10 febrero, 2024

San José Luís Sánchez del Río, Mártir de la Guerra Cristera

 

 Puede ser una imagen de 1 persona y texto que dice "YO MUERO MUY CONTENTO PORQUE MUERO EN LA RAYA AL LADO DE NUESTRO DIOS -SAN JOSE SANCHEZ DEL RIO"

 

¡Oh! San José Luís Sánchez del Río, vos sois el hijo
del Dios de la Vida y su amado mártir. Desde pequeño
disteis muestras de fervor religioso y compromiso con
la Iglesia Católica, que se hallaba sometida a un
anticlericalismo. De pronto Calles, ordenó suspender
el culto público en vuestro país y vos, niño aún,
unisteis vuestra voz de protesta, al lado de laicos,
presbíteros y religiosos que tomando las armas en sus
manos se levantaron en defensa de la fe en Jesucristo.
A todos vosotros, os conocemos como “cristeros”. El
monigote Calles, decidió imponer su ley, para sofocar
la insurgencia, produciéndose la guerra civil, un baño
verdadero de sangre, en la que las milicias cristeras
llevaron la peor parte. La “Cristiada” sacrificó miles
y miles de cristianos, por la defensa de la fe en Cristo.
Vuestros hermanos, se unieron al grupo, pero vos, por
ser menor de edad, y porque vuestra madre os lo prohibió
en varias veces, solo logró que vos dijeses lleno de
emoción y fe: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse
el cielo como ahora,  y no quiero perder la ocasión".
Y, así, y ante las lágrimas de vuestra santa madre, os
enlistasteis bajo las órdenes del general Prudencio
Mendoza, jefe de la milicia cristera, con el vivo deseo
de contribuir a ‘la defensa de la causa de Cristo y
de su Iglesia’. Y hubo batalla, y qué batalla. Ambos
bandos se enfrentaron y tras ella, vos, fuisteis hecho
prisionero y os condujeron a la parroquia de Sahuayo,
donde quedasteis detenido. Y, allí, escribisteis a
vuestra amada madre despidiéndoos así: «Querida mamá:
Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en
los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá.
Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi
muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis
hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el
más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y
mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Saluda
a todos por última vez. Y tú, recibe el corazón de tu hijo,
que tanto te quiere y, verte, antes de morir, deseaba».
Antes de morir, os torturan y vuestros verdugos os
exigieron que renegaseis de vuestra fe y así salvar
vuestra vida, pero vos, os negasteis y os desollaron la
planta de los pies y así os condujeron descalzo hasta
el lugar de vuestra tumba. Mientras caminabais, vos,
orabais, rezabais y gritabais “¡Viva Cristo Rey y la
Virgen de Guadalupe!”. Os colgaron de un árbol y os
apuñalaron hasta que perdierais la vida. Uno de vuestros
verdugos llamado el Zamorano, os descolgó y os preguntó
qué mensaje quería que le diesen a vuestros padres. Y,
vos, agonizante respondisteis: “Que viva Cristo Rey, y que
en el cielo nos veremos”. Oída la respuesta, os dio un
tiro en la sien. Y así, voló vuestra alma al cielo, para
coronada ser con corona de luz y eternidad, por vuestro
increíble amor a Jesús, Dios y Señor Nuestro. ¡Aleluya!
¡Oh! San José Sánchez del Río, "vivo Amor del Dios Vivo".


© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Febrero
San José Luís Sánchez del Río
Mártir de la Guerra Cristera
 
San José Luís Sánchez del Río, el niño mexicano que entregó la vida en el martirio durante la persecución religiosa desatada en México en la segunda década del siglo XX.
 
José Luis Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán (México). Fue el último de varios hermanos. Desde pequeño dio muestras de fervor religioso y compromiso con el catolicismo de su país, que se encontraba bajo la permanente amenaza del anticlericalismo imperante en los círculos de poder político.
 
Como muchos niños y jóvenes católicos del pueblo donde nació, José se unió a las ACJM (Asociación católica de juventud mexicana), organización fundada en 1913 por el sacerdote jesuita P. Bernardo Bergöend. A finales de la década de los veinte la ACJM se uniría a las protestas contra la denominada “Ley Calles”, hecha a la medida para cercenar la fe de un pueblo fervientemente católico como es el mexicano.
 
