20 noviembre, 2024

Beata Anna Kolesárová «Mártir de la Castidad» y Patrona de la juventud

 

 Anna Kolesárová murió mártir durante la II Guerra Mundial, como María  Goretti, defendiendo su pureza - ReL

20 de Noviembre
Beata Anna Kolesárová
«Mártir de la Castidad» y Patrona de la juventud

Cada 20 de noviembre la Iglesia conmemora a la Beata Anna Kolesárová, joven laica nacida en Vysoká nad Uhom, Michalovce, Checoslovaquia (hoy Eslovaquia) en 1928. Anna es patrona de la juventud, de las víctimas de violación y de abusos de todo tipo. Ha sido llamada “Mártir de la castidad”.

La más bella flor

Anna creció en el seno de una familia católica en la que le inculcaron la piedad y el cuidado de la vida espiritual, especialmente a través de la comunión frecuente. Su vida fue muy breve -fue asesinada a los 16 años-, pero al mismo tiempo llena de intensidad espiritual, pureza y mansedumbre. Así lo evidencian los numerosos testimonios recogidos para llevar adelante su causa de canonización.

Anna fue la menor de los hijos de la familia. Sus hermanos mayores fueron María, su media hermana, y Michal, su hermano. Los Kolesárová llevaban una vida sencilla y modesta, dedicada a las labores del campo.

Los horrores de la guerra

Lamentablemente, a los 10 años, Anna perdió a su madre y con eso recayeron sobre ella las responsabilidades del cuidado de la casa. Ella, sin embargo, reservaría siempre su mejor tiempo para Dios: la pequeña niña adoptó la bella costumbre de ir todos los días a Misa con sus amigos, cuando los quehaceres del hogar ya estaban terminados.

En el otoño de 1944, durante la cruenta campaña en el frente de Europa oriental, el pueblo de Michalovce se convirtió en uno de los escenarios de la confrontación -la Segunda Guerra-, por lo que los granjeros locales tuvieron que refugiarse en los sótanos de sus casas para protegerse de los intensos bombardeos.

«In defensum castitatis»

El 22 de noviembre de ese mismo año, una columna del Ejército Rojo (nombre oficial del ejército de la desaparecida Unión Soviética) ingresó al pueblo. Jan, el padre de Anna, y sus hermanos se encontraban escondidos en el sótano de la casa, cuando de pronto un soldado soviético en estado de ebriedad irrumpió en el recinto con dirección a la cocina.

Después de que el militar hiciera un recorrido por las habitaciones, encontró escondida a la familia. Fue entonces que el padre de Anna, intentando que la situación no se saliera de control, le pidió a la jovencita que le acerque algo de agua y comida al soldado. Este, lejos de reconocer el ofrecimiento como un gesto amistoso, reaccionó de manera violenta y deshonesta: se abalanzó contra Anna con la intención de ultrajarla.

Ella, siguiendo el consejo de sus vecinas, estaba vestida de negro tal y como se les recomendaba a las mujeres para no despertar inquietud en la soldadesca. No obstante, de poco le sirvió. En medio del forcejeo, Anna logró zafarse de los brazos de su agresor, pero éste, sintiéndose rechazado, la persiguió hasta el sótano -rifle en mano- y la asesinó de dos disparos. Uno le cayó en el rostro y el otro en el pecho. Delante de la cruel escena quedaron de pie, impotentes, su padre y su hermano.

En su agonía, Anna, sujeta en los brazos de su padre, alcanzó a decirle: “Adiós, papá… ¡Jesús, María y José!”. Luego expiró en paz. Sólo unas horas antes, Anna había ido a la iglesia, se había confesado y había recibido la Eucaristía.

Proceso rumbo a los altares

La apertura del proceso de canonización de Anna Kolesárová fue en 2004, año en el que se le declaró “Sierva de Dios”. En marzo de 2018, el Papa Francisco afirmó que Anna había muerto «in defensum castitatis» (“en defensa de la castidad”), es decir, en condición de “mártir de la virginidad”.

Anna Kolesárová fue beatificada el 1 de septiembre de 2018.

