eternidad,
como justo premio a vuestra increíble entrega de amor y fe;
¡oh!; Santos Andrés Dung-Lag y fieles compañeros mártires,
“vivos gigantes de la fe del Dios de la Vida y de su Amor”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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24 de Noviembre
Santos Andrés Dung-Lag y compañeros
117 Mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX
Mártires de Vietnam

Esta memoria obligatoria de los ciento diecisiete mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX, proclamados santos por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro el 19 de junio de 1988, celebra a mártires que ya habían sido beatificados anteriormente en cuatro ocasiones distintas: sesenta y cuatro, en 1900, por León XIII; ocho, por Pío X, en 1906; veinte, en 1909, por el mismo Pío X; veinticinco, por Pío XII, en 1951.

No sólo son significativos el número insuperado en la historia de las canonizaciones, sino también la calificación de los santos (ocho obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos), la nacionalidad (noventa y seis vietnamitas; once españoles; diez franceses, el estado religioso (once dominicos; diez de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local, más un seminarista, el estado laical (muchos padres de familia, una madre, dieciséis catequistas, seis militares, cuatro médicos, un sastre; además de campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas).

Seis de ellos fueron martirizados en el siglo XV, los demás, entre 1835 y 1862; es decir, en el tiempo del dominio de los tres señores que gobernaban Tonkín, Annam y Cochinchina, hoy integradas en la nación de Vietnam.

En gran parte (setenta y cinco) fueron decapitados; los restantes murieron estrangulados, quemados vivos, descuartizados, o fallecieron en prisión a causa de las torturas, negándose a pisotear la cruz de Cristo o a admitir la falsedad de su fe.

De estos ciento diecisiete mártires, la fórmula de canonización ha puesto de relieve seis nombres particulares, en representación de las distintas categorías eclesiales y de los diferentes orígenes nacionales. El primero, del que encontramos una carta en el oficio de lectura, es Andrés Dung-Lac. Nació en el norte de Vietnam en 1795; fue catequista y después sacerdote. Fue muerto en 1839 y beatificado en 1900. Otros dos provienen del centro y del sur del Vietnam. El primero, Tomás Tran-VanThien, nacido en 1820 y arrestado mientras iniciaba su formación sacerdotal, fue asesinado a los dieciocho años en 1838; el otro es Manuel Le-Van-Phung, catequista y padre de familia, muerto en 1859 (beatificado en 1909).

Entre los misioneros extranjeros son mencionados dos españoles y un francés. El dominico español Jerónimo Hermosilla, llegado a Vietnam en 1829, vicario apostólico del Tonkín oriental, fue muerto en 1861 (beatificado en 1909); el otro dominico, el obispo vasco Valentín de Berriochoa, que llegó a Tonkín en 1858, a los treinta y cuatro años, fue muerto en 1861 (beatificado en 1906).

El francés Jean-Théophane Vénard, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, llegó a Tonkín en 1854 y fue asesinado a los treinta y dos años (beatificado en 1906): sus cartas inspiraron a santa Teresa de Lisieux a rezar por las misiones, de las que fue proclamada patrona junto con san Francisco Javier.