Ley Calles
 
En 1926, las leyes anticlericales del gobierno del presidente de México, Plutarco Elías Calles, obligaron a la Iglesia Católica a suspender el culto público en el país. En ese momento, José tenía apenas trece años y cinco meses.
 
Como respuesta a las disposiciones gubernamentales orientadas a restringir la libertad religiosa, laicos, presbíteros y religiosos decidieron levantarse en armas en defensa de la fe en Jesucristo. A este grupo de valientes católicos se les denominó “cristeros”. José, a pesar de su corta edad, terminaría formando parte de dicha milicia.
 
Producido el levantamiento de los cristeros, la orden del Presidente Calles fue imponer a cualquier costo la “Ley de tolerancia de cultos” (‘Ley Calles’) y sofocar cualquier insurgencia. La violencia con la que arremetió el ejército federal contra los fieles católicos fue tal que desató una guerra civil que no tardaría en convertirse en un baño de sangre, siendo las milicias cristeras las que llevaron la peor parte.
A esta guerra se le conoce como la “Guerra Cristera” o “Cristiada”; y se estima que fueron 250 mil personas las que perdieron la vida a causa de este conflicto entre los años 1926 y 1929.
El ‘fruto maduro’ de los Sánchez del Río
 
Los hermanos Sánchez del Río habían decidido unirse al grupo levantado en armas, pero por la corta edad de José, su madre le prohibió que siguiera a sus hermanos mayores. A pesar de los intentos de la mujer por disuadirlo, solo logró sacar de boca del jovencito las palabras que hoy lo identifican: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión".
 
“Joselito”, como le llamaban cariñosamente a José, se enlistó bajo las órdenes del general Prudencio Mendoza, jefe de la milicia cristera, con el deseo de contribuir a ‘la defensa de la causa de Cristo y de su Iglesia’.
 
¡Viva Cristo Rey!
 
El 6 de febrero de 1928 se produjo un duro enfrentamiento entre los cristeros y el ejército oficialista. Tras la batalla, San José Sánchez del Río fue capturado en Cotija y lo llevaron a la parroquia de Sahuayo, donde quedó detenido. Fue allí donde José escribió la célebre carta de despedida a su madre:
«Querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Saluda a todos por última vez. Y tú, recibe el corazón de tu hijo, que tanto te quiere y, verte, antes de morir, deseaba».
 
El día 10 trasladaron a José rumbo a las instalaciones cercanas del ejército federal para torturarlo. Ese sería su último día de vida. José ya había cumplido los 14 años de edad. Sus verdugos, todos oficiales del gobierno del presidente Calles, le exigieron que reniegue de su fe a cambio de liberarlo; petición a la que el adolescente jamás accedió. Entonces le desollaron la planta de los pies y así lo condujeron descalzo hasta el lugar donde se hallaba la que sería su tumba. Mientras caminaba, ‘José Luis’ rezaba y gritaba “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.
 
San José Luis fue colgado de un árbol ubicado frente al hoyo en tierra donde luego tiraron su cuerpo. Mientras era sometido a un ahorcamiento le daban de puñaladas. Finalmente, uno de los verdugos -al que llamaban ‘el Zamorano’- lo bajó y le preguntó qué mensaje quería que se le dé a sus padres. El niño respondió: “Que viva Cristo Rey, y que en el cielo nos veremos”. Oída la respuesta, el hombre le dio al santo un tiro en la sien.
 
Cristiada
 
San José Sánchez del Río fue beatificado en Guadalajara (México) el 20 de noviembre de 2005 por el Cardenal José Saraiva Martins, y canonizado en Roma (Italia) por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016 junto a otros seis beatos, entre ellos el sacerdote argentino ‘Cura Brochero’.
 
En el año 2012 fue estrenada “Cristiada”, una película que hace un recuento de varios momentos importantes de la Guerra Cristera y, en particular, de la participación en ella de personajes como el Beato Anacleto González, San José Sánchez del Río y otros santos mártires mexicanos.