03 octubre, 2015

San Edmundo de Escocia

 


¡Oh!, San Edmundo de Escocia, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado Santo. Y, como
San Agustín dijo: “Una cosa es amar al hombre,
y otra poner la esperanza en el hombre y tanta
diferencia hay que Dios manda lo primero y
prohíbe esto último”. Y, claro, así es, sin decir
nada más. Y, vos, hijo de alcurnia alta, pero de
espíritu humilde, pues vuestra madre Margarita,
reina de Escocia fue, y así y todo os abrazasteis
a la Cruz salvadora de Cristo, que os brindó
la santidad, que vuestro espíritu, había anhelado
siempre. Os dedicasteis a la dirección espiritual,
la oración, el ayuno y el amor a los pobres. Al
final de vuestra vida, voló, vuestra alma al cielo,
para, coronada ser de luz y eternidad, como
premio a vuestra grande entrega de amor y fe;
¡oh!, San Edmundo de Escocia, “humildad de Cristo”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Octubre
San Edmundo de Escocia
Confesor

Una cosa es amar al hombre, y otra poner la esperanza en el hombre, y tanta diferencia hay que Dios manda lo primero y prohíbe esto último (San Agustín).

San Edmundo era hijo de Santa Margarita, reina de Escocia y de Malcolm III (1057-1093). Después de haber tomado parte en los acontecimientos políticos y militares de Escocia a cargo de su tío paterno en 1097, se fue a Inglaterra donde abrazó la vida religiosa. Vivió en el monasterio cisterciense de Montague (Somerset), donde murió santamente en 1100.