(https://www.aciprensa.com/noticias/84794/cada-20-de-noviembre-se-recuerda-a-la-beata-anna-kolesarova-patrona-de-la-juventud)

19 noviembre, 2024

San Odón, Gran maestro de la disciplina espiritual

  SAN ODÓN

¡Oh!, San Odón; vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado santo y, el que, honor haciendo al significado
de vuestro nombre: “superior de muchos”, así lo hicisteis,
la unidad siendo en la oración, la meditación y sobre
todo el amor, para el camino ser, y dirigir hacia la
eternidad a vuestros santos monjes, conforme visteis
vos en aquella visión: vuestra alma como un vaso
muy hermoso
, pero de serpientes lleno, y así vos
comprendisteis que debíais dedicaros a la oración y la
meditación. Así, vuestra santa vida terminó, recibiendo
corona de luz que brilla imperecedera, como premio
justo a vuestra entrega de amor y fe. ¡Aleluya!
¡Aleluya!
¡Oh¡ San Odón; viva «vivo, guía, luz y santidad del Dios Vivo».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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19 de Noviembre

San Odón
Año 942

Gracias Señor, por los grandes santos que les has dado a tu Iglesia. También ahora necesitamos apóstoles de esa talla. No dejes de enviarlos, que nos están haciendo mucha falta.Orad para no caer en tentación porque el Espíritu está pronto, pero la carne es débil (Jesucristo).

Odón en germano significa: “superior de muchos”. Este santo se hizo famoso porque fue el superior del monasterio más célebre de su tiempo, el de Cluny, y porque tuvo bajo su dirección más de mil monjes en diversos conventos.

Su nacimiento fue el fruto de muchas oraciones de sus padres, que deseaban tener un hijo pero la esterilidad no les permitía tenerlo. Nació el 25 de diciembre del 879.

Cuando era joven empezó a sentir terribles dolores de cabeza y ningún médico lograba curarlo. Al fin su padre y él prometieron a Dios que se iría de religioso si se curaba. La curación le llegó muy pronto.

Un día leyó las Reglas que San Benito hizo para sus monasterios y se dio cuenta de que él estaba muy lejos de la santidad, y entonces pidió ser admitido como monje en un convento de San Benito.

El año 910 fue fundado el famoso Monasterio benedictino de Cluny (en Francia) y el fundador lo llevó a él como ayudante. Después de la muerte del fundador quedó Odón como Superior del inmenso monasterio.

Por muchos años fue Odón el superior casi irremplazable de Cluny, y como allí se refugiaban grandes pecadores que deseaban llevar una vida de santidad y de penitencia, él gobernaba de manera muy rígida, porque era necesario que quien se iba a de religioso lo hiciera con toda seriedad. Y así logró llevar a sus religiosos a un alto grado de santidad.

Al principio Odón se dedicaba más al estudio que a la oración, pero en una visión, contempló que su alma era como un vaso muy hermoso pero lleno de serpientes. Con esto comprendió que si no se dedicaba totalmente a la oración y a la meditación no sería agradable a Dios, y desde entonces su vida fue un orar continuo y fervoroso y un meditar constante en temas religiosos.

Él mismo narraba que cuando era un joven monje una noche a medianoche, en pleno invierno, mientras iba al templo a la oración, se encontró con un mendigo que tiritaba de frío. Él le regaló su manto, pero tuvo que tiritar también de frío durante toda la oración. Mas al llegar a su celda se encontró con una moneda de oro sobre su cama, y con eso compró un nuevo manto.

Odón insistía muchísimo en que se rezaran con gran fervor los salmos y en que se observara un gran silencio en el monasterio. Y fue formando monjes tan fervorosos que con ellos logró fundar otros 15 monasterios más.

El Sumo Pontífice lo llamó varias veces a Roma para que le ayudara a calmar las guerras civiles, y con su gran ascendiente y su mucha fama de santidad lograba que se hicieran las paces entre los que guerreaban.

A veces al llegar a algunos monasterios relajados a exigir estricta observancia fue recibido con amenazas muy serias, pero luego al conocerlo más de cerca, los revoltosos se calmaban y se volvían sus grandes amigos y le obedecían totalmente.

