15 febrero, 2015

Santos Faustino y Jovita

 

¡Oh!, Santos Faustino y Jovita, sois, vosotros, los hijos del Dios
de la vida, sus amados santos y hermanos de sangre, pero, más,
en la fe, pues en vuestra niñez, mostrabais ya, modestia, virtud
y unión, todos enrumbados hacia el amor. Vos, Faustino, sacerdote
ordenado fuisteis, y, Jovita, vuestra hermana, de diacono. Y, así,
ambos, armados de fe, os lanzasteis al mundo de entonces; frutos
admirables logrando, hasta que, el demonio, seducirlos quiso, para
que, a falsos dioses adoraseis. Vosotros, cedisteis jamás y, hasta
al sol mismo derretisteis, estatua hecho, con sólo orar al Dios
altísimo. Con fieras hambrientas probaron y, de increíble manera a
vuestros pies se posaron y más bien, se lanzaron contra los infieles.
Os pasearon por media Italia, y padeciendo tormentos inenarrables
seguisteis firmes en vuestra fe, hasta la paciencia de vuestros
verdugos colmar, quienes os degollaron. Y, así, vuestras santas
vidas entregasteis a quien verdaderamente, os la dio: El Dios “vivo
y eterno”. Sí, os arrebataron vuestras físicas vidas, pero nunca
jamás vuestras santas almas, que volaron directas al cielo, para
coronadas ser con coronas de luz, como justo premio a vuestro amor;
¡Oh!, Santos Faustino y Jovita; “mártires por el amor a Cristo Jesús”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Febrero
Santos Faustino y Jovita
Mártires
(+ 122)

Los Santos Faustino y Jovita, hermanos, nacieron en Brescia, ciudad de Lombardia, y desde niños fueron modestos, virtuosos y unidos entre sí con vínculos de caridad. A Faustino, que era el mayor, ordenó de sacerdote Apolonio, obispo de aquella ciudad, y a Jovita de diácono. Comenzaron a ejercitar su sagrado ministerio con tanto aprovechamiento, que muchos gentiles se convirtieron a nuestra santa fe.

Llegó esto a noticia del emperador Adriano, el cual dio comisión a Itálico para que procediese contra los santos hermanos. Procuró aquél por todos los medios que adorasen a los falsos dioses, y viendo que los Santos no le hacían caso, esperó que llegase el emperador, el cual los mandó llevar delante de una estatua del Sol, y con la oración que hicieron los Santos se deshizo y resolvió en ceniza. Enfurecido Adriano, los hizo echar a las fieras; mas éstas se arrojaron a sus pies como corderos y despedazaron a muchos de los infieles.

Después de haber llevado a los Santos a diferentes ciudades de Italia y hécholes padecer varios tormentos, los volvieron a su patria, y allí fueron degollados el día 15 de Febrero año 122.