Lista de los 117 Mártires de Vietnam

1 Andrés DUNG-LAC, Sacerdote 21-12-1839
2 Domingo HENARES, Obispo O.P. 25-06-1838
3 Clemente Ignacio DELGADO CEBRIAN, Obispo O.P. 12-07-1838
4 Pedro Dumoulin BORIE, Obispo M.E.P. 24-11-1838
5 José María DIAZ SANJURJO, Obispo O.P. 20-07-1857
6 Melchor GARCIA SAMPEDRO SUAREZ, Obispo O.P. 28-07-1858
7 Jerónimo HERMOSILLA, Obispo O.P. O1-11-1861
8 Valentín BERRIOCHOA, Obispo O.P. 01-11-1861
9 Esteban Teodoro CUENOT, Obispo M.E.P. 14-11-1861
10 Francisco GIL DE FEDERICH, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
11 Mateo ALONSO LECINIANA, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
12 Jacinto CASTANEDA, Sacerdote O.P. 07-11-1773
13 Vicente LE OUANG LIEM, Sacerdote O.P. 07-11-1773
14 Emanuel NGUYEN VAN TRIEU, Sacerdote 17-09-1798
15 Juan DAT, Sacerdote 28-10-1798
16 Pedro LE TuY, Sacerdote 11-10-1833
17 Francisco Isidoro GAGELIN, Sacerdote M.E.P. 17-10-1833
18 José MARCHAND, Sacerdote M.E.P. 30-11-1835
19 Juan Carlos CORNAY, Sacerdote M.E.P. 20-09-1837
20 Vicente DO YEN, Sacerdote O.P. 30-06-1838
21 Pedro NGUYEN BA TUAN, Sacerdote 15-07-1838
22 José FERNANDEZ, Sacerdote O.P. 24-07-1838
23 Bernardo VU VAN DUE, Sacerdote 01-08-1838
24 Domingo NGUYEN VAN HANH (DIEU), Sacerdote O.P. 01-08-1838
25 Santiago Do MAI NAM, Sacerdote 12-08-1838
26 José DANG DINH (NIEN) VIEN, Sacerdote 21-08-1838
27 Pedro NGUYEN VAN TU, Sacerdote O.P. 05-09-1838
28 Francisco JACCARD, Sacerdote M.E.P. 21-09-1838
29 Vicente NGUYEN THE DIEM, Sacerdote 24-11-1838
30 Pedro VO BANG KHOA, Sacerdote 24-11-1838
31 Domingo TUOC, Sacerdote O.P. 02-04-1839
32 Tomás DINH VIET Du, Sacerdote O.P. 26-11-1839
33 Domingo NGUYEN VAN (DOAN) XUYEN, Sacerdote O.P. 26-11-1839
34 Pedro PHAM VAN TIZI, Sacerdote 21-12-1839
35 Pablo PHAN KHAc KHOAN, Sacerdote 28-04-1840
36 Josée DO QUANG HIEN, Sacerdote O.P. 09-05-1840
37 Lucas Vu BA LOAN, Sacerdote 05-06-1840
38 Domingo TRACH (DOAI), Sacerdote O.P. 18-09-1840
39 Pablo NGUYEN NGAN, Sacerdote 08-11-1840
40 José NGUYEN DINH NGHI, Sacerdote 08-11-1840
41 Martín TA Duc THINH, Sacerdote 08-11-1840
42 Pedro KHANH, Sacerdote 12-07-1842
43 Agustín SCHOEFFLER, Sacerdote M.E.P. 01-05-1851
44 Juan Luis BONNARD, Sacerdote M.E.P. 01-05-1852
45 Felipe PHAN VAN MINH, Sacerdote 03-07-1853
46 Lorenzo NGUYEN VAN HUONG, Sacerdote 27-04-1856
47 Pablo LE BAo TINH, Sacerdote 06-04-1857
48 Domingo MAU, Sacerdote O.P. 05-11-1858
49 Pablo LE VAN Loc, Sacerdote 13-02-1859
50 Domingo CAM, Sacerdote T.O.P. 11-03-1859
51 Pedro DOAN LONG QUY, Sacerdote 31-07-1859
52 Pedro Francisco NERON, Sacerdote M.E.P. 03-11-1860
53 Tomás KHUONG, Sacerdote T.O.P. 30-01-1861
54 Juan Teofano VENARD, Sacerdote M.E.P. 02-02-1861
55 Pedro NGUYEN VAN Luu, Sacerdote 07-04-1861
