¡Oh! Santos Frutos, Engracia y Valentín, vosotros
sois los hijos del Dios de la Vida y sus amados
santos, que siendo eremitas en tiempos complicados
entregasteis vuestras vidas al Dios de la Vida
y del Amor: ¡Nuestro Señor Jesucristo!. Vos, Frutos,
hermano mayor, decidisteis apartaros del mundo
y vivir en soledad, oración y penitencia. Pero,
vuestros hermanos, vendieron sus posesiones y
se deshicieron de sus riquezas, repartiéndolas
entre los pobres. El río Duratón, sabe mucho de
vosotros, pues compartió vuestras santas vidas.
Vivisteis en cuevas naturales, pero más tarde,
construisteis ermitas y allí vivisteis. Vos, san
Frutos, fuisteis el primero en partir. Vuestros
hermanos os dieron cristiana sepultura en el mismo
lugar que habitabais, y que hoy se conoce como
la “Ermita de San Frutos”, y sobre la misma que
se construyó el monasterio que lleva vuestro
nombre. Vuestros hermanos, Engracia y Valentín
se retiraron a la zona de Caballar, donde con
la presencia del Espíritu Santo, continuaron con
su vida en soledad y oración en la llamada “Ermita
de San Zoilo”. Un día, los sarracenos la invadieron
os tomaron prisioneros y os decapitaron. Pero,
Dios, viendo vuestra vida no os abandonó jamás y
pobladores de la zona trasladaron vuestros cuerpos
junto a los restos de vuestro hermano San Frutos,
pero, no así vuestras cabezas, que se quedaron
en el municipio de Caballar para ser veneradas.
Hoy, finalmente, vuestros restos se encuentran
el retablo dedicado a los santos segovianos, en
la Catedral de Santa María en Segovia. ¡Aleluya!
¡Oh! Santos, Frutos, Engracia y Valentín dulces
habitantes de la Patria Celeste, Junto a Cristo.
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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25 de octubre
Santos Frutos, Engracia y Valentín
Hermanos y eremitas
San Frutos, Santa Engracia y San Valentín, tres hermanos de Segovia (España), que vivieron como eremitas entre los siglos VII y VIII, en tiempos en los que la península hispánica estaba bajo el dominio de los visigodos.
San Frutos
Frutos nació en el año 642, en el seno de una familia rica que tuvo otros dos hijos: Valentín y Engracia. A la muerte de sus padres, San Frutos decidió apartarse del mundo y vivir en soledad, oración y penitencia.
Como sus hermanos quisieron secundarlo, vendieron las posesiones de la familia y se deshicieron de sus riquezas, repartiendo todo entre los pobres. Después, los hermanos se trasladaron juntos hacia las orillas del río Duratón, donde se establecieron finalmente.
Al principio vivieron en cuevas naturales, pero luego construyeron ermitas, como solían hacer los monjes. San Frutos murió a los 75 años, en el año 715. Sus hermanos lo enterraron en el mismo lugar que habitaba, hoy conocido como “Ermita de San Frutos”, sobre la que se construyó el famoso monasterio.
Santa Engracia y San Valentín
Luego, ya sin el hermano mayor, Engracia y Valentín se retiraron a la zona de Caballar, donde continuaron su vida de soledad y oración en la llamada “Ermita de San Zoilo”. Allí permanecieron los dos hasta que la región fue invadida por los sarracenos. Estos los tomaron prisioneros y los decapitaron.
Tras el suceso, los pobladores de la zona trasladaron los cuerpos de Engracia y Valentín junto a los restos de San Frutos, a excepción de sus cabezas, que se quedaron en el municipio de Caballar para ser veneradas.
Las reliquias de los tres hermanos permanecieron en la Ermita de San Frutos, cerca de la actual Sepúlveda, desde comienzos del siglo VIII hasta el siglo XI. Hoy se encuentran en el retablo dedicado a los santos segovianos, ubicado en el trascoro de la Catedral de Santa María en Segovia (España).