08 septiembre, 2013

Natividad de la Santísima Virgen María




Oh, Santa María, Vos, sois la hija
del Dios de la vida y predilecta
Madre de Jesús, Dios y Señor Nuestro,
desde antes de que el mundo creado
fuera, porque, elegida fuisteis
en el inescrutable y amoroso corazón
de Dios Padre, porque, quiso él,
que así fuera, y así fue, para gloria
del universo todo. Así, Vos, os
convertisteis en la depositaria amorosa
de la Divinidad de Cristo, por Dios
dada, y, a quien, en vuestro seno,
cubristeis con vuestra humanidad.
Y, desde siempre sois la “Kejaritomene”,
la “llena de gracia”, la “Reina
del cielo” y la “bendita entre todas
las mujeres”. Salve, ¡oh!, vuestra
Natividad, María, Hija amorosa de Santa
Ana y de San Joaquín, en la gloria con vos;
Oh, María Santa; Vírgen y Reina del cielo.



© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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8 de Septiemmbre
Natividad de la Santísima Virgen María


Esta fiesta mariana tiene su origen en la dedicación de una iglesia en Jerusalén, pues la piedad cristiana siempre ha venerado a las personas y acontecimientos que han preparado el nacimiento de Jesús. María ocupa un lugar privilegiado, y su nacimiento es motivo de gozo profundo. En esta basílica, que había de convertirse en la iglesia de Santa Ana (siglo XII), san Juan Damasceno saludó a la Virgen niña: “Dios te salve, Probática, santuario divino de la Madre de Dios … ¡Dios te salve, María, dulcísima hija de Ana!”. Aunque el Nuevo Testamento no reporta datos directos sobre la vida de la Virgen María, una tradición oriental veneró su nacimiento desde mediados del siglo V, ubicándolo en el sitio de la actual Basílica de “Santa Ana”, en Jerusalén. La fiesta pasó a Roma en el siglo VII y fue apoyada por el Papa Sergio I. Su fecha de celebración no tiene un origen claro, pero motivó que la fiesta de “La Inmaculada Concepción” se celebrara el 8 de diciembre (9 meses antes). El Papa Pío X quitó esta celebración del grupo de las fiestas de precepto.


Himno

I



Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.


De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale luz clara y digna
de ser pura eternamente;
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.


No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella
y con luz tan celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.


Gloria al Padre, y gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.


O bien
II


Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.


Canten hoy pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.


Dignan, Señora de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.


Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.


Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense desde ahora,
para cuando venga Dios.


Y nosotros que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también
el corazón y las manos.


Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.


Oración


Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su Nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.