Al morir el 18 de noviembre del año 942, dejaba monasterios muy fervorosos por muchos sitios importantes de Europa y con ello contribuyó inmensamente al resurgimiento del espíritu religioso.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Odón.htm)

 

18 noviembre, 2024

Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo

 Puede ser una imagen de monumento y texto

¡Oh!, Dedicación de las Basílicas de San Pedro
y San Pablo, vosotras sois el cúlmen de nuestra fe
pues, llevan los nombres de los dos apóstoles
y santos más amados del Dios de la Vida, y cuyo
carisma eterno e impercedero, vive en la roca viva
plasmado en gloriosos Templos, que nos recuerdan
vuestra grandeza singular. Vosotras dos, sois
columnas vivas de amor, fe y esperanza, al igual
que lo eran y lo son vuestras vuestras santas vidas
que hoy convertidos en  «Templos de Amor» están,
sobre vuestras tumbas, hacia la Celeste Patria
apuntando, para recuerdo del hombre y del mundo
 y de vuestras increíbles entregas de amor y fe.
Vuestras construcciónes las debemos a Nicolás Papa
V y su término y consagración a Urbano Papa VIII, para
la Basílica de San Pedro; y para la de San Pablo,
a San León Magno Papa y el emperador Teodosio, pero,
destruida por un incendio, se construyó la nueva
consagrada por Pío Nono Papa. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡oh!, Basílicas de San Pedro y San Pablo, “vivo Amor de Dios”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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18 de Noviembre
Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo

Propongámonos tener siempre el más grande respeto y veneración por nuestros templos.

La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el Papa Urbano Octavo el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua. La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro.

Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza abajo) y ahí mismo fue sepultado. Sobre su sepulcro hizo construir el emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando cada vez más la Basílica.

Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.

Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola). Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.

Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio llamado “Las tres fontanas”, porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontantas).

La antigua Basílica de San Pablo la habían construido el Papa San León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el Papa Pío Nono en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: “A San Pablo, Apóstol y Mártir”.

Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso posible, y cómo nosotros debemos contribuir generosamente para mantener bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.

(http://ewtn.com/spanish/Saints/Dedicación_de_las_basílicas_de_San_Pedro_San_Pablo.htm)

 

16 noviembre, 2024

San Roque Gonzáles, Jesuita y mártir

 San Roque González | The Society of Jesus

16 de noviembre
San Roque Gonzáles
Jesuita y mártir

Cada 16 de noviembre la Iglesia celebra a San Roque González de Santa Cruz, sacerdote jesuita, mártir y primer santo paraguayo.

San Roque nació en Asunción, Paraguay, en 1576. A los 22 años fue ordenado sacerdote y posteriormente nombrado párroco de la Catedral de Asunción. En 1609 ingresó a la Compañía de Jesús y unos años después, el 25 de marzo de 1615, fundó la reducción de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa (actual ciudad argentina de Posadas), la que sería posteriormente trasladada a la ciudad paraguaya de Encarnación. Debido a esto San Roque González es considerado el fundador y patrono de ambas ciudades.

A lo largo de su vida misionera, Roque fundó otras reducciones, las que también dieron origen a ciudades actuales de Brasil, Argentina y Paraguay. El padre Roque hizo de la Virgen María la guía y protectora de su obra evangelizadora. Siempre llevaba un cuadro de la Madre de Dios consigo y predicaba con él al frente, o recorría los caminos llevándolo en las manos, algo que producía la admiración de los indígenas, quienes, conmovidos por la maternal figura de la Madre de Dios, solían abrir el corazón a Dios y a la fe.

Sin embargo, no todos fueron receptivos al anuncio del Evangelio ni a las propuestas de los jesuitas. En la zona de Ijuí, el cacique Ñezú, jefe de la tribu guaraní del lugar, rechazaba la idea de una reducción y terminó enfrentándose al padre Roque. El día 15 de noviembre de 1628, los encargados de la reducción -padre Roque González de Santa Cruz y el padre español Alonso Rodríguez Olmedo- fueron asesinados. Sus verdugos utilizaron un hacha de piedra para lograr su nefasto objetivo. La misma suerte corrió el jesuita Juan del Castillo, también español, dos días después. Los cuerpos del padre Roque y el padre Alonso fueron arrojados al fuego. Milagrosamente el corazón de San Roque quedó intacto mientras el resto de su cuerpo se redujo a cenizas. Al ser recogido por un grupo de indígenas, de acuerdo a los testimonios posteriores, algunos de ellos escucharon una voz que provenía del corazón del santo, que los llamaba al arrepentimiento.