56 José TUAN, Sacerdote O.P. 30-04-1861
57 Juan DOAN TRINH HOAN, Sacerdote 26-05-1861
58 Pedro ALMATO RIBERA, Sacerdote O.P. 01-11-1861
59 Pablo TONG VIET BUONG, Laico 23-10-1833
60 Andrés TRAN VAN THONG, Laico 28-11-1835
61 Francisco Javier CAN, Catequista 20-11-1837
62 Francisco DO VAN (HIEN MINH) CHIEU, Catequista 25-06-1838
63 José NGUYEN DINH UPEN, Catequista T.O.P. 03-07-1838
64 Pedro NGUYEN DicH, Laico 12-08-1838
65 Miguel NGUYEN HUY MY, Laico 12-08-1838
66 José HOANG LUONG CANH, Laico T.O.P. 05-09-1838
67 Tomás TRAN VAN THIEN, Seminarista 21-09-1838
68 Pedro TRUONG VAN DUONG, Catequista 18-12-1838
69 Pablo NGUYEN VAN MY, Catequista 18-12-1838
70 Pedro VU VAN TRUAT, Catequista 18-12-1838
71 Agustín PHAN VIET Huy, Laico 13-06-1839
72 Nicolás BUI DUC THE, Laico 13-06-1839
73 Domingo (Nicolás) DINH DAT, Laico 18-07-1839
74 Tomás NGUYEN VAN DE, Laico T.O.P. 19-12-1839
75 Francisco Javier HA THONG MAU, Catequista T.O.P. 19-12-1839
76 Agustín NGUYEN VAN MOI, Laico T.O.P. 19-12-1839
77 Domingo Bui VAN UY, Catequista T.O.P. 19-12-1839
78 Esteban NGUYEN VAN VINTI, Laico T.O.P. 19-12-1839
79 Pedro NGUYEN VAN HIEU, Catequista 28-04-1840
80 Juan Bautista DINH VAN THANH, Catequista 28-04-1840
81 Antonio NGUYEN HUU (NAM) QUYNH, Laico 10-07-1840
82 Pietro NGUYEN KHAC Tu, Catequista 10-07-1840
83 Tomás TOAN, Catequista T.O.P. 21-07-1840
84 Juan Bautista CON, Laico 08-11-1840
85 Martín THO, Laico 08-11-1840
86 Simón PHAN DAc HOA, Laico 12-12-1840
87 Inés LE THi THANH (DE), Laica 12-07-1841
88 Mateo LE VAN GAM, Laico 11-05-1847
89 José NGUYEN VAN Luu, Catequista 02-05-1854
90 Andrés NGUYEN Kim THONG (NAM THUONG), Catequista 15-07-1855
91 Miguel Ho DINH HY, Laico 22-05-1857
92 Pedro DOAN VAN VAN, Catequista 25-05-1857
93 Francisco PHAN VAN TRUNG, Laico 06-10-1858
94 Domingo PHAM THONG (AN) KHAM, Laico T.O.P. 13-01-1859
95 Lucas PHAM THONG (CAI) THIN, Laico 13-01-1859
96 José PHAM THONG (CAI) TA, Laico 13-01-1859
97 Pablo HANH, Laico 28-05-1859
98 Emanuel LE VAN PHUNG, Laico 31-07-1859
99 José LE DANG THI, Laico 24-10-1860
100 Mateo NGUYEN VAN (NGUYEN) PHUONG, Laico 26-05-1861
101 José NGUYEN DUY KHANG, Catequista T.O.P. 06-11-1861
102 José TUAN, Laico 07-01-1862
103 José TUC, Laico 01-06-1862
104 Domingo NINH, Laico 02-06-1862
105 Domingo TORI, Laico 05-06-1862
106 Lorenzo NGON, Laico 22-05-1862
107 Pallo (DONG) DUONG, Laico 03-06-1862
108 Domingo HUYEN, Laico 05-06-1862
109 Pedro DUNG, Laico 06-06-1862
110 Vicente DUONG, Laico 06-06-1862
111 Pedro THUAN, Laico 06-06-1862
112 Domingo MAO, Laico 16-06-1862
113 Domingo NGUYEN, Laico 16-06-1862
114 Domingo NHI, Laico 16-06-1862
115 Andrés TUONG, Laico 16-06-1862
116 Vicente TUONG, Laico 16-06-1862
117 Pedro DA, Laico 17-06-1862

