Oh Santos Coreanos Andrés Kim Tae-Gon, Pablo
Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires; vosotros,
sois los hijos del Dios de la vida y sus amados
santos, porque fe, disteis, de vuestro amor a
Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro, tanto en la
predicación, la celebración de los sacramentos
y la entrega de la vida misma. Obispos, presbíteros
y laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y
niños, unidos todos en el suplicio, consagrasteis
con vuestra sangre, las primicias de la Iglesia
en Corea. Y, todos vosotros, atletas de Cristo:
tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes
laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños,
en el suplicio unidos, con vuestra sangre preciosa
consagraron las primicias de la Iglesia en Corea,
alcanzando la gloria del cielo, al canonizados
ser por Juan Pablo II, llamado “El grande”, hoy
también santo como todos vosotros, con razón y
causa justa, para alegría de Dios Padre, quien,
os pagó así, por vuestro amor, martirio y entrega;
Oh, Santos Coreanos, Andrés Kim Tae-Gon, Pablo
Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires, “amor y luz”.
Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires; vosotros,
sois los hijos del Dios de la vida y sus amados
santos, porque fe, disteis, de vuestro amor a
Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro, tanto en la
predicación, la celebración de los sacramentos
y la entrega de la vida misma. Obispos, presbíteros
y laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y
niños, unidos todos en el suplicio, consagrasteis
con vuestra sangre, las primicias de la Iglesia
en Corea. Y, todos vosotros, atletas de Cristo:
tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes
laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños,
en el suplicio unidos, con vuestra sangre preciosa
consagraron las primicias de la Iglesia en Corea,
alcanzando la gloria del cielo, al canonizados
ser por Juan Pablo II, llamado “El grande”, hoy
también santo como todos vosotros, con razón y
causa justa, para alegría de Dios Padre, quien,
os pagó así, por vuestro amor, martirio y entrega;
Oh, Santos Coreanos, Andrés Kim Tae-Gon, Pablo
Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires, “amor y luz”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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20 de Septiembre
Santos Coreanos
Andrés Kim Tae-Gon, Pablo Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires
Santos Coreanos
Andrés Kim Tae-Gon, Pablo Chong Ha-Sang y Compañeros Mártires
Martirologio Romano: Memoria de los santos Andrés Kim Taegön,
presbítero, Pablo Chöng Hasang y compañeros, mártires en Corea. Se
veneran este día en común celebración todos los ciento tres mártires que
en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana, introducida
fervientemente por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por
la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los
misioneros. Todos estos atletas de Cristo —tres obispos, ocho
presbíteros, y los restantes laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y
niños—, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa las
primicias de la Iglesia en Corea (1839-1867).
Fecha de canonización: Los 103 mártires fueron canonizados por S.S. Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en Seúl, Corea.
Integran el grupo: santos Simeón Berneux, Antonio Daveluy, Lorenzo
Imbert, obispos; Justo Ranfer de Bretenières, Ludovico Beaulieu, Pedro
Enrique Dorie, Padro Maubant, Jacobo Chastan, Pedro Aumaître, Martín
Lucas Huin, presbíteros; Juan Yi Yunil, Andrés Chong Hwa-gyong, Esteban
Min Kuk-ka, Pablo Ho Hyob, Agustín Pak Chong-won, Pedro Hong Pyong-ju,
Pablo Hong Yong-ju, José Chang Chu-gi, Tomás Son Cha-son, Lucas Hwang
Sok-tu, Damián Nam Myong-hyog, Francisco Ch’oe Kyong-hwan, Carlos Hyon
Song-mun, Lorenzo Han I-hyong, Pedro Nam Kyong-mun, Agustín Yu Chin-gil,
Pedro Yi Ho-yong, Pedro Son Son-ji, Benedicta Hyon Kyongnyon, Pedro
Ch’oe Ch’ang-hub, catequistas; Agueda Yi, María Yi In-dog, Bárbara Yi,
María Won Kwi-im, Teresa Kim Im-i, Columba Kim Hyo-im, Magdalena Cho,
Isabel Chong Chong-hye, vírgenes; Teresa Kim, Bárbara Kim, Susana U
Sur-im, Agueda Yi Kan-nan, Magdalena Pak Pong-son, Perpetua Hong Kum-ju,
Catalina Yi, Cecilia Yu Sosa, Bárbara Cho Chung-i, Magdalena Han
Yong-i, viudas; Magdalena Son So-byog, Agueda Yi Kyong-i, Agueda Kwon
Chin-i, Juan Yi Mun-u, Bárbara Ch’oe Yong-i, Pedro Yu Chong-nyul, Juan
Bautista Nam Chong-sam, Juan Bautista Chon Chang-un, Pedro Ch’oe Hyong,
Marcos Chong Ui-bae, Alejo U Se-yong, Antonio Kim Song-u, Protasio Chong
Kuk-bo, Agustín Yi Kwang-hon, Agueda Kim A-gi, Magdalena Kim O-bi,
Bárbara Han Agi, Ana Pak Ag-i, Agueda Yi So-sa, Lucía Pak Hui-sun, Pedro
Kwon Tu-gin, José Chang Song-jib, Magdalena Yi Yong-hui, Teresa Yi
Mae-im, Marta Kim Song-im, Lucía Kim, Rosa Kim, Ana Kim Chang-gum, Juan
Bautista Yi Kwang-nyol, Juan Pak Hu-jae, María Pak Kuna- gi Hui-sun,
Bárbara Kwon-hui, Bárbara Yi Chong-hui, María Yi Yon-hui, Inés Kim
Hyo-ju, Catalina Chong Ch’or-yom, José Im Ch’i-baeg, Sebastián Nam
I-gwan, Ignacio Kim Che-jun, Carlos Cho Shin-ch’ol, Julita Kim, Águeda
Chong Kyong-hyob, Magdalena Ho Kye-im, Lucía Kim, Pedro Yu Taech’ol,
Pedro Cho Hwa-so, Pedro Yi Myong-so, Bartolomé Chong Mun-ho, José Pedro
Han Chae-kwon, Pedro Chong Won-ji, José Cho Yun-ho, Bárbara Ko Sun-i y
Magdalena Yi Yong-dog.