Poco después, el corazón de San Roque fue recuperado por los jesuitas, quienes corroboraron sorprendidos que este se mantenía en perfecto estado. Como el tiempo pasó y el corazón se mantenía incorrupto, fue llevado a Roma junto al hacha de piedra con la que el grupo de misioneros jesuitas fue martirizado. Actualmente, el corazón de San Roque y el hacha se encuentran en la Capilla de los Mártires, en el Colegio de Cristo Rey en Asunción (Paraguay).

En 1988, San Juan Pablo II, durante su visita a Paraguay, canonizó a San Roque Gonzáles, y a los españoles San Alfonso Rodríguez y San Juan Del Castillo; todos ellos mártires jesuitas en tierras americanas.

“Ni los obstáculos de una naturaleza agreste, ni las incomprensiones de los hombres, ni los ataques de quienes veían en su acción evangelizadora un peligro para sus propios intereses, fueron capaces de atemorizar a estos campeones de la fe. Su entrega sin reservas los llevó hasta el martirio”, destacó el Papa Peregrino en aquella ocasión.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-celebramos-a-san-roque-cuyo-corazon-hablo-a-los-que-lo-mataron-30359)

15 noviembre, 2024

San Alberto Magno, Doctor de la Iglesia y patrono de los estudiantes de ciencias naturales

   

Santo del día 15 noviembre: San Alberto Magno. Santoral católico | ACI  Prensa

 ¡Oh!, San Alberto Magno; vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo y el más sabio y amoroso
de vuestro tiempo porque, vuestra cerviz reclinasteis
ante Nuestra Señora, Santa Madre de Dios, pidiéndole
sabiduría y, ella, os fue en el mismo acto concedida
de manera maravillosa y María misma os dijo: “Alberto,
¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí
que soy “Trono de la Sabiduría?”. ¡Y, así lo hicisteis!
Y, ya con Ella en vuestro corazón, la compartisteis
con el mundo de vuestro tiempo y, en “blanco y negro”
plasmasteis el saber todo de Dios, en temas de Teología,
Filosofía, Geografía, Química, Astronomía y muchos
otros saberes más. No en vano, llamado erais “El Magno”,
“el grande” y el “Doctor Universal”, porque, de todo
sabíais cuando erais consultado. Vos, que habiendo
sido de familia pudiente y de alta alcurnia, Alemania
toda la recorristeis, predicando y viajando de limosna
y además, hospedándoos como un simple limosnero con
el sólo afán, de aumentar vuestra humildad. Y, así, un día,
mientras gastabais vuestra santa vida con vuestros hermanos
religiosos, voló vuestra alma al cielo para luego coronada
ser, con corona eterna de luz y de gloria como muy justo
premio a vuestra entrega increíble e inmensa de amor,
pues toda vuestra vida llevar fue, a todas las almas hacia
Dios, pues, es Él, la única “Vida verdadera y caridad”;
¡oh!, San Alberto Magno; “vivo Amor del Dios de la Vida”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Noviembre
San Alberto Magno
Doctor de la Iglesia
Año 1280

La Virgen Santísima nos conceda como a su buen devoto San Alberto, el don de la sabiduría, para hacer mucho bien. El primer paso para adquirir sabiduría es tener un gran deseo de instruirse. (S. Biblia. Proverbios).

Alberto significa: “de buena familia” (Al = familia. Bert = buena). Ya en su tiempo la gente lo llamaba “El Magno”, el grande, el magnífico, por la sabiduría tan admirable que había logrado conseguir. Lo llamaban también “El Doctor Universal” porque sabía de todo: de ciencias religiosas, de ciencias naturales, de filosofía, etc. Era geógrafo, astrónomo, físico, químico y teólogo. La gente decía “Sabe todo lo que se puede saber” y le daba el título de “milagro de la época”, “maravilla de conocimientos” y otros más. Tuvo el honor San Alberto de haber sido el maestro del más grande sabio que ha tenido la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino, y esto le aumentó su celebridad. El descubrió el genio que había en el joven Tomás.

Nació en Alemania en 1206. Era de familia rica y de importancia en el gobierno y en la alta sociedad. Su padre era Conde, o sea gobernador de la región. Estudió en la Universidad de Padua. Allí se encontró con el más grande pescador de vocaciones, el beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo, y aunque el papá de Alberto se oponía a que su hijo se hiciera religioso, sin embargo la personalidad de Jordán fue tan impresionante para él, que dejó todo su futuro de hacendado, político y hombre de mundo, y entró de religioso con los Padres Dominicos.

Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: “Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí que soy ‘Trono de la Sabiduría?”.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías”. Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo: “Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima”. Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió.

En Colonia, en París y en varias otras universidades fue profesor brillantísimo y de muchas naciones iban estudiantes a escuchar sus clases. Él tuvo el mérito de haber separado la teología de la filosofía, y de haber descubierto que el filósofo Aristóteles tiene un gran parecido con las ideas cristianas (lo cual perfeccionará luego su discípulo Santo Tomás).

Escribió 38 volúmenes, de todos los temas. Teología, filosofía, geografía, química, astronomía, etc. Era una verdadera enciclopedia viviente. Fue nombrado superior provincial de su comunidad de Dominicos. Y el Sumo Pontífice lo nombró Arzobispo de Ratisbona, pero a los dos años renunció a ese cargo para dedicarse a dar clases y escribir, que eran sus oficios preferidos.

Habiendo sido de familia muy rica y de alta posición social, recorrió Alemania predicando, y viajando de limosna y hospedándose donde le dieran posada como a un limosnero. Era una buena práctica para aumentar la virtud de la humildad.

El 15 de noviembre de 1280, mientras charlaba tranquilamente con unos religiosos de su comunidad, quedó muerto plácidamente. Tenía 74 años. Dejaba fama de haber sido más sabio que todos los sabios de su tiempo. Todas las enseñanzas tenían por fin llevar el alma hacia Dios que es amor.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Alberto_Magno.htm)

 

14 noviembre, 2024

San José Pignatelli, restaurador de la Compañía de Jesús

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 ¡Oh! San José Pignatelli, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, conocido como «Restaurador de los Jesuitas»
porque tratasteis de que los religiosos de vuestra comunidad
pudieran sobrevivir a pesar de la implacable persecución. Vos,
enseñabais el catecismo a los niños y a los presos. El rey
Carlos Tercero, obedeció a los masones y declaró que, de España
y de todos los territorios de América, expulsados fueran.
Vos, y vuestro hermano, recibieron la oferta de poder quedaros
en España pero, con la condición de que, se salieran de la
Compañía de Jesús y no aceptando, preferisteis iros al destierro.
Clemente Catorce, dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús
y miles de Jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas. Vos,
y vuestros compañeros, cuando oyeron leer el decreto exclamaron:
“Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de
todo corazón”. Viente años pasasteis junto a la de los demás
jesuitas, con tremendos sufrimientos. En Bolonia, estuvisteis
dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales,
y a coleccionar libros y manuscritos de la Compañía de Jesús
y ayudando a vuestros compañeros. Muchos de ellos estaban en la
miseria y si eran españoles, no les dejaban ejercer el sacerdocio.
Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los
jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar
en su país el decreto de acabar con la Compañía de Jesús, y
recibió a varios religiosos de vuestra comunidad. Vos, con el permiso
el Papa Pío sexto, os afiliasteis a los jesuitas de Rusia y con
la ayuda de ellos empezasteis organizar a los jesuitas en Italia.
Conseguíais vocaciones y mandabais a los novicios a Rusia y allá
eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia
os nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío
Séptimo, aprobó vuestro nombramiento. Y, así la comunidad empezaba
a renacer otra vez. Vos orabais, y trabajabais sin descanso por
conseguir que vuestra Comunidad, volviera a renacer. Fuisteis
nombrado Provincial y lograsteis restablecer casas de Jesuitas
en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña. Ya estabais
para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la
Compañía de Jesús, pero, Napoleón se llevó preso a Pío Séptimo
al destierro. Y así, habiendo gastado toda vuestra vida en
buena lid, voló vuestra alma al cielo, para ser coronada con
corona de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh! San Jose Pignatelli, «vivo amor por el Dios Vivo y eterno».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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14 de Noviembre
San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas

El mérito especial de este santo fue el de conservar lo que quedaba de la Compañía de Jesús (que es la Comunidad religiosa más numerosa en la Iglesia Católica) y tratar de que los religiosos de esa comunidad pudieran sobrevivir, a pesar de una terrible persecución. De familia italiana, nació en Zaragoza (España) en 1737. Se hizo jesuita y empezó a trabajar en los apostolados de su Comunidad, especialmente en enseñar catecismo a los niños y a los presos. En 1767 la masonería mundial se puso de acuerdo para pedir a todos los gobernantes que expulsaran de sus países a los Padres Jesuitas. El rey Carlos III de España obedeció las órdenes masónicas y declaró que de España y de todos los territorios de América que dependían de ese país quedaban expulsados los jesuitas. Con este decreto injusto le hizo un inmenso mal a muchas naciones y a la Santa Iglesia Católica.