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O.P. : Orden de los Predicadores (Dominicos)
T.O.P.: Terciario de la Orden de los Predicadores
M.E.P.: Sociedad de las Misiones Extranjeras de París

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

23 noviembre, 2020

San Columbano, Abad

 

 Catholik-blog: Sobre la compunción - san Columbano, abad


Martirologio Romano: San Columbano, Abad, irlandés de nacimiento, que por Cristo se hizo peregrino para evangelizar a las gentes de las Galias. Fundó, entre otros muchos, el monasterio de Luxeuil, que él mismo rigió con estricta observancia, y obligado después a exiliarse, atravesó los Alpes y construyó el cenobio de Bobbio, en la Liguria, famoso por su disciplina y estudios, en el cual se durmió en paz, lleno de méritos para con la Iglesia. Su cuerpo recibió sepultura en este día († 615).

Etimológicamente Columbano = “paloma”. Viene de la lengua latina.

Breve Biografía

Nació en Irlanda en el 543. Desde pequeño mostró una clara inclinación para la vida consagrada.

Al salir de Irlanda en compañía del monje y San Galo, recorrió Europa Occidental. Unas veces era rechazado, otras acogido, pero de lo que no cabe duda es que fue el fundador de monasterios y abadías desde las cuales salía un resplandor cultural y religioso dignos de toda loa.

Fueron el foco para culturización y cristianización de la época merovingia. Su estilo de vida fue austero y así se lo exigía a los monjes, pues gracias a ella, encontraron un camino para la santidad al menos trece santos que no es el caso de enumerar.

El monasterio más célebre fue el de Luxeuil, al que confluyeron monjes francos, galos y burgondes. Fue durante dos siglos el centro de vida monástica más importante en todo el Occidente.

En el año 610 tuvo que salir pitando de Francia porque la cruel reina Brunehaut lo perseguía, porque le había echado en cara todos sus vicios y sus crímenes.

Pensaba volver a Irlanda pero se quedó en Nantes. También que tuvo que huir por los Alpes hasta que encontró acogida y refugio en Bobio, al norte de Italia, en la región de la Emilia Romagna, provincia de Piacenza.

Aquí fundó su último monasterio y en él murió en el año 615. La regla monástica original que dio a sus monasterios tuvo una influencia por toda Europa durante más de dos siglos.

(https://es.catholic.net/op/articulos/32140/columbano-santo.html#modal)

22 noviembre, 2020

Jesucristo, Rey del Universo (A)

 

 Lectio Divina: 2 de marzo de 2020 – Iglesia en Aragon

 

Domingo XXXIV del tiempo ordinario: Jesucristo, Rey del Universo (A) Texto del Evangelio (Mt 25,31-46): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

»Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?’. ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.

»Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y Él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna».

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«Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Hoy, Jesús nos habla del juicio definitivo. Y con esa ilustración metafórica de ovejas y cabras, nos hace ver que se tratará de un juicio de amor. «Seremos examinados sobre el amor», nos dice san Juan de la Cruz.

Como dice otro místico, san Ignacio de Loyola en su meditación Contemplación para alcanzar amor, hay que poner el amor más en las obras que en las palabras. Y el Evangelio de hoy es muy ilustrativo. Cada obra de caridad que hacemos, la hacemos al mismo Cristo: «(…) Porque tuve hambre, y me disteis de comer; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; en la cárcel, y vinisteis a verme» (Mt 25,34-36). Más todavía: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).

Este pasaje evangélico, que nos hace tocar con los pies en el suelo, pone la fiesta del juicio de Cristo Rey en su sitio. La realeza de Cristo es una cosa bien distinta de la prepotencia, es simplemente la realidad fundamental de la existencia: el amor tendrá la última palabra.

Jesús nos muestra que el sentido de la realeza -o potestad- es el servicio a los demás. Él afirmó de sí mismo que era Maestro y Señor (cf. Jn 13,13), y también que era Rey (cf. Jn 18,37), pero ejerció su maestrazgo lavando los pies a los discípulos (cf. Jn 13,4 ss.), y reinó dando su vida. Jesucristo reina, primero, desde una humilde cuna (¡un pesebre!) y, después, desde un trono muy incómodo, es decir, la Cruz.

Encima de la cruz estaba el cartel que rezaba «Jesús Nazareno, Rey de los judíos» (Jn 19,19): lo que la apariencia negaba era confirmado por la realidad profunda del misterio de Dios, ya que Jesús reina en su Cruz y nos juzga en su amor. «Seremos examinados sobre el amor».

