¡Oh! Santo Domimgo de Silos, vos sois el hijo del Dios
de la Vida, y que, hicisteis honor a vuestro nombre: “el
que está consagrado a Dios”. En realidad sois el primer
santo que lleváis este nombre, aunque en el pasado erais
pastor de ovejas, el resto de vuestra vida lo pasasteis
como pastor de almas, y que, despertó en vuestro espíritu
el gusto por la soledad y la oración contemplativa. En
un principio, pensabais retiraros al desierto para vivir
en la soledad absoluta, pero en sueños recibisteis un
aviso de que era mejor entrar de religioso. Y, así fue.
Entrasteis con los Padres Benedictinos en el monasterio
de san Millán de la Cogolla y allí hicisteis grandes
progresos espirituales, recibiendo de Dios el don de saber
interpretar las enseñanzas de la Sagrada Biblia. Y erais
extraordinario, que llegasteis a ser superior del convento.
Un día el rey de Navarra os exigió los cálices sagrados
y lo más valioso de vuestro convento, para dedicarlo a los
gastos de la guerra y vos, lo enfrentasteis valientemente
diciéndole: “Puedes matar el cuerpo y a la carne hacer
sufrir. Pero sobre el alma no tienes ningún poder. El
evangelio me lo ha dicho, y a él debo creer. Que sólo al
que al infierno puede echar el alma, a ese debo temer”.
Y no le entregasteis al rey ninguna de las posesiones
sagradas de vuestro monasterio. El rey montado en cólera
y lleno de indignación os desterró. Pero, el rey Fernando
de Castilla, os mandó llamar y os confió el Monasterio
de Silos, que estaba en total abandono tanto en lo material
como en lo espiritual, sin files o de total abandono. Vos,
volvisteis a demostrar ser un verdadero administrador,
un talento para la restauración. Y erigisteis un monasterio
ideal. Una casa donde todos se dedicaban a trabajar, rezar,
cantar, hacer progresar el monasterio y ganarse así un
buen premio para el cielo. Vos, además, libertasteis a
muchos cristianos que estaban prisioneros y esclavos de
los musulmanes. Así estabais vos, preparando lo que más
adelante harían los Padres Mercenarios con San Pedro Nolasco.
No negabais a nadie, ningún favor cuando podíais hacerlo.
Vos, obtuvisteis de Dios muchísimos milagros para quienes
se encomendaban a vuestras oraciones. Vos, llegasteis
a anunciar la fecha de vuestra propia muerte. Noventa y seis
años después de vuestra muerte, vos, os aparecisteis en
sueños a la mamá de Santo Domingo de Guzmán para anunciarle
que tendría un hijo que sería un gran apóstol. Por ello,
cuando el niño nació os pusieron el nombre de Domingo
en honor de vos, «santo de Silos». Y, así y después de
gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra alma
al cielo para coronada ser con corona de luz y eternidad;
¡Oh! Santo Domingo de Silos, «viva consagración al Dios Vivo».
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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20 de Diciembre
Santo Domingo de Silos
Abad
Año 1073
Santos
como el de hoy, que nos siga mandando Dios siempre y en todas partes.
Amén. Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas
(Jesucristo).
Domingo
significa: “el que está consagrado a Dios”. (Dominus: Dios). Domingo de
Silos es el primer santo que lleva este nombre. Después de él muchos
santos más llevarán tan hermoso nombre.
Nació en La Rioja, España, cerca del año 1000. Era hijo de agricultores,
y sus primeros años los pasó como pastor de ovejas. El resto de su vida
lo pasará como pastor de almas. El oficio del pastor despertó en su
espíritu el gusto por la soledad y por la oración contemplativa. Pensaba
retirarse al desierto a vivir vida de soledad absoluta, pero en sueños
recibió un aviso de que era mejor entrar de religioso.
Entró de religioso con los Padres Benedictinos en el famoso monasterio
de san Millán de la Cogolla y allí hizo grandes progresos espirituales, y
recibió de Dios el don de saber interpretar muy bien las enseñanzas de
la Sagrada Biblia. Y tenía tan buenas cualidades que llegó a ser
superior del convento. En sólo dos años restauró totalmente aquella
edificación que ya estaba deteriorada.