El Padre José Pignatelli y su hermano, que eran de familia de la alta clase social, recibieron la oferta de poder quedarse en España pero con la condición de que se salieran de la Compañía de Jesús. Ellos no aceptaron esto y prefirieron irse al destierro. Se fueron a la Isla de Córcega, pero luego los franceses invadieron esa isla y de allá también los expulsaron.

En 1774 Clemente XIV por petición de los reyes de ese tiempo dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús. Como efecto de ese Decreto 23,000 jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas. El Padre Pignatelli y sus demás compañeros, cuando oyeron leer el terrible decreto exclamaron: “Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de todo corazón”.

Durante los 20 años siguientes la vida del Padre José y la de los demás jesuitas será de tremendos sufrimientos. Pasando por situaciones económicas sumamente difíciles (como los demás jesuitas dejados sin su comunidad), pero siempre sereno, prudente, espiritual, amable, fiel.

Se fue a la ciudad de Bolonia y allí estuvo dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales, y a coleccionar libros y manuscritos relacionados con la Compañía de Jesús y a suministrar ayuda a sus compañeros de religión. Muchos de ellos estaban en la miseria y si eran españoles no les dejaban ni siquiera ejercer el sacerdocio. Un día al pasar por frente a una obra del gobierno, alguien le dijo que aquello lo habían construido con lo que les habían quitado a los jesuitas, y Pignatelli respondió: “Entonces deberían ponerle por nombre “Haceldama”, porque así se llamó el campo que compraron con el dinero que Judas consiguió al vender a Jesús.

Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar en su país el decreto que mandaba acabar con la Compañía de Jesús, y recibió allá a varios religiosos de esa comunidad. El Padre Pignatelli con permiso del Papa Pío VI se afilió a los jesuitas que estaban en Rusia y con la ayuda de ellos empezó a organizar otra vez a los jesuitas en Italia. Conseguía vocaciones y mandaba los novicios a Rusia y allá eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia lo nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío VII aprobó ese nombramiento. Así la comunidad empezaba a renacer otra vez, aunque fuera bajo cuerda y en gran secreto.

El Padre Pignatelli oraba y trabajaba sin descanso por conseguir que su Comunidad volviera a renacer. En 1804 logró con gran alegría que en el reino de Nápoles fuera restablecida la Compañía de Jesús. Fue nombrado Provincial. Con las generosas ayudas que le enviaban sus familiares logró restablecer casas de Jesuitas en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña. Ya estaba para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la Compañía de Jesús, cuando Napoleón se llevó preso a Pío VII al destierro.

El Padre Pignatelli murió en 1811 sin haber logrado que su amada Comunidad religiosa lograra volver a renacer plenamente, pero tres años después de su muerte, al quedar libre de su destierro el Papa Pío VII y volver libre a Roma, decretó que la Compañía de Jesús volvía a quedar instituida en todo el mundo, con razón Pío XI llamaba a San José Pignatelli “el anillo que unió la Compañía de Jesús que había existido antes, con la que empezó a existir nuevamente”. Los Jesuitas lo recuerdan con inmensa gratitud, y nosotros le suplicamos a Dios que a esta comunidad y a todas las demás comunidades religiosas de la Iglesia Católica las conserve llenas de un gran fervor y de grandísima santidad.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/José_Pignatelli.htm)

13 noviembre, 2024

Santa Francisca Javiera Cabrini, M.S.C. Patrona de los Inmigrantes

 Santa Francisca Javiera Cabrini

 

