19 septiembre, 2016

San Jenaro

 
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¡Oh!, San Jenaro, vos, sois el hijo del Dios de la vida y
su amado santo, y que, sois famoso por el milagro de vuestra
sangre, que desde hace siglos, en el día de vuestra fiesta,
se licúa ante la presencia de todos los testigos que asisten a
la Santa Misa. Nápoles y Benevento, os disputan vuestra cuna
y sólo, sabe Dios, la verdad de ello. Durante la persecución
de Diocleciano, fuisteis apresado, pues confesasteis vuestra
fe, públicamente y, soportando los interrogatorios y torturas a
que os sometieron con vuestros amigos, a las fieras fuisteis
echado y ellas, no os hicieron nada, para asombro y rabia
del público insensato de entonces, que esperaba que os triturara
despedazara y os comiera. Pero, entonces no quedó más alternativa
que os decapitaran. Más de un siglo después, y cuando trasladaron
vuestras reliquias a Nápoles, una mujer cristiana, entregó al
obispo vuestra sangre coagulada en dos ampollas y como garantía
de tal hecho, ésta, se volvió líquida ante los ojos del obispo
y de una gran muchedumbre de fieles. Y, así, los cristianos
consternados vuestras reliquias obtuvieron, y, hasta hoy, os
honran y veneran como su principal patrono. Uranio, el sacerdote,
relata sobre vos, que erais ya, un santo reconocido en vida. Y,
una prueba más: los pintados frescos en el siglo quinto, en la
catacumba que vuestro nombre lleva, os representaba, con una
aureola y además, en los calendarios más antiguos del oriente y
el occidente, figura vuestro santo nombre. Y, vuestra sangre
seguirá licuándose como siempre en tres ocasiones: el sábado
anterior al primer domingo de mayo y en los ocho días siguientes;
el diecinueve de septiembre; y el dieciséis de diciembre y
durante toda la octava de las celebraciones en vuestro honor. Y,
así, se seguirá escuchando hoy mañana y siempre: “¡Ha ocurrido
el milagro!”, luego se agitará un blanco pañuelo desde el altar y
se entonará el “Te Deum”, para veneraros en vuestra reliquia
por vuestro clero y vuestros fieles. ¿Y, quién o qué es el hombre,
ante el Padre Creador del universo, para juzgar sus milagros ?
¡Polvo es y nada más! ¡Sólo eso! Por todo ello, y porque Él,
lo quiso, os coronó, con corona de luz, como premio justo, a
vuestra increíble entrega de amor y fe, Santo Patrón de Nápoles;
¡oh!, San Jenaro, “viva sangre del espíritu del Dios de la vida”.



© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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19 de Septiembre
San Jenaro (+ 305)
Obispo y Mártir



Los santos Jenaro, Festo, Desiderio, Sosso, Eutiques y Acucio, de los que tenemos Passiones muy posteriores, parece que derramaron su sangre por Cristo al comienzo del siglo IV.-

En una breve nota hagiográfica de la Liturgia de las Horas se lee, efectivamente, que Jenaro “fue obispo de Benevento; durante la persecución de Diocleciano sufrió el martirio, juntamente con otros cristianos, en la ciudad de Nápoles, en donde se le tiene una especial veneración”.-


Los obispos de Benevento con este nombre son por lo menos dos: San Jenaro, mártir en el 305, y San Jenaro 11, que en el 342 participó en el concilio de Sardes. Este último, perseguido ,por los arrianos por su adhesión a la fe de Nicea, se lo habría venerado como mártir. Pero la mayoría de los historiadores se inclinan a identificar al patrono de Nápoles con el primero, o mejor con un mártir napolitano de Pozzuoli.-


Condenado “ad bestias” en el anfiteatro de Pozzuoli, junto con los compañeros de fe, a causa del atraso de un juez, fue decapitado en vez de ser echado en pasto a las fieras para la gratuita y macabra diversión de los paganos.-


Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las reliquias de Pozzuoli a Nápoles, una mujer le habría entregado al obispo Juan dos ampollas pequeñas con la sangre coagulada de San Jenaro. Casi como garantía de la afirmación de la mujer la sangre se volvió líquida ante los ojos del obispo y de una gran muchedumbre de fieles.-


Ese acontecimiento extraordinario se repite constantemente todos los años en determinados días, es decir, el sábado anterior al primer domingo de mayo y en los ocho días siguientes; el 16 de diciembre y el 19 de septiembre y durante toda la octava de las celebraciones en su honor.-


El fenómeno se realiza también en fechas variables, y de ahí deducen los devotos del santo acontecimientos faustos o infaustos. Los testimonios de este fenómeno comienzan desde 1329 y son tan numerosos y concordantes que no se pueden tener dudas.-


El prodigio, porque así lo considera hasta la ciencia, merece la afectuosa admiración con que lo sigue el pueblo. La sincera devoción de los napolitanos por este mártir, históricamente poco identificable, ha hecho que la memoria de San Jenaro, celebrada litúrgicamente desde 1586, se haya conservado en el nuevo calendario.-


Puesto que el fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende ni de la temperatura ni del ambiente, podemos atribuirle el significado simbólico de vivo testimonio de la sangre de todos los mártires en la vida de la Iglesia, que nació de la sangre de la primera víctima, Cristo crucificado.-


Entre los elementos positivamente ciertos en relación con esta reliquia, figuran los siguientes:


1 -La substancia oscura que se dice ser la sangre de San Genaro (la que, desde hace más de 300 años permanece herméticamente encerrada dentro del recipiente de cristal que está sujeta y sellada por el armazón metálico del relicario) no ocupa siempre el mismo volumen dentro del recipiente que la contiene. Algunas veces, la masa dura y negra ha llenado casi por completo el recipiente y, en otras ocasiones, ha dejado vacío un espacio equivalente a más de una tercera parte de su tamaño.-


2 -Al mismo tiempo que se produce esta variación en el volumen, se registra una variante en el peso que, en los últimos años, ha sido verificada en una balanza rigurosamente precisa. Entre el peso máximo y el mínimo se ha llegado a registrar una diferencia de hasta 27 gramos.-


3 -El tiempo más o menos rápido en que se produce la licuefacción, no parece estar vinculado con la temperatura ambiente. Hubo ocasiones en que la atmósfera tenía una temperatura media de más de 30º centígrados y transcurrieron dos horas antes de que se observaran signos de licuefacción. Por otra parte, en temperaturas de 5º a 8º centígrados más bajas, la completa licuefacción se produjo en un lapso de 10 a 15 minutos.-


4 -No siempre tiene lugar la licuefacción de la misma manera. Se han registrado casos en que el contenido líquido burbujea, se agita y adquiere un color carmesí muy vivo, en otras oportunidades, su color es opaco y su consistencia pastosa.-


Aunque no se ha podido descubrir razón natural para el fenómeno, la Iglesia no descarta que pueda haberlo. La Iglesia no se opone a la investigación porque ella busca la verdad. La fe católica enseña que Dios es todopoderoso y que todo cuanto existe es fruto de su creación. Pero la Iglesia es cuidadosa en determinar si un particular fenómeno es, en efecto, de origen sobrenatural .-


La Iglesia pide prudencia para no asentir ni rechazar prematuramente los fenómenos. Reconoce la competencia de la ciencia para hacer investigación en la búsqueda de la verdad, cuenta con el conocimiento de los expertos.-


Una vez que la investigación establece la certeza de un milagro fuera de toda duda posible, da motivo para animar nuestra fe e invitarnos a la alabanza. En el caso de los santos, el milagro también tienen por fin exaltar la gloria de Dios que nos da pruebas de su elección y las maravillas que El hace en los humildes.-

ORACIÓN

Señor, tú que nos has congregado hoy para venerar la memoria del mártir San Jenaro, concédenos que podamos ir a gozar en tu reino, juntamente con él, de la alegría que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-

(http://es.catholic.net/op/articulos/31948/jenaro-obispo-mrtir.html)

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