Un
día llegó un rey de Navarra a exigirle que le entregara los cálices
sagrados y lo más valioso que hubiera en el convento, para dedicar todo
esto a los gastos de guerra. Santo Domingo se le enfrentó valientemente y
le dijo: “Puedes matar el cuerpo y a la carne hacer sufrir. Pero sobre
el alma no tienes ningún poder. El evangelio me lo ha dicho, y a él debo
creer – que sólo al que al infierno puede echar el ama, a ese debo
temer”. Y no le entregó al rey ninguna de las posesiones sagradas del
monasterio.
El rey de Navarra, lleno de indignación desterró al abad Domingo, y lo
hizo salir de allí, pero fue un destierro inmensamente provechoso,
porque al saberlo el rey Fernando I de Castilla, lo mandó llamar y le
confió el Monasterio de Silos, que estaba en un sitio estéril y alejado y
se hallaba en estado de total abandono y descuido, tanto en lo material
como en lo espiritual.
Domingo
demostró ser un genio organizador, un talento para la restauración.
Levantó un monasterio ideal. Una hermosa capilla, con una sacristía que
es una obra de arte. Hizo un gran salón para que los monjes se dedicaran
a copiar las Sagradas Escrituras y las obras de los santos (en ese
tiempo no había imprentas). Formó una biblioteca llena de los mejores
libros de ese tiempo. Organizó una droguería en la cual las gentes de
los alrededores encontraban remedios baratísimos (y muchas veces
regalados, para los más pobres).
Aquella casa se volvió un hervidero de trabajadores. Unos cultivaban
plantas de uvas, o árboles de olivos; otros se dedicaban a escribir o
pintar. Era una casa donde todos se dedicaban a trabajar, rezar, cantar,
hacer progresar el monasterio y ganarse así un buen premio para el
cielo. Aquel inmenso edificio estaba siempre abierto para solucionar las
miserias de los vecinos. El Monasterio de Silos llegó a ser uno de los
más famosos de España.
Santo Domingo de Silos se propuso reunir ayudas para libertar a los
cristianos que estaban prisioneros y esclavos de los musulmanes, y logró
libertar a más de 300. Por eso lo pintan casi siempre acompañado de
hombres con cadenas, a los cuales les consiguió la libertad. Así estaba
él preparando lo que más tarde harían los Padres Mercenarios con San
Pedro Nolasco, libertando cautivos.
El
santo no era capaz de negar un favor cuando podía hacerlo. De todas
partes llegaban gentes a pedir ayudas. Pero también sabía no dejarse
engañar. Una vez llegaron unos mentirosos a pedirle vestidos y para
conmoverlo dejaron sus mejores ropas escondidas en una cueva cercana y
se presentaron vestidos de harapos. El santo se dio cuenta de esto y
envió a un monje a que trajera esos vestidos y con ellos hizo un gran
paquete y le dijo a los pedigüeños: – “Con mucho gusto les damos la ropa
que necesitan. Tomen este paquete lleno de ropa y vayan a la cueva
cercana y allá se la reparten”. Ellos se fueron muy contentos y al
llegar allá se dieron cuenta de que eran los mismos vestidos que habían
dejado allí escondidos.
Una noche llegaron unos ladrones a robarse toda la cosecha del
monasterio. El santo los dejó trabajar toda la noche y a la madrugada,
cuando ya estaba todo recogido, en costales y empacado, mandó a sus
monjes con garrotes a decirles que muchas gracias por haberlos
reemplazado en recoger la cosecha y que podían irse. Pero para que no se
fueran demasiado tristes les envió un desayuno como pago por el trabajo
de toda esa noche.
Este santo obtuvo de Dios muchísimos milagros para quienes se
encomendaban a sus oraciones. El biógrafo, que escribió su vida poco
tiempo después de la muerte del santo, dice que no había enfermedad que
las oraciones de este santo no lograra curar. Otro testigo de aquel
tiempo afirma: “Nunca vi a un enfermo, ni a un sano, a quien no le
alegrara él con su boca o con su mano”. Llegó hasta a anunciar la fecha
de su propia muerte.
96
años después de su muerte, nuestro santo se apareció en sueños a la
mamá de Santo Domingo de Guzmán para anunciarle que tendría un hijo que
sería un gran apóstol. Por eso cuando el niño nació le pusieron el
nombre de Domingo en honor del santo de Silos. Es por ello también que
muchas mamás en España se encomiendan al santo Domingo de Silos para
obtener que su hijo nazca bien y que sea una buena persona después.
El
20 de diciembre del año 1073 voló al cielo este santo en cuyo honor
sigue existiendo todavía el famoso monasterio de Santo Domingo de Silos.
(
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Domingo_de_Silos.htm)