¡Oh! Santa Francisca Javiera, vos, sois la hija del
Dios de la Vida y su amada santa, y Patrona de los
Inmigrantes. León XIII Papa, dijo de vos: “La madre
Cabrini es una mujer muy inteligente y de gran virtud.
Es una santa”. Vos, sois la primera ciudadana americana
en ser canonizada. Intentasteis ingresar a varias
ordenes pero no os recibieron y algo decepcionada, vos
recibisteis la invitación de un obispo y un sacerdote
amigo para ingresar a trabajar en el orfanato “Casa
de la Providencia”, y aceptasteis y con un grupo de
compañeras fundasteis la congragación de las Hermanas
Misioneras del Sagrado Corazón y en honor de San Francisco
Javier, vos, añadisteis el nombre de “Javiera” a vuestro
nombre. Más tarde se cerró el orfanato y debido a ello,
vos, y vuestras hermanas se trasladaron a un convento
franciscano, donde redactasteis las reglas del nuevo
instituto, que, aprobadas por vuestro, vuestra obra
espiritual comenzó a crecer, abriéndose más casas para
albergar nuevas vocaciones. Vos, deseabais ir a China;
pero el Papa León XIII, os animó a ir hacia Occidente y
no al Oriente. Y, así, cruzasteis el Atlántico, llegando
a Nueva York, encontrando una realidad pastoral dura
entre los inmigrantes europeos. Muchos de ellos vivían
miserablemente, sin moral y sin fe. Vos, no quisisteis
volver a vuestra patria, y Dios fue proveyendo de a poco
lo necesario, hasta abrir un orfanato, una casa para
vosotras y una escuela para los niños. Vuestra orden
fue creciendo a lo largo y ancho de los Estados Unidos,
haciendo crecer la obra de Dios, los inmigrantes y los
más necesitados. La gente os quería y os amaba, aunque
erais estricta, teníais un gran sentido de la justicia,
un ingenioso sentido del humor, una vida espiritual
muy fuerte y un entusiasmo inagotable. Nada os podía
detener, ni las barreras culturales, ni las dificultades
de una lengua. “Ámense unas a otras. Sacrifíquense
constantemente y de buen grado por sus hermanas. Sean
bondadosas; no sean duras ni bruscas, no abriguen
resentimientos; sean mansas y pacíficas”, repetíais a
vuestras religiosas. Como misionera, viajasteis a
Nicaragua, Argentina, Costa Rica, Panamá, Chile, Brasil,
Francia e Inglaterra. Vuestra congregación, fue aprobada
cuando esta ya estaba presente en ocho países y contaba
con más de mil religiosas, al frente de escuelas,  
hospitales y otras instituciones de servicio. Y, así,
y después de haber gastado vuestra santa vida en buena
lid, voló vuestra alma al cielo para coronada ser con
corona de luz, como premio a vuestra entrega de amor y fe;  
¡Oh! Santa Francisca Javiera, "Viva luz del Dios Vivo".

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de Noviembre
Santa Francisca Javiera Cabrini M.S.C.
Patrona de los Inmigrantes

Fue una religiosa excepcional, cuya vida estuvo consagrada al servicio de los inmigrantes, es decir, de aquellos que dejaron atrás la tierra en que nacieron en busca de una vida mejor. El Papa León XIII dijo de ella: “La madre Cabrini es una mujer muy inteligente y de gran virtud… es una santa”. Hoy, esa empeñosa mujer es considerada como la patrona de los inmigrantes. El halago del Papa León no era ni ocasional ni gratuito; León XIII pudo conocer y tratar personalmente a esta religiosa italiana que emigró a Estados Unidos y que, impulsada por el amor a Cristo, se convirtió en testimonio vivo del Señor entre quienes iban poblando el vasto territorio norteamericano.

Como fruto de ese ardor misionero, la Madre Cabrini es hoy la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada y llegar a los altares.

Si una puerta se cierra, otra se abrirá

María Francisca Cabrini nació en Sant'Angelo Lodigiano, Lombardía (Italia), el 15 de julio de 1850, en el seno de una familia acomodada. Desde pequeña quedó fascinada con las  lecturas y relatos de hombres y mujeres que dejaron la patria y emprendieron empresas misioneras en tierras lejanas con el propósito de anunciar el Evangelio. De jovencita, Francisca tuvo la inquietud de seguir aquel camino, pero sus padres la enviaron a estudiar con las religiosas de Arluno para que fuera maestra de escuela.

