04 diciembre, 2018

San Juan Damasceno

 
 
 
¡Oh! San Juan Damasceno, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado santo, representante de la patrología griega y equivalente
oriental de San Isidoro de Sevilla. Vuestra actividad literaria
os encumbró desde la poesía, arribando a la liturgia, la filosofía
y a la apologética. La amistad del príncipe Yazid, os promovió
al mismo puesto que vuestro padre, como ministro de Hacienda y
además como “Logothete”, o representante de la comunidad cristiana
ante las autoridades árabes. Habiendo a la corte renunciado y
a ser el representante de los cristianos ante el anticristiano califa,
junto con vuestro hermano Cosme, os retirasteis al monasterio
de San Sabas, en Jerusalén, donde os ordenaron como sacerdote
y bastó ello, para que os adentrarais en el mundo de Dios, para luego,
predicador ser de la basílica del Santo Sepulcro. León III Isáurico,
inauguró una política iconoclasta, desterrando las imágenes sagradas,
considerando que era idolatría. Pero, San Germán, Patriarca,
su culto defendió y explicó la naturaleza de su homenaje, siendo
por ello, desterrado. Desde Jerusalén, llegó vuestra voz y con Tres
discursos en favor de las sagradas imágenes imponiéndoos a su favor.
Y, “el mal”, cuerpo tomó del emperador y, no pudiéndoos atacar,
os calumnió con vileza, falsificando una carta vuestra, en la que,
vos, habríais apoyado el restituir la ciudad de Jerusalén al impío
emperador. Pero Dios, estuvo siempre con vos, pues en el segundo
concilio de Nicea, y en reparación de las injurias, os proclamó
no sólo vuestra ciencia, sino también vuestra santidad. ¡Aleluya!
Y, así, un día os llamó el “Amo de la Vida”, y, luego de haber gastado
la vuestra en buena lid, coronó vuestra alma con corona de luz,
como justo premio a vuestra entrega de amor. León XIII Papa,
más tarde, os proclamó con justicia “Preclaro Doctor de la Iglesia”;
¡Oh! San Juan Damasceno, “vivo testimonio de la Verdad de Cristo”.
 

© 2018 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de Diciembre
San Juan Damasceno
Doctor de la Iglesia


Martirologio Romano: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día (c. 750).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Breve Biografía

Juan Damasceno (Yahia ibn Sargun ibn Mansur, nacido a mediados del siglo VII de una familia árabe cristiana y muerto en el 749) es considerado el último representante de la patrología griega y el equivalente oriental de San Isidoro de Sevilla por sus obras monumentales como la Fuente del conocimiento. Su actividad literaria es multiforme: pasa con autoridad de la poesía a la liturgia, de la elocuencia a la filosofía y a la apologética. Hijo de un alto funcionario del califa de Damasco, Juan fue compañero de juegos del príncipe Yazid, que más tarde lo promovió al mismo puesto del padre, que corresponde en cierto modo al de ministro de Hacienda. En calidad de “Logothete”, fue representante civil de la comunidad cristiana ante las autoridades árabes.

A un cierto punto Juan renunció a la corte y a su alto cargo, probablemente por las tendencias anticristianas del califa. En compañía del hermano Cosme, futuro obispo de Maiouma, se retiró al monasterio de San Sabas cerca de Jerusalén, en donde, ordenado sacerdote, profundizó su formación teológica, preparándose para el cargo de predicador titular de la basílica del Santo Sepulcro.

Era el período en el cual el emperador de Bizancio, León III Isáurico, inauguraba la política iconoclasta, es decir, desterraba todas las imágenes sagradas, cuyo culto era considerado como un acto de idolatría. El anciano patriarca de Constantinopla, San Germán, defendió el culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes, pero pagó con la destitución su acto de valentía. Desde Jerusalén, bajo el dominio árabe, se hizo oír otra voz en favor del culto de las imágenes, la del entonces desconocido monje Juan Damasceno o de Damasco, que con sus Tres discursos en favor de las sagradas imágenes se impuso inmediatamente a la atención del mundo cristiano. El emperador, no pudiendo atacar directamente al monje, recurrió vilmente a la calumnia, haciendo falsificar una carta de Juan, en la que éste habría tramado una conjuración para restituir el dominio de la ciudad de Jerusalén al emperador bizantino.

En esta disputa teológica, hecha de sutiles distinciones, Juan pudo demostrar toda su preparación teológica, puesta al servicio no sólo del patriarca de Jerusalén, sino de toda la Iglesia. En efecto, el segundo concilio de Nicea, en reparación de las injurias recibidas por el defensor de la ortodoxia, proclamó no sólo su ciencia, sino también su santidad. León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia en el año 1890.

La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.
Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/31853/juan-damasceno-santo.html)