15 diciembre, 2023

Santa María de la Rosa, Fundadora y quien descubrió su vocación trabajando en una fábrica

 Radio Santa María

 

¡Oh! Santa María Crucificada de la Rosa, vos, sois la hija
del Dios de la Vida, fundadora de la Congregación de las
Siervas de la Caridad y su amada santa. Al haceros religiosa
adoptasteis el nombre de Maria Crocifissa Di Rosa. Fuisteis
educada por las Hermanas de la Visitación, quienes poseían
un convento y una escuela en la ciudad, pero, dejasteis la
escuela tras la muerte de vuestra madre. Con once años,
empezasteis a trabajar en la hilandería de vuestra familia.
Conocisteis las duras condiciones en las que trabajaban
muchas mujeres, que también os marcó profundamente. Decías
vos: “Yo sufro viendo el sufrimiento de otros”, y por ello,
decidisteis consagraros a Dios, mediante el servicio a los
más necesitados. Por ello, y animada por vuestra fe y amor
al prójimo, organizasteis a las trabajadoras para generar apoyo
y ayuda entre sus familias. Vuestro padre, aprobó vuestro
proyecto, quien os alentó a perseverar en vuestro camino,
nombrándoos administradora de la hilandería. Formasteis
una asociación religiosa en la que las trabajadoras podían
profundizar y enriquecer su fe católica. Mientras tanto,
alimentabais vuestra vida espiritual participando de la vida
parroquial: organizabais retiros espirituales y obras de
misión en las partes alejadas de Brescia, poniendo, una
especial atención en las mujeres abandonadas. De pronto en
Brescia se declaró la peste del cólera, cobrándose las vidas
de mucha gente y generándose muchos niños huérfanos. El
alcalde os encargó el cuidado de las niñas y os nombró
directora de los talleres, realizando un trabajo notable.
Más tarde abristeis un internado para niñas en estado de
abandono, huérfanas y pobres, que más adelante se convirtió
en un bastión de formación y educación católica. Vos,
fortalecida por la gracia de Dios y animada por el Espíritu
Santo, abristeis otro instituto, para niñas sordomudas.
Como culmen de vuestra vida, fundasteis la comunidad
religiosa femenina dedicada a la atención de los enfermos
en los hospitales: la Congregación de las Siervas de la
Caridad, siendo vos, su primera superiora. Casi al final
de vuestra vida, os dedicasteis a fortalecer vuestra Orden.
Finalmente la Santa Sede, por voluntad expresa del Papa Pío
IX, aprobó vuestra congregación. Y, así y luego de haber
gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra alma
al cielo, para coronada ser, con corona de luz y eternidad;
¡Oh! Santa María de la Rosa, "vivo amor por el Dios Vivo y eterno".


© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Diciembre
Santa María Crucificada de la Rosa
Fundadora

 Cada 15 de diciembre la Iglesia celebra a Santa María Crucificada de la Rosa, conocida también como Santa María de Rosa, religiosa italiana, fundadora de la Congregación de las Siervas de la Caridad.

Paola Francesca Di Rosa -su nombre secular- nació en Brescia (Italia) el 6 de noviembre de 1813. Posteriormente, al hacerse religiosa, adoptaría el nombre de Maria Crocifissa Di Rosa (María Crucificada de la Rosa). Su padre, don Clemente Di Rosa, fue un rico industrial, poseedor de una gran hilandería; su madre, Camilla Albani, era parte de la prestigiosa familia Albani, por lo que ostentaba el título de condesa.

Santidad en una fábrica

Durante su primera infancia, María fue educada por las Hermanas de la Visitación, quienes poseían un convento y una escuela en la ciudad. Sin embargo, dejó la escuela tras la muerte de su madre en 1824. Con solo 11 años, María empezó a trabajar en la hilandería de la familia. Allí pudo conocer las duras condiciones en las que trabajaban muchas mujeres, razón por la cual quedaría marcada para siempre. Ya de mayor solía decir: “Yo sufro viendo el sufrimiento de otros”.

Al cumplir los 17 años, María de la Rosa decidió consagrar su vida a Dios a través del servicio a los más necesitados. Por eso, animada por su fe y amor al prójimo, organizó a las trabajadoras de la hilandería con el propósito de generar vínculos de apoyo y ayuda solidaria entre sus familias. Esto fue visto con beneplácito por su padre, quien la alentó a perseverar en ese camino. Luego, por su capacidad de liderazgo y responsabilidad, don Clemente le entregaría la administración total de la hilandería. La joven acababa de cumplir los 19 años.

Entonces, ella, sobre la base del grupo de mujeres que había organizado, formó una asociación religiosa en la que las trabajadoras podían profundizar y enriquecer su fe católica. Mientras tanto, alimentaba su vida espiritual participando activamente en su parroquia: organizaba retiros espirituales y obras de misión en las partes alejadas de Brescia, poniendo, como ya era habitual, su mayor atención en las mujeres abandonadas.

El llamado

En 1836, la ciudad de Brescia sufrió el embate de la peste del cólera. Mucha gente murió aquel año y fueron muchísimos los niños que quedaron huérfanos. Para paliar en algo dicha situación, el municipio organizó unos talleres en los que los niños podían estudiar y, al mismo tiempo, aprender algún oficio su sustento. El alcalde le encargó a María de la Rosa el cuidado de las niñas, nombrándola directora de los talleres. A pesar de sus cortos 24 años, la joven hizo un trabajo notable y se ganó la estima y confianza de los habitantes de Brescia.

María de la Rosa trabajó en aquel proyecto con gran dedicación durante dos años, hasta que pensó que sería mejor brindar una formación más integral y estable en el tiempo. Entonces, por cuenta propia, abrió un internado para niñas en estado de abandono -fundamentalmente huérfanas y niñas muy pobres-, proyecto que crecería hasta convertirse en un sólido centro de formación y educación católica.

La Congregación de las Siervas de la Caridad

María, fortalecida por la gracia de Dios y animada por el Espíritu Santo, no tardaría mucho en dar el siguiente paso: abriría otro instituto, esta vez, para niñas sordomudas.

En 1840, tocada por el Espíritu Santo, Santa María de la Rosa se embarcó en el proyecto más importante de su vida: la fundación de una comunidad religiosa femenina dedicada a la atención de los enfermos en los hospitales: la Congregación de las Siervas de la Caridad. El grupo inicial estuvo compuesto por cuatro jóvenes, pero tres meses después aumentaron a 32. Sor María de la Rosa fue nombrada por unanimidad superiora de la naciente comunidad.

La etapa final de la vida de María Crucificada de la Rosa estuvo dedicada a fortalecer la Orden y obtener el reconocimiento eclesiástico necesario. En 1850, la Santa Sede, por voluntad expresa del Papa Pío IX, otorgó la aprobación de su congregación.

Unos años más tarde, Santa María de la Rosa moriría en olor de santidad, el 15 de diciembre de 1855. Su proceso de canonización se inició durante el pontificado de San Pío X en 1913. El Papa Pio XII la beatificó el 26 de mayo de 1940 y él mismo la canonizó el 12 de junio de 1954 en la Basílica de San Pedro.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-santa-maria-de-la-rosa-fundadora-de-las-siervas-de-la-caridad-17256)

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