
BITACORA DEL ALMA
26 octubre, 2025
Domingo 30 (C) del tiempo ordinario
25 octubre, 2025
Santos Frutos, Engracia y Valentín, hermanos mártires

24 octubre, 2025
San Antonio María Claret, Arzobispo, confesor y fundador

23 octubre, 2025
San Juan de Capistrano OFM, Predicador, defensor de la fe y Patrono de los capellanes militares

21 octubre, 2025
Santa Úrsula, Mártir y Patrona de los estudiantes y de la juventud femenina
18 octubre, 2025
San Lucas Evangelista, discípulo de San Pablo

¡Oh!, San Lucas Evangelista vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado Apóstol y santo que, habéis lustre
dado al significado de vuestro nombre que significa:
“luminoso, iluminado”. Y, muy cierto, pues solo así, y con
tal luminosidad pudisteis escribir «El Tercer Evangelio«
y «Los Hechos de los apóstoles», cuyo estilo, a la gente
de todos los tiempos cautivó, cautiva y cautivará.
San Pablo, os llamaba “Lucas, el médico muy amado”.
Ya que, por su salud velabais, con gran sublime amor
en sus viajes y prisiones. “El libro más encantador
del mundo”, llamaron al vuestro, pues de Cristo,
hablasteis de su lado tierno y humano, pues vos, veíais,
a las gentes, tal cual son: una parte debilidad y la otra
de voluntad llena. Y, así, las amabais y las comprendíais
mucho más. Vuestro evangelio, inconfundible es, pues
ágil es y fácil de leer, porque en mil doscientas líneas
plasmasteis el Amor que tiene Cristo, hacia los pobres,
los pequeños, los enfermos y los arrepentidos pecadores
Y, otros, dicen que es un maravilloso “Evangelio de la
oración”, porque vos, a Jesús, Dios y Señor Nuestro,
lo presentáis en todos los momentos orando e instando
a hacerlo sin cansarse y continuamente. Y, finalmente,
a vuestro evangelio, le han llamado el “Evangelio de los
pecadores”, porque a Jesús, lo presentáis de comprensión
y de amor derrochador, con los que han sido víctimas
de sus pasiones. Vuestro evangelio también los hechos
de la infancia de Jesús narran y ellos, han inspirado
a los más famosos pintores para representar en imágenes
las más vívidas escenas. Y, así, luego de haber vuestra
santa vida gastado en buena lid en favor de Jesucristo,
voló, vuestra alma al cielo, para, coronada ser de luz,
como premio justo a vuestra grande entrega de amor y fe;
¡oh!, San Lucas, “viva misericordia del Dios Vivo, por los pecadores”.
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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18 de Octubre
San Lucas Evangelista
Siglo I
Gracias Lucas por tu bello evangelio y tu libro de Los Hechos de los Apóstoles. Queremos leer muchas veces tan bellos escritos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre Celestial es misericordioso (San Lucas 6,36).
Lucas significa: “luminoso, iluminado” (viene del latín “luce” = luz). San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.
Era médico. San Pablo lo llama “Lucas, el médico muy amado”, y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol. Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo “fuimos a… navegamos a…” Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: “el que describe la amabilidad de Cristo”. Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: “Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo”, le respondió: “El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas”. Un autor llamó a este escrito: “El libro más encantador del mundo”.
Como era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad. Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.
Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado “el evangelio de los pobres”, porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: “el evangelio de la oración”, porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
Otro nombre que le han dado a su escrito es el “evangelio de los pecadores”, porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.
Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
17 octubre, 2025
San Ignacio de Antioquía, Mártir y el primero el llam,ar a la Iglesia "CATÓLICA"

¡Oh!, San Ignacio de Antioquía, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, y que, honor hicisteis al
significado de vuestro nombre: “lleno de fuego”. Y, sí,
estabais así, “lleno de fuego” pero, de amor por el Dios
de la Vida. Vos, cuando al martirio erais llevado, en vez
de miedo sentir, rogabais a vuestros amigos a que os
ayudaran a pedirle a Dios, que las fieras no se marchasen
sin destrozaros pues, deseabais muerto ser, por vuestro
amor a Cristo Jesús. Y, era Él, quien os inflamaba vuestra
alma y cuerpo. Y, así, os apresaron por negaros a adorar
los falsarios ídolos de Trajano, y le respondisteis a sus
preguntas con valor y fe: «¿Por qué te niegas a adorar
a mis dioses, hombre malvado? ¡No me llames malvado! Más
bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios
dentro de sí. ¿Y por qué no aceptas a mis dioses? ¡Porque
ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo
el cielo y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a
quien sirvo yo!» Y, sin más, el impío Trajano, mandó que os
llevaran a Roma, para luego, echado ser a las fieras.
“Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas,
mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos
con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús”. Así,
les escribisteis a los cristianos en Roma. Y, cuando
llegasteis, os arrodillasteis lleno de paz, y orasteis
con ellos por la Iglesia, por el término de la persecución
y por la paz del mundo. Y, luego las fieras, os dieron
la paz y la alegría que anhelabais: ser coronado con corona
de luz, como justo premio a vuestro ejemplo de amor y fe;
¡oh!, San Ignacio de Antioquía, “vivo fuego del Dios Vivo y eterno”.
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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17 de Octubre
San Ignacio de Antioquía
Mártir
Año 107
Ignacio significa: “lleno de fuego” (Ingeus: fuego). Nuestro santo estaba lleno de fuego de amor por Dios.
Antioquía era una ciudad famosa en Asia Menor, en Siria, al norte de Jerusalén. En esa ciudad (que era la tercera en el imperio Romano, después de Roma y Alejandría) fue donde los seguidores de Cristo empezaron a llamarse “cristianos”. De esa ciudad era obispo San Ignacio, el cual se hizo célebre porque cuando era llevado al martirio, en vez de sentir miedo, rogaba a sus amigos que le ayudaran a pedirle a Dios que las fieras no le fueran a dejar sin destrozar, porque deseaba ser muerto por proclamar su amor a Jesucristo.
Dicen que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.
Mandó el emperador Trajano que pusieran presos a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso y entre el perseguidor y el santo se produjo el siguiente diálogo:
-¿Por qué te niegas a adorar a mis dioses, hombre malvado?
-No me llames malvado. Más bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios dentro de sí.
-¿Y por qué no aceptas a mis dioses?
Porque
ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo el cielo y
la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a quien sirvo yo.
El emperador ordenó entonces que Ignacio fuera llevado a Roma y echado a las fieras, para diversión del pueblo. Encadenado fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas que se han hecho famosas. Iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.
En una de esas cartas dice que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.
El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.
Con los que se adelantaron a ir a la capital antes que él, envió una carta a los cristianos de Roma diciéndoles: “Por favor: no le vayan a pedir a Dios que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si cuando yo llegue allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya no quiero morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús”. ¡Admirable ejemplo!.
Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras. Era el año 107.
Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo.
Algunos escritores antiguos decían que Ignacio fue aquel niño que Jesús colocó en medio de los apóstoles para decirles: “Quien no se haga como un niño no puede entrar en el reino de los cielos” (Mc. 9,36).
San Ignacio dice en sus cartas que María Santísima fue siempre Virgen. Él es el primero en llamar Católica, a la Iglesia de Cristo (Católica significa: universal).
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ignacio_de_Antioquia.htm)