Andrés Kim Tae-Gon, nació el 21 de agosto de 1821 en Solmoe (Corea).
Sus padres eran Ignacio Kim Chejun y Ursula Ko. Era niño cuando la
familia se trasladó a Kolbaemasil para huir de las persecuciones. Su
padre murió mártir el 26 de septiembre de 1839. También su bisabuelo Pío
Kim Chunhu había muerto mártir en el año 1814, después de diez años de
prisión. Tenía quince años de edad cuando el padre Maubant lo invitó a
ingresar al seminario. Fue enviado al seminario de Macao. Hacia el año
1843 intentó regresar a Corea con el obispo Ferréol, pero en la frontera
fueron rechazados.
Se ordenó diácono en China en el año 1844. Volvió a Corea el 15 de
enero de 1845. Por su seguridad sólo saludó unos cuantos catequistas; ni
siquiera vio a su madre quien, pobre y sola, tenía que mendigar la
comida. En una pequeña embarcación de madera guió, a los misioneros
franceses hasta Shangai, a la que arribaron soportanto peligrosas
tormentas.
En Shangai recibió la ordenación sacerdotal de manos de monseñor
Ferréol el 17 de agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote
coreano. Hacia fines del mismo mes emprendió el regreso a Corea con el
obispo y el padre Daveluy. Llegaron a la Isla Cheju y, en octubre del
mismo año, arribaron a Kanggyong donde pudo ver a su madre.
El 5 de junio de 1846 fue arrestado en la isla Yonpyong mientras
trataba con los pescadores la forma de llevar a Corea a los misioneros
franceses que estaban en China. Inmediatamente fue enviado a la prisión
central de Seúl. El rey y algunos de ministros no lo querían condenar
por sus vastos conocimientos y dominar varios idiomas. Otros ministros
insistieron en que se le aplicara la pena de muerte. Después de tres
meses de cárcel fue decapitado en Saenamt´õ el 16 de septiembre de 1846,
a la edad de veintiséis años.
Antes de morir dijo: ¡Ahora comienza la eternidad! y con serenidad y valentía se acercó al martirio.
Pablo Chong Ha-Sang nació en el año 1795 en Mahyon (Corea) siendo
miembro de una noble familia tradicional. Después del martirio de su
padre, Agustín Chong Yakjong, y de su hermano mayor Carlos, ocurridos en
el año 1801, la familia sufrió mucho. Pablo tenía siete años. Su madre,
Cecilia Yu So-sa, vio cómo confiscaban sus bienes y les dejaban en
extrema pobreza. Se educó bajo los cuidados de su devota madre.
A los veinte años dejó su familia para reorganizar la iglesia
católica en Seúl y pensó en traer misioneros. En el año 1816 viajó a
Pekín para solicitar al obispo algunos misioneros; se le concedió uno
que falleció antes de llegar a Corea. Él y sus compañeros escribieron al
papa para que enviara misioneros. Finalmente gracias a los ruegos de
los católicos, el 9 de septiembre de 1831 se estableció el vicariato
apostólico de Corea y se nombró su primer obispo encargando a la
Sociedad de las Misiones Extranjeras de París la evangelización de
Corea.
Pablo introdujo al obispo Ímbert en Corea, lo recibió en su casa y lo
ayudó durante su ministerio. Monseñor Ímbert pensó que Pablo podía ser
sacerdote y comenzó a enseñarle teología… Mientras tanto brotó una nueva
persecución. El obispo pudo escapar a Suwon. Pablo, su mamá y su
hermana Isabel fueron arrestados en el año 1839.
Aguantó las torturas hasta que fue decapitado a las afueras de Seúl
el 22 de septiembre. Poco después también su madre y su hermana
sufrieron el martirio.
Los dos forman parte de 103 mártires canonizados por S.S. Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en Seúl, Corea.
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