¡Oh! San San Raimundo Zanfogni, vos, sois el hijo
del Dios de la Vida y su amado santo, y a quien
os llamaban “Palmerio”. Vos, de joven peregrinasteis
a Tierra Santa, para luego trabajar de zapatero
remendón, manteniendo secretamente vuestro espíritu
religioso y dando maravillosas catequesis. Aunque
contrajisteis matrimonio, llegando a tener seis hijos,
cinco cuales murieron pronto, solo os quedó uno.
Vuestro amor por la peregrinación, os hizo recorrer
el famoso camino a Santiago de Compostela y a vuestro
regreso os dedicasteis a las obras de caridad y, con lo
que os daban y la colaboración de vuestros compañeros
fundasteis un hospicio, para acoger a los pobres
y enfermos; peregrinos y niños abandonados; mujeres
sin recursos y marginales, en amorosa y clara imitación
de Cristo. Además, amante de las buenas costumbres
como erais, os preocupasteis por fomentar la moralidad
pública, la paz entre ciudades y la buena convivencia
entre todos los hombres de vuestro tiempo. Y, así,
un día, como todo en este mundo, voló vuestra alma
al cielo, para coronada ser con corona de luz como
justo premio a vuestra entrega de amor y fe. ¡Aleluya!
¡Oh! San San Raimundo, “vivo amor por el Dios Vivo”.
© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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del Dios de la Vida y su amado santo, y a quien
os llamaban “Palmerio”. Vos, de joven peregrinasteis
a Tierra Santa, para luego trabajar de zapatero
remendón, manteniendo secretamente vuestro espíritu
religioso y dando maravillosas catequesis. Aunque
contrajisteis matrimonio, llegando a tener seis hijos,
cinco cuales murieron pronto, solo os quedó uno.
Vuestro amor por la peregrinación, os hizo recorrer
el famoso camino a Santiago de Compostela y a vuestro
regreso os dedicasteis a las obras de caridad y, con lo
que os daban y la colaboración de vuestros compañeros
fundasteis un hospicio, para acoger a los pobres
y enfermos; peregrinos y niños abandonados; mujeres
sin recursos y marginales, en amorosa y clara imitación
de Cristo. Además, amante de las buenas costumbres
como erais, os preocupasteis por fomentar la moralidad
pública, la paz entre ciudades y la buena convivencia
entre todos los hombres de vuestro tiempo. Y, así,
un día, como todo en este mundo, voló vuestra alma
al cielo, para coronada ser con corona de luz como
justo premio a vuestra entrega de amor y fe. ¡Aleluya!
¡Oh! San San Raimundo, “vivo amor por el Dios Vivo”.
© 2020 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Julio
San Raimundo Zanfogni “Palmerio”
Nació en Piacenza (Italia) el año 1140. De joven peregrinó a Tierra
Santa y luego trabajó de zapatero remendón, manteniendo su espíritu
religioso y dando catequesis. Contrajo matrimonio y tuvo seis hijos,
cinco de los cuales murieron pronto.
Peregrinó a Santiago de Compostela y al regreso se dedicó a obras de caridad.
Con las ayudas que le daban y la colaboración de compañeros, fundó un
hospicio en el que acogía a pobres y enfermos, peregrinos y niños
abandonados, mujeres sin recursos o marginadas. Fomentó la moralidad
pública, la paz entre ciudades y la buena convivencia ciudadana. Murió
el año 1200.
(http://www.franciscanos.org/agnofranciscano/m07/dia0727.html)