22 abril, 2015

San Lucio

¡Oh!, San Lucio, vos, sois el hijo del Dios de la vida y
su amado santo y que, dejando vuestra realeza, optasteis
por cristiano ser y, no os equivocasteis pues es Él,
camino, verdad y vida. Nada os importó misionero ser, y
luego su santo Obispo. Os retirasteis más tarde, a Coira
en Suiza, donde un monte y una cueva existen con vuestro
nombre, pues retirado vivisteis allí por algún tiempo,
terminando vuestra santa vida, preso y martirizado, y,
luego decapitado en la fortaleza de Martiola. Pero, vos,
perdisteis vuestra vida, sí; pero, jamás vuestra alma
que vólo, directa al Padre, quien os coronó, con corona
de luz, como justo premio a vuestra emtrega de amor;
¡oh!, San Lucio, “esperanza de Cristo, hecha fe y luz”.

© 2015 Luis Ernesto Chacón Delgado
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22 de Abril
San Lucio
Rey

San Lucio es, según una antiquísima tradición, el primero de los reyes de Inglaterra que abrazó el cristianismo, en tiempos del papa Eleuterio (170-185). El martirologio romano y el Liber Pontificalis concuerdan en ello y designan a los santos Fugacio y Damián como los misioneros apostólicos que llevaron la fe de Cristo a Inglaterra y convirtieron a Lucio. La versión histórica nos dice que Lucio era el jefe militar de uno de los pequeños Estados en que estaba dividida entonces Gran Bretaña. 

La tradición señala como causa de su conversión, el milagro de la legión fulminante, la misma que relata que la legión Melitina, en tiempo de Marco Aurelio, compuesta toda ella de cristianos, en su expedición contra los sármatas salvó al ejército de morir de sed, atrayendo sobre ellos una lluvia providencial, al tiempo que caía sobre los enemigos una granizada y una tormenta de rayos que los derrotó. 

Aprovechando Lucio las relaciones políticas con el imperio romano, al que debía su familia el poder, se dirigió a Roma para conocer la floreciente iglesia cristiana de la capital. Vuelve la tradición a completar su vida,situándolo en Coira (Suiza), donde hay un monte y una cueva dedicados a su nombre porque se cree que allí vivió retirado algún tiempo. Su vida terminó con el martirio: fue preso y decapitado en la fortaleza de Martiola. Sus reliquias se conservan en Augsburgo.