8 de Diciembre: La Inmaculada Concepción de la Virgen María
Ver 1ª Lectura y Salmo
Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): En
aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado
José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué
significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque
has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a
dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y
será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto
que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo
vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira,
también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es
ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es
imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase
en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.
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«Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’»
Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu, Barcelona, España)
Hoy, el Evangelio toca un acorde compuesto por tres notas. Tres notas
no siempre bien afinadas en nuestra sociedad: la del hacer, la de la
amistad y la de la coherencia de vida. Hoy día hacemos muchas cosas,
pero, ¿tenemos un proyecto? Hoy, que navegamos en la sociedad de la
comunicación, ¿tiene cabida en nuestros corazones la soledad? Hoy, en la
era de la información, ¿nos permite ésta dar forma a nuestra
personalidad?
Un proyecto. María, una mujer «desposada con un hombre llamado José,
de la casa de David» (Lc 1,28). María tiene un proyecto. Evidentemente,
de proporciones humanas. Sin embargo, Dios irrumpe en su vida para
presentarle otro proyecto… de proporciones divinas. También hoy, quiere
entrar en nuestra vida y dar proporciones divinas a nuestro quehacer
humano.
Una presencia. «No temas, María» (Lc 1,30). ¡No construyamos de
cualquier manera! No fuera caso que la adicción al “hacer” escondiera un
vacío. El matrimonio, la vida de servicio, la profesión no han de ser
una huida hacia adelante. «Llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc
1,28). Presencia que acompaña y da sentido. Confianza en Dios, que —de
rebote— nos lleva a la confianza con los otros. Amistad con Dios que
renueva la amistad con los otros.
Formarnos. Hoy día, que recibimos tantos estímulos con frecuencia
contrapuestos, es necesario dar forma y unidad a nuestra vida. María,
dice san Luis María Grignion, «es el molde vivo de Dios». Hay dos
maneras de hacer una escultura, expone Grignion: una, más ardua, a base
de golpes de cincel. La otra, sirviéndose de un molde. Ésta segunda es
más sencilla. Pero el éxito está en que la materia sea maleable y que el
molde dibuje con perfección la imagen. María es el molde perfecto.
¿Acudimos a Ella siendo nosotros materia maleable?
(https://evangeli.net/evangelio/dia/2019-12-08)
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