13 diciembre, 2023

Santa Lucía, intercesora de quienes sufren problemas de visión

 Santa Lucía 

 

¡Oh! Santa Lucía, vos sois el hija del Dios de la Vida,
su amada santa y mártir. Vuestro nombre significa: “la
que lleva luz”. A vos, os pintan con una bandeja con dos
ojos, porque os sacaron los vuestros, por proclamar vuestra
fe en Jesucristo. Erais muy honrada en Roma, y por ello
el Papa San Gregorio le puso vuestro nombre a dos conventos
femeninos que él fundó. Cuando vos erais niña, hicisteis
a Dios el juramento de permanecer siempre pura y virgen,
pero cuando llegó vuestra juventud, vuestra madre quiso
casaros con un joven pagano. Pero, ella enfermó gravemente
y vos le dijisteis: “Vamos en peregrinación a la tumba
de Santa Águeda. Y si la santa le obtiene la curación,
me concederá el permiso para no casarme” y vuestra madre
aceptó. Fueron a la tumba de la santa y la curación se
produjo instantáneamente. Y, desde ese día vos, obtuvisteis
el permiso de no casaros y el dinero ahorrado para la  
boda, lo disteis en ayuda a los pobres. Pero el pagano
con quien ibais a casaros, os acusó ante el gobernador
de que erais cristiana, y os llamaron a juicio. El juez,
intentaba convenceros de que vos, dejarais de ser cristiana,
y vos, armada de valor respondisteis: “Es inútil que insista.
Jamás podrá apartarme del amor de mi Señor Jesucristo”.
Y, el juez impío os preguntó: “Y si la sometemos a torturas,
será capaz de resistir?”. Y, vos, con mas certeza y valor
respondisteis: “¡Si!, porque los que creemos en Cristo y
tratamos de llevar una vida pura tenemos al Espíritu Santo
que vive en nosotros y nos da fuerza, inteligencia y valor”.
Y, el mísero juez la amenazó con hacerla llevar a una casa
de prostitución para ser irrespetada. Y, vos respondisteis:
“Aunque el cuerpo sea irrespetado, el alma no se mancha
si no acepta ni consiente el mal”. Y cuando trataron de
llevaros a una casa de éstas, vos, os quedasteis inmóvil
y entre varios hombres no fueron capaces de moveros de allí,
os atormentaron, y de un golpe de espada os cortaron vuestra
cabeza. Mientras erais martirizada, animabais a los presentes
a permanecer fieles a fe de Jesucristo hasta la muerte.
Y, así, y luego de haber entregado vuestra santa vida en
buena lid, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser
con corona de luz y eternidad. A vos, os invocan con fe
para curarse de enfermedades en los ojos. ¡Aleluya!
¡Oh! Santa Lucía, "viva luz del alma, para Cristo Vivo".


© by 2023 Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de Diciembre
Santa Lucía
Mártir
Año 304

Santa Lucía bendita: concédenos desde el cielo que nos envíe Dios sus luces para ver siempre lo que debemos hacer, decir y evitar, y hacerlo, decirlo y evitarlo siempre.

Lucía significa: “la que lleva luz”. A esta santa la pintan con una bandeja con dos ojos, porque antiguas tradiciones narraban que a ella le habían sacado los ojos por proclamar su fe en Jesucristo.

Nació y murió en Siracusa (ciudad de Italia), en la cual se ha encontrado una lápida del año 380 que dice: “N. N. Murió el día de la fiesta de Santa Lucía, para la cual no hay elogios que sean suficientes”. En Roma ya en el siglo VI era muy honrada y el Papa San Gregorio le puso el nombre de esta santa a dos conventos femeninos que él fundó (en el año 590).

Dicen que cuando era muy niña hizo a Dios el voto o juramento de permanecer siempre pura y virgen, pero cuando llegó a la juventud quiso su madre (que era viuda), casarla con un joven pagano. Por aquellos días la mamá enfermó gravemente y Lucía le dijo: “Vamos en peregrinación a la tumba de Santa Águeda. Y si la santa le obtiene la curación, me concederá el permiso para no casarme”. La madre aceptó la propuesta. Fueron a la tumba de la santa y la curación se produjo instantáneamente. Desde ese día Lucía obtuvo el permiso de no casarse, y el dinero que tenía ahorrado para el matrimonio lo gastó en ayudar a los pobres.

Pero el joven que se iba a casar con ella, dispuso como venganza acusarla ante el gobernador de que ella era cristiana, lo cual estaba totalmente prohibido en esos tiempos de persecución. Y Lucía fue llamada a juicio.

El juez se dedicó a hacerle indagatorias y trataba de convencerla para que dejara de ser cristiana. Ella le respondió: “Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor de mi Señor Jesucristo”.

El juez le preguntó: “Y si la sometemos a torturas, será capaz de resistir?”.

La jovencita respondió:

“Si, porque los que creemos en Cristo y tratamos de llevar una vida pura tenemos al Espíritu Santo que vive en nosotros y nos da fuerza, inteligencia y valor”.

El juez la amenazó con hacerla llevar a una casa de prostitución para ser irrespetada. Ella le respondió: “Aunque el cuerpo sea irrespetado, el alma no se mancha si no acepta ni consiente el mal” (Santo Tomás de Aquino, el gran sabio, admiraba mucho esta respuesta de Santa Lucía)

Trataron de llevarla a una casa de maldad, pero ella se quedó inmóvil en el sitio donde estaba y entre varios hombres no fueron capaces de moverla de allí, la atormentaron, y de un golpe de espalda le cortaron la cabeza.

Mientras la atormentaban, animaba a los presentes a permanecer fieles a la religión de Jesucristo hasta la muerte.

Por siglos ha sido muy invocada para curarse de enfermedades en los ojos.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Lucía.htm)