(https://evangeli.net/evangelio)

Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

 

La celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí" (Jn 18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce. (ACI Prensa).

21 noviembre, 2020

La Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo

 Fiesta de la presentación de la Virgen María en el Templo… | Jesus de la  Divina Misericordia

¡Oh!, Santa María, Niña Nuestra, Vos,
sois la Hija del Dios de la Vida,
Su amadísima y predilecta.
Y, maravilla de maravillas, que en este
día, a Vos, os presentaron Joaquín
y Ana, vuestros amadísimos padres,
hijos del Dios de la Vida, y santos
en el Templo de Dios, para que Vos,
fuerais instruida sobre la fe de vuestros padres
y supierais vuestros deberes para con Dios.
Y, Él, Vuestro Padre, el “Alpha y el
Omega”, desde siempre y por siempre
os bendijo amorosa y eternamente por
los siglos de los siglos, ¡Kejaritomene¡ Aleluya!
¡Oh!, Santa María, Niña Nuestra, “¡Viva Luz y Amor!”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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21 de noviembre
La Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo

Honramos hoy la Presentación en el Templo de aquella Niña de bendición. Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el «Protoevangelio de Santiago». Según este documento la Virgen María fue llevada a la edad de tres años por sus padres San Joaquín y Santa Ana. Allí, junto a otras doncellas y piadosas mujeres, fue instruida cuidadosamente respecto la fe de sus padres y sobre los deberes para con Dios.

Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén , en el año 543. Todo eso se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de ello el emperador Miguel Comeno en una Constitución de 1166.

Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

Oración

Oh Dios, que quisiste que en este día fuese presentada en el templo la Santísima Virgen María, morada del Espíritu Santo: suplicámoste por su intercesión nos concedas merecer ser presentados en el templo de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Presentación_de_la_Virgen_María.htm)

20 noviembre, 2020

San Octavio, Solutor y Adventor, Mártires

 

Los gloriosos mártires Adventor, Solutor y Octavio alcanzaron la palma del  martirio» – Reporte Católico Laico

 ¡Oh!, San Octavio, Solutor y Adventor, Mártires, vosotros
sois los hijos del Dios de de la Vida y sus amados santos,
que como San Ambrosio de Milán decíais: “Comenzad en
vosotros la obra de la paz, una vez que vosotros estéis
pacificados, llevaréis la paz a los demás”. Y, así lo
hicisteis, conjuntamente que Solutor y Adventor
vuestros valerosos e increíbles compañeros, y que hoy,
os celebran en la iglesia de Turín, porque valientes
y orgullosos en vuestra fe, confesasteis que Cristo
Jesús, es Dios y Señor Nuestro. A vosotros de tanta
y clarificada entrega militar, se os compuso una “Pasión”,
donde se os resalta vuestro arrojo, valentía y vuestra
vida como mártires en plena persecución. Además
vuestra “Pasión”, narra, de cómo escapar lograron
de la masacre de Agaunum, pero, siendo capturados
enseguida, lograsteis fugaros una vez más y caminar
por inhóspitos y solitarios parajes. Esta vez, sobre
vuestra propia muerte y todo por la fe en el Dios
Vivo. Templo y más tarde un monasterio benedictino,
demolición y la “Consolata”, que os recibió, hasta
descansar con justicia en la Iglesia de los Mártires, en la que
hoy están, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!, San Octavio, Solutor y Adventor “vivo amor, por el Dios Vivo”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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20 de Noviembre
San Octavio, Solutor y Adventor, Mártires
Autor: P. Felipe Santos

Etimológicamente significa “octavo hijo”. Viene de la lengua latina.

La paz sobre la tierra comienza en nosotros mismos. San Ambrosio de Milán 

Ya en el siglo IV, san Ambrosio de Milán decía: “Comenzad en vosotros la obra de la paz, una vez que vosotros estéis pacificados, llevaréis la paz a los demás”.

Este joven, juntamente con Solutor y Adventor, se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.

Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.

Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor. El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.

No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o “Pasión” entre los años 432-450.

Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.

La “Pasión” narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.

Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.

También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar pro lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.

Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.

Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.