En 1870, tiempo después de la muerte de sus padres, Francisca intentó ingresar a la congregación con la que realizó sus estudios, pero no fue admitida debido a sus problemas de salud. Luego, hizo otro intento en una orden diferente, pero tampoco fue recibida.

En medio de la decepción por las negativas sufridas, recibió la invitación de un obispo y un sacerdote amigo para ingresar a trabajar en el orfanato “Casa de la Providencia”, donde la fundadora del recinto, la señora Tondini, había realizado una administración deficiente. La santa aceptó y con un grupo de compañeras que ya trabajaban allí fue madurando un proyecto espiritual que terminaría en la fundación de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón.

El inspirador del proyecto, a cuya intercesión lo consagraron, fue San Francisco Javier, el célebre evangelizador de Japón. En honor al santo jesuita, Francisca añadiría “Javiera” a su nombre.
 

Las pruebas fortalecen: hacia Occidente

Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos del grupo de mujeres, el obispo aconsejó a Francisca dejar de lado la institución y cerró el orfanato. Debido a ello, la Madre Cabrini y sus hermanas tuvieron que trasladarse a un convento franciscano que estaba vacío. Allí, redactaría las reglas del nuevo instituto, que finalmente serían aprobadas por su obispo. A partir de entonces, la obra espiritual de la Madre crecería, abriéndose otras casas para albergar a las nuevas vocaciones.

La Madre Cabrini entonces emprende el viaje a Roma con el propósito de obtener la aprobación de la Santa Sede para su congregación. En el interín, el arzobispo de Nueva York se pone en contacto con ella para pedirle que enviara a sus religiosas a Estados Unidos. Ciertamente, el deseo de la Madre Cabrini en ese momento era otro, su idea era ir a China; sin embargo, el Papa León XIII la animó a ir hacia Occidente y no al Oriente.

Ante la duda, fe y la obediencia

Así, la Madre cruzó el Atlántico y llegó a Nueva York en 1889. Allí se encontró con una realidad pastoral muy dura entre los inmigrantes europeos. Muchos de ellos vivían en la precariedad moral y habían abandonado su fe.

Dadas las dificultades, el arzobispo de Nueva York empezó a dudar sobre la pertinencia de su invitación y pensó que lo mejor sería que las hermanas vuelvan a Italia. Santa Francisca, decidida y firme, respondió con una negativa. Era el Papa quien la había enviado a allí y se iba a quedar. Con el correr de los meses, Dios fue proveyendo de lo necesario y las religiosas abrieron un orfanato, una casa para ellas y una escuela para los niños. Ese sería el inicio de su gran misión en América.

Derribando muros y mitos

Poco a poco, la congregación se fue expandiendo a lo largo y ancho de Estados Unidos, haciendo crecer la obra de Dios, especialmente entre los inmigrantes y los más necesitados. La gente que trataba con la Madre Cabrini la admiraba y la quería. Aunque estricta, Santa Francisca tenía un gran sentido de la justicia, un ingenioso sentido del humor, una vida espiritual muy fuerte y un entusiasmo inagotable. Parecía que ningún obstáculo podía hacerla retroceder cuando se proponía algo. Ni las barreras culturales, ni las dificultades de una lengua que no era la suya -el inglés- lograron hacerla desistir en su afán misionero.

“Amense unas a otras. Sacrifíquense constantemente y de buen grado por sus hermanas. Sean bondadosas; no sean duras ni bruscas, no abriguen resentimientos; sean mansas y pacíficas”, repetía a sus religiosas.
La vida es peregrinar, el cielo, la promesa cumplida

Como misionera, viajó a Nicaragua, Argentina, Costa Rica, Panamá, Chile, Brasil, Francia e Inglaterra. En 1907, fueron finalmente aprobadas las constituciones de su congregación, cuando esta ya estaba presente en ocho países y contaba con más de mil religiosas, al frente de escuelas, hospitales y otras instituciones de servicio.

Santa Francisca Javiera, la Madre Cabrini, partió a la Casa del Padre el 22 de diciembre de 1917, a los 68 años de edad -víctima de la malaria- en la ciudad de Chicago, Illinois.

(https://www.aciprensa.com/noticias/57825/cada-13-de-noviembre-se-celebra-a-santa-francisca-javier-cabrini-patrona-de-los-inmigrantes)