04 diciembre, 2025

Santa Bárbara, Mártir

 Santa Bárbara | EWTN

¡Oh! Santa Bárbara, vos, sois la hija del Dios de la Vida
y su amada Santa, que preferisteis el martirio antes
que traicionar vuestra fe. Vos, aunque erais hija de un
hombre de mal genio, llamado Dióscoro, él, os obligaba
a creer sus ídolos, ante vuestra negativa os encerró en
un castillo al cual le había mandado colocar dos ventanas,
pero vos, ordenasteis a los obreros que añadieran una tercera
más, para acordaros de las Tres Divinas personas de la
Santísima Trinidad. Sucedió, que os descubrió y ello enfureció
más a vuestro impío padre, que os obligaba constantemente
a casaros con cualquier pagano. Pero, vos, fiel y leal
a la Santísima Trinidad, permitisteis que os martirizaran
hasta cortaros vuestra cabeza con una espada. En vuestros
íconos, os pintan con una espada, y con una palma, que
representa la obtención de vuestra "palma del martirio"
y con una corona, porque de seguro ganasteis el reino de
los cielos. Cuando vuestro padre, Dióscoro bajaba del monte
donde os habían martirizado le cayó un rayo y lo mató.
Desde entonces, la gente os reza para verse libre de los
rayos de las tormentas. Junto a vos, también martirizaron
a vuestra amiga Juliana, y que en vuestros sepulcros se
obraron muchos milagros. Antes de morir, vos pedisteis a Dios,
que os bendijera y ayudara a todos los que os recordasen;
!Oh¡ Santa Bárbara, "viva luz de la Trinidad del Dios Vivo".


 
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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2 de Diciembre
Santa Bárbara
Mártir
Siglo III

Una antigua tradición escrita en griego en el siglo VII cuenta lo siguiente acerca de Santa Bárbara: Era hija de un tipo de tremendo mal genio llamado Dióscoro. Como ella no quería creer en los ídolos paganos de su padre, éste la encerró en un castillo, al cual le había mandado colocar dos ventanas. La santa mandó a los obreros a que añadieran una tercera ventana para acordarse de las Tres Divinas personas de la Santísima Trinidad. Pero esto enfureció más a su incrédulo papá.

El furioso Dióscoro, como su hija no aceptaba casarse con ningún pagano o no creyente, permitió que la martirizaran cortándole la cabeza con una espada, los enemigos de la religión. Por eso la pintan con una espada, y con una palma (señal de que obtuvo la palma del martirio) y con una corona porque se ganó el reino de los cielos.

Y dice la antigua tradición que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían matado a su hija, le cayó un rayo y lo mató. Por eso a santa Bárbara le reza la gente para verse libre de los rayos de las tormentas.

Dicen que junto a ella fue martirizada su amiga Juliana, y que en su sepulcro se obraron muchos milagros.

También añade la antigua tradición que lo último que santa Bárbara pidió a Dios fue que bendijera y ayudara a todos los que recordaran su martirio.


02 diciembre, 2025

Santa Bibiana (Viviana) Mártir y Patrona de los Epilépticos

 Puede ser una imagen de texto que dice "Santa Bibiana Patrona de los que sufren epilepsiay dolores graves es 2 de diciembre aciprensa.com"

¡Oh! Santa Bibiana, vos, sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa, que, víctima fuisteis de la persecución
de Julián el Apóstata y que, éste os obligó a apostatar
de vuestra fe, encerrándoos en la cárcel. Vos, así os
enfrentasteis al gobernador con valor y arrojo, hasta
que os ataron a una columna y os flagelaron y jamás
desististeis de vuestra fe. Así, mataron vuestro cuerpo
pero, vuestra alma, intacta voló a su único Amo: ¡Dios!,
quien os coronó, con corona de luz y de eternidad, como
premio a vuestra entrega de amor, fe, valor y constancia.
Bernini, os representa con los instrumentos de vuestro martirio
y que, os dieron la vida: la columna donde fuisteis flagelada,
los azotes, la corona del martirio y vuestra sonrisa eterna.
Hoy, vos, tenéis una Iglesia, sobre el monte Esquilino cosntruida
por Simplicio Papa  y restaurada por Urbano Papa en cuyo
pórtico se lee: “juxta Licinianum ubi corpus eius requiescit”,
Patrona de los que sufren crisis nerviosa, dolores de cabeza,
epilépticos y enfermos mentales. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡oh!, Santa Bibiana, “vivo amor por el Dios de la Vida y el Amor”.

© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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2 de Diciembre
Santa Bibiana (Viviana)
Mártir y Patrona de los Epilépticos 


Cada 2 de diciembre celebramos a Santa Bibiana -o, “Viviana”-, virgen y mártir romana de tiempos del emperador romano Juliano II, el Apóstata (siglo IV). Santa Bibiana es patrona de epilépticos e intercesora frente al dolor físico, especialmente aquellos relacionados a la cabeza, y se le invoca cuando alguien sufre convulsiones.
 
Un serio revés
 
Los cristianos trataban a Juliano de ‘apóstata’ porque al ascender al poder rompió con el régimen establecido por su predecesor, Constantino, converso y autor del Edicto de Milán, y por haber renegado públicamente del cristianismo, declarándose pagano. Por estas razones, el periodo de Juliano II (361-363) significó un serio revés para el fortalecimiento de la joven Iglesia y su eventual expansión. El sucesor de Constantino intentó restablecer los antiguos cultos del imperio e inició una nueva persecución.
 
Bibiana
 
Se desconocen detalles sobre la vida de Santa Bibiana, pero su nombre está registrado en el Liber Pontificalis o Libro de los Pontífices, donde se precisa que el Papa San Simplicio (siglo V) mandó edificar en Roma una basílica dedicada a ella, en la que reposan sus reliquias hasta hoy.
 
Santa Bibiana nació alrededor del año 347 en el ambiente sereno de una familia cristiana. Sus padres fueron Flaviano, prefecto de Roma, y Dafrosa, una mujer perteneciente a la nobleza romana; Bibiana tuvo además una hermana llamada Demetria.
 
Probada en el dolor
 
Con la llegada al poder de Juliano II en el año 361, Flaviano, padre de Bibiana y ferviente cristiano, fue depuesto de su cargo y en su lugar fue nombrado Aproniano, un pagano muy cercano al nuevo emperador.
 
El prefecto, forzado a retirarse de la vida pública, se dedicó entonces al cuidado de los necesitados y perseguidos, así como a asegurar que los cristianos sacrificados en el martirio pudiesen tener siempre una sepultura decorosa, de acuerdo al mandato de la caridad. Lamentablemente, en cuanto Aproniano se enteró de esta tarea asumida por su predecesor, lo mandó a asesinar.
 
Muerto Flaviano, Dafrosa y sus dos hijas se deshicieron de sus bienes y pasaron a vivir en la clandestinidad. Las tres se mantuvieron escondidas, dedicadas a la oración constante y viviendo con la mayor modestia. Sabían muy bien que los tiempos eran malos y debían estar preparadas para soportar lo que viniese.
 
“La sangre de tu hermano me pide a gritos que yo haga justicia” (Gén 4, 10)
Pese al esfuerzo por permanecer ocultas, las mujeres fueron ubicadas y obligadas infructuosamente a renegar de su fe en Cristo. Entonces, Aproniano mandó ejecutar primero a Dafrosa, quien murió decapitada el 6 de enero de 362.
 
Poco después, el cruel prefecto haría un nuevo intento por forzar a Bibiana y Demetria a cometer apostasía; esta vez, echando mano de otro repudiable “método”: las encerró en una celda y les retiró todo alimento. Demetria murió de hambre antes de que pudiesen someterla a otra terrible prueba.
 
Bibiana, que no corrió la misma suerte que su hermana, fue llevada a la presencia de Aproniano quien, para debilitar su voluntad, decidió no ejecutarla y la entregó en manos de una proxeneta para prostituirla. Como al final este sinuoso plan también fracasó, Aproniano ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada hasta morir.
 
Coronada por Cristo
 
Llena de llagas en todo el cuerpo, habiendo soportado dolores indecibles, Bibiana entregó su alma a Dios en el altar del martirio, por amor a la fe. Aunque los soldados echaron su cuerpo a los perros, un grupo de cristianos lo rescataron y lo sepultaron junto a las tumbas de sus padres y de su hermana, muy cerca de la casa en la que había vivido.
 
Poco tiempo después, cuando la persecución acabó, los cristianos hicieron del lugar un sitio de culto, donde iban a rezar. Décadas más tarde, el Papa Simplicio (p.468-483) ordenó la construcción in situ de la actual basílica dedicada a la santa, ubicada sobre el monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma).(ACI Prensa).