(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=13932)

 

19 noviembre, 2020

San Andrés Avelino

 

 San Andrés Avelino. Santo del día 10 de noviembre.

 ¡Oh!, San Andrés Avelino; vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, y el mismo que al leer
en el Libro Santo la frase: “La boca que miente,
mata el alma”, suficiente argumento fue, para todo
abandonarlo. Y, así, supisteis que, jamás volveríais
a ser como antes, y por ello, os entregasteis con
amor, fe y pasión a abrazar la Cruz de Cristo, atrás
dejando fama, posición y dinero, para, el uniforme
de santo sacerdote vestir y con él, deslumbrar
a propios y extraños, usando vuestra palabra, por donde
fuerais, maravillas y milagros haciendo. En Nápoles
vuestra amada ciudad, se convertían miles y miles
de pecadores, y acompañabais vuestras palabras
con admirables milagros y sanaciones. Cuando el Señor
os llamó, acudieron a vos, grandes multitudes a visitaros
en vuestro ataúd y durante setentaidos horas vuestro
santo cadáver echó sangre de manera milagrosa,
cada vez que le hicieron alguna pequeña herida
y ella, la recogieron en frascos, y cuatro años
después empezó a hervir en el aniversario de vuestra
muerte. Había dicho Nuestro Señor Jesucristo: “Quien
renuncie a algo importante por amor a mí, recibirá
cien veces más”. Y, claro, vos, lo recibisteis, y hoy,
gozáis de las alegrías del cielo eterno, coronado de
luz como premio justo, a vuestra entrega grande de amor
¡Santo Protector contra la muerte repentina! ¡Aleluya!;
¡oh! San Andrés Avelino; “vivo amor y renuncia por Cristo”.

© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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19 de Noviembre
San Andrés Avelino
Año 1608

Que Dios que es tan bueno y tan generoso, nos envíe muchos predicadores que como San Andrés Avelino conviertan a los pecadores que asistan a sus sermones.

Quien renuncie a algo importante por amor a mí, recibirá cien veces más (Jesucristo).

El hecho más conocido de este santo es que siendo un abogado de fama, un día en un pleito dijo una mentira, pero luego leyó en la S. Biblia la frase que dice: “La boca que miente, mata el alma”, y se asustó tanto que dejó la abogacía y se dedicó al sacerdocio, a predicar y salvar almas.

San Andrés Avelino nació en Nápoles (Italia) en 1521. Entró a la comunidad de Padres Teatinos y allí dio tales muestras de sabiduría, que fue nombrado maestro de novicios y superior.

San Carlos Borromeo, que era Arzobispo de Milán, quedó tan admirado de las cualidades de ciencia y de santidad de San Andrés que pidió a los superiores de esa comunidad que se lo enviaran a Milán, y lo obtuvo, consiguiendo con ello un gran progreso para su ciudad, porque las predicaciones de Avelino convertían muchos pecadores.

Había un convento muy relajado y San Carlos envió al Padre Andrés a tratar de reformarlo. Lo amenazaron de muerte si se atrevía a entrar allá, pero fue valiente y acabó con todos los abusos. En la ciudad de Piacenza su predicación produjo un cambio tan grande en las costumbres, que los cantineros y dueños de casas de juegos se quejaron ante el gobernador porque se les había acabado la clientela. El gobernador llamó al santo para que le diera explicaciones y este le habló tan hermosamente acerca de lo importante que es evitar el pecado y salvar el alma, que desde ese día la esposa del gobernante lo escogió como director espiritual.

En su ciudad de Nápoles su predicación convertía miles de pecadores, y él acompañaba sus palabras con admirables milagros y sanaciones. San Andrés Avelino murió a la edad de 80 años en noviembre de 1608, y murió en el preciso momento en el que empezaba la santa misa. Al hacer la señal de la cruz para comenzar la celebración, cayó muerto de un ataque de apoplejía.

Acudieron grandes multitudes a visitarlo en su ataúd, y durante 72 horas su cadáver echó sangre cada vez que le hicieron alguna pequeña cortada. Esa sangre la recogieron en frascos, y cuatro años después empezó a hervir, en el aniversario e su muerte.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Andrés_Avelino.htm)