¡Oh!, San José Obrero, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, Amado Padre putativo de Jesús, y hoy,
la Iglesia toda, como Patrono del trabajo, os recuerda
porque vos, encarnasteis, con vuestro humilde oficio
de carpintero, el más alto encargo que hombre alguno
haya recibido de Dios Padre, conjuntamente con María
Santísima, que es, el de amor y sustento cubrir al
Redentor de nuestras vidas, Nuestro Señor Jesucristo,
Dios y Señor Nuestro. Pablo VI, de vuestra vida
virtuosa y ejemplar escribió así: “Vosotros, los hijos
del trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos
de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es
sagrada, que el obrero es libre de las cadenas, que la
primacía del materialismo y del egoísmo económico ha
soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores,
sino en torno de su corazón y de su espíritu. Buscad
un principio, una razón que haga a los hombres iguales,
solidarios entre sí, y que les devuelva la fraternidad.
Y ello no en el odio contra otros hombres. Ya que todos
viven en una comunidad natural, que traten de formar
una sociedad humana y que sientan la grandeza de ser
un pueblo”. Vos, siempre os mostrasteis justo y vuestra
vida la pasasteis en meditación y oración. Y, así,
llagando vuestras manos santas, sustento disteis a
vuestra familia. Maestro del silencio como erais, la
dignidad con el trabajo, nos recordáis, sus derechos
y sus deberes a diario. Y, lleváis sobre vos, la más
grande presea de haber sido, el único hombre que con
Cristo Jesús compartisteis, vuestra tarea diaria. San
Juan Pablo, nos enseñó que los hombres pronto descubren,
en su trabajo la cruz, y por ello, es su esfuerzo redentor,
pues Cristo lo unió a su pasión, pues Él, como obrero,
predicó su evangelio del trabajo, para enseñanza de
hombres y mujeres del mundo. Hoy, vos, sabéis que vivís,
pleno de gloria, como premio a vuestra entrega de amor;
¡oh!, San José obrero, “el silencio del trabajo por Cristo”.
de la vida, Amado Padre putativo de Jesús, y hoy,
la Iglesia toda, como Patrono del trabajo, os recuerda
porque vos, encarnasteis, con vuestro humilde oficio
de carpintero, el más alto encargo que hombre alguno
haya recibido de Dios Padre, conjuntamente con María
Santísima, que es, el de amor y sustento cubrir al
Redentor de nuestras vidas, Nuestro Señor Jesucristo,
Dios y Señor Nuestro. Pablo VI, de vuestra vida
virtuosa y ejemplar escribió así: “Vosotros, los hijos
del trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos
de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es
sagrada, que el obrero es libre de las cadenas, que la
primacía del materialismo y del egoísmo económico ha
soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores,
sino en torno de su corazón y de su espíritu. Buscad
un principio, una razón que haga a los hombres iguales,
solidarios entre sí, y que les devuelva la fraternidad.
Y ello no en el odio contra otros hombres. Ya que todos
viven en una comunidad natural, que traten de formar
una sociedad humana y que sientan la grandeza de ser
un pueblo”. Vos, siempre os mostrasteis justo y vuestra
vida la pasasteis en meditación y oración. Y, así,
llagando vuestras manos santas, sustento disteis a
vuestra familia. Maestro del silencio como erais, la
dignidad con el trabajo, nos recordáis, sus derechos
y sus deberes a diario. Y, lleváis sobre vos, la más
grande presea de haber sido, el único hombre que con
Cristo Jesús compartisteis, vuestra tarea diaria. San
Juan Pablo, nos enseñó que los hombres pronto descubren,
en su trabajo la cruz, y por ello, es su esfuerzo redentor,
pues Cristo lo unió a su pasión, pues Él, como obrero,
predicó su evangelio del trabajo, para enseñanza de
hombres y mujeres del mundo. Hoy, vos, sabéis que vivís,
pleno de gloria, como premio a vuestra entrega de amor;
¡oh!, San José obrero, “el silencio del trabajo por Cristo”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1° de Mayo
San José, Obrero
San José, Obrero
Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José,
obrero. Pablo VI se ha expresado al respecto: “Vosotros, los hijos del
trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos de la labor, buscad
a aquel que declara que la vida es sagrada, que el obrero es libre de
las cadenas que la primacía del materialismo y del egoísmo económico ha
soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores, sino en torno
de su corazón y de su espíritu… Buscad un principio, una razón que haga
a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que les devuelva la
fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres… Ya que todos
viven en una comunidad natural, que traten de formar una sociedad humana
y que sientan la grandeza de ser un pueblo”.
El mundo humano es el mundo del trabajo, hecho por la inteligencia, a
través de las manos que en medio de la naturaleza señalaron el camino
del progreso y la cultura. Dios concedió manos a otras especies, pero
sólo a la mano del hombre le dio el carácter de herramienta. Toda la
técnica sobre la cual se asienta la civilización es prolongación de esa
mano que Dios otorgó al hombre.
Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero
de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración,
sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la
prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la
aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes
respecto del trabajo.
San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y
el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los
días.
Recordamos hoy a todos los trabajadores de nuestra patria y del
mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de
evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí
mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad, dignos y sin
retaceos en la hermandad de los hombres. Hoy la Iglesia recuerda, en el
día de los trabajadores, a san José, obrero.
Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su
trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues
Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su
evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por
protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.
Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Nuestra Señora de Estíbaliz.
Santos: Jeremías, profeta; Amador, Asaf, obispos; Orencio, Paciencia,
Columba, Anonimata, Andéolo, Segismundo, rey, mártires; Peregrino,
Isidora, Arnulfo, Cariulfo, Domardo, Ricardo Pampuri, confesores; Grata,
viuda.
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