Bosco, de quien recibisteis lecciones de
solidaridad y fe. Y, por ello, sus pasos
San Luis Orione
Sacerdote italiano
Fundador de la Pequeña
Obra de la Divina Providencia
y de laCongregación de las
Pequeñas Religiosas Misioneras
de la Caridad
solidaridad y fe. Y, por ello, sus pasos
seguisteis, colegios fundando para los
pobres y desposeídos. Instituisteis, un
especial voto: “fidelidad al Papa”, que,
todos ellos os dan las gracias eternamente.
Vuestro sueño, alcanzar la unión de
todas las Iglesias separadas era, y que,
ojala, pronto así sea. La libertad, la unidad
de la Iglesia, la “cuestión romana”, el
modernismo, el socialismo y, la cristianización
del mundo obrero, fueron problemas
de los que os interesasteis, con sublime
esperanza. En medio de devastadores
terremotos, la mano tendisteis a vuestros
hermanos de aquél tiempo y, sin más
duda, la Congregación de las Pequeñas
Hermanas Misioneras de la Caridad, las
Hermanas Adoratrices Sacramentinas
Invidentes y las Contemplativas de Jesús
Crucificado, para gloria de Dios Padre
fundasteis. Los “Pequeños Cottolengos”,
para los que sufren y los abandonados,
fueron los “nuevos púlpitos” para, de
Cristo hablar y de la Iglesia. América y
Europa saben de vos, y, de vuestra entrega
de amor, y más, Nuestra Señora a quien
os encomendabais vuestro trabajo y la
paz del mundo. Vos, decíais: “no es entre
las palmeras donde deseo vivir y morir,
sino entre los pobres que son Jesucristo”.
Y, así, vuestra alma, abandonó este mundo
suspirando: “!Jesús! !Jesús! Voy”. Y, Dios
Padre, os recibió, para coronaros de luz;
oh, San Luis Orione, “solidaridad y amor”
pobres y desposeídos. Instituisteis, un
especial voto: “fidelidad al Papa”, que,
todos ellos os dan las gracias eternamente.
Vuestro sueño, alcanzar la unión de
todas las Iglesias separadas era, y que,
ojala, pronto así sea. La libertad, la unidad
de la Iglesia, la “cuestión romana”, el
modernismo, el socialismo y, la cristianización
del mundo obrero, fueron problemas
de los que os interesasteis, con sublime
esperanza. En medio de devastadores
terremotos, la mano tendisteis a vuestros
hermanos de aquél tiempo y, sin más
duda, la Congregación de las Pequeñas
Hermanas Misioneras de la Caridad, las
Hermanas Adoratrices Sacramentinas
Invidentes y las Contemplativas de Jesús
Crucificado, para gloria de Dios Padre
fundasteis. Los “Pequeños Cottolengos”,
para los que sufren y los abandonados,
fueron los “nuevos púlpitos” para, de
Cristo hablar y de la Iglesia. América y
Europa saben de vos, y, de vuestra entrega
de amor, y más, Nuestra Señora a quien
os encomendabais vuestro trabajo y la
paz del mundo. Vos, decíais: “no es entre
las palmeras donde deseo vivir y morir,
sino entre los pobres que son Jesucristo”.
Y, así, vuestra alma, abandonó este mundo
suspirando: “!Jesús! !Jesús! Voy”. Y, Dios
Padre, os recibió, para coronaros de luz;
oh, San Luis Orione, “solidaridad y amor”
© 2012 by Luis Ernesto Chacón
Delgado
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12 de MarzoSan Luis Orione
Sacerdote italiano
Fundador de la Pequeña
Obra de la Divina Providencia
y de laCongregación de las
Pequeñas Religiosas Misioneras
de la Caridad
Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de
1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía)
que abandonó después de un año por motivos de salud. De 1886 a 1889 fue alumno
de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín.
El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un
joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de
Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de
1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de
los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo
de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.
El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo
tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En
poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto
(Sicilia), en Sanremo, en Roma.
Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el
primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la
rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons.
Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los
Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños),
congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia,
dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la
Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de
especial «fidelidad al Papa».En las primeras Constituciones de 1904, entre los
fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar «para alcanzar la unión de
las Iglesias separadas».
Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las
almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo,
como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo,
el socialismo, la cristianización de las masas obreras.
Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los
terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por
deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres
años.
A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina
Providencia, como en «una única planta con muchas ramas», el 29 de junio de 1915
dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad,
animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas
adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las
Contemplativas de Jesús Crucificado.
Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina
Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos». Después tomará cuerpo el
Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.
Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las
escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre
las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos», para los que
sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como
«nuevos púlpitos» desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, «faros de fe y
de humanidad».
El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a
Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y
Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937,
él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay,
llegando hasta Chile.
Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa
Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y
curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo
civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones,
misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de
la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con
el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la
Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.
En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y
pulmones que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, «no es entre
las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son
Jesucristo». Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos,
Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando «!Jesús! !Jesús!
Voy».
Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto
en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona,
después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en
el elenco de los Beatos.Su Santidad Juan Pablo II lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.
Reproducido con autorización de Vatican.va
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