01 diciembre, 2025

San Charles de Foucauld, "El Santo del Desierto"

 Prayer of Abandonment Saint Charles Foucauld Prayer Card | Bob and Penny  Lord

    

¡Oh!, San Charles de Foucauld, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado Santo, que, de milagro
os convertisteis luego de vuestro peregrinar a Tierra
Santa. Vuestra vida: contemplación, pobreza, humildad,
y, “vivo” testimonio del Amor de Dios entre cristianos,
judíos y musulmanes. El Sahara, de vos, sabe y mucho,
pues allí, a Cristo imitasteis porque Él, os proveyó
de gracia y dones maravillosos. Los “bereberes” y los
“tuaregs” vuestros amigos eran y, de éstos últimos
escribisteis sobre su lengua. Vuestra famosa orden
la de la "Comunidad de los Hermanitos de Jesús”, manos
echaron a su evangelización. Y, de vuestro ejemplo,
nacen luego y, a imitación vuestra “Las Hermanitas
del Sagrado Corazón”, “Las Hermanitas de Jesús”, “las
Hermanitas del Evangelio”, “Las Hermanitas de Nazaret”,
“Los Hermanitos del Evangelio” y “Los hermanitos de
de Charles Foucauld”, en honor vuestro. “Padre mío,
me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. Lo que
hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo. Con tal que Tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con
todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque
para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin
medida, con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre”.
Así, escribisteis a Dios, alguna vez en las arenas
quemantes del Sahara, viviendo como otro Cristo más.
Años más tarde Juan Pablo II, el día del reconocimiento
de vuestro milagro, recalcó una vez más vuestra santa vida:
“Vivió en la pobreza, en la contemplación, en la humildad,
testimoniando fraternalmente el amor de Dios entre
los cristianos, los judíos y los musulmanes”. Mayor
prueba de vuestro amor, ya no hay. Por ello y cuando
vuestra alma, al cielo marchó, coronada fue con corona
de luz, como premio justo a vuestra entrega de amor y fe;
¡Oh!, San Charles de Foucauld, “vivo Cristo del amor de Dios”.


© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1° de Diciembre
San Charles de Foucauld, 

"El Santo del Desoerto".


Nacido en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858, Charles de Foucauld, emprendió en 1883 una afortunada expedición en el desierto de Marruecos que la valió la medalla de oro de la Sociedad de Geografía.

Su conversión religiosa se produjo en 1886 y tiene como consecuencia la peregrinación a Tierra Santa realizada en 1888. Tras la experiencia como trapense en Siria y como eremita en Nazaret, en 1901 fue ordenado sacerdote. Estudió el árabe y el hebreo.

«Vivió en la pobreza, en la contemplación, en la humildad, testimoniando fraternalmente el amor de Dios entre los cristianos, los judíos y los musulmanes», recordó ante Juan Pablo II durante la ceremonia de promulgación del decreto de reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

«Para imitar la vida oculta de Jesús en Nazaret, se fue a vivir en el corazón del desierto del Sahara, en Tamanrasset» (Hoggar), añadió el purpurado portugués el 20 de diciembre pasado.

Los bereberes le llamaban «marabut». Escribió varios libros sobre los tuaregs, en particular una gramática y un diccionario francés-tuareg, tuareg-francés.

Surgió en torno a él la comunidad de los Hermanitos de Jesús, empeñados en la evangelización de los tuaregs del Sáhara.

El 1 de diciembre de 1916, a la edad de 58 años, Charles de Foucauld muere por un disparo de fusil en medio de una escaramuza entre los bereberes de Hoggar.

Diez congregaciones religiosas y ocho asociaciones de vida espiritual han surgido de su testimonio y carisma. Entre ellos, se encuentran las Hermanitas del Sagrado Corazón, las Hermanitas de Jesús, las Hermanitas del Evangelio, las Hermanitas de Nazaret, los Hermanitos de Jesús, los Hermanitos del Evangelio; así como la Fraternidad Jesús Caritas, o la Fraternidad Charles de Foucauld. 


Padre mío,
me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Con tal que Tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en Tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en Tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tu eres mi Padre.
(Charles de Foucauld).

(http://es.catholic.net/sacerdotes/315/733/articulo.php?id=24830)