21 marzo, 2015

Filemón y Donino

 

¡Oh!, Filemón y Donino, santos, vosotros, sois los hijos
del Dios de la vida y sus amados santos, que, perseguidos
fuisteis por razón de vuestra fe. Y, siempre, en Dios
confiando, recorristeis Italia, y, manifestasteis las alegrías
que el Resucitado, os dio, en vuestro interior mundo.
Jamás nunca, os contentasteis en quedaros vosotros
mismos encerrados e inmóviles y decidisteis el Evangelio,
predicar y bautizar a los que os encontrabais en vuestro
andar. Vuestra palabra, ardorosa era, tanto que, hasta
las montañas conmoverse parecían, pero más, los infieles
y paganos. Y resultó que los impíos del tiempo vuestro,
de pronto celos sintieron porque sus paganos templos
vacíos estaban y, todo por vuestra “feliz culpa”, ya que,
los vuestros, de fieles permanecían llenos, siempre alabando
a Cristo Jesús. Entonces, la envidia sus corazones horadó,
y, prometiéndoos, el oro del mundo, lograr quisieron que,
de Cristo rengasen, cosa por cierto, que jamás lograron,
y os cortaron vuestras cabezas. Por ello, Dios, en su infinita
bondad, os premió, coronándoos de luz, como justo premio
a vuestra entrega increíble de amor, fidelidad y esperanza;
¡oh!, Santos Filemón y Donino; “muerte antes que traición”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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21 de Marzo
San Filemón y Donino de Roma.
Mártires

Este joven con su amigo Donino, en tiempos de la duras y temibles persecuciones, confiando más en Dios que en ellos mismos, se dedicaron a recorrer Italia.

¿Qué buscaban?

Sencillamente, manifestar a todo el mundo la alegría que les daba el Resucitado en su mundo interior. No podían quedarse encerrados en sí mismos -lo más fácil– sino que tenían que vivir la solidaridad de su fe.

Iban predicando el Evangelio y bautizando a los infieles que se encontraban en su camino, previa preparación, claro está.

Dicen sus biógrafos que su palabra era tan ardiente que conmovían a las masas de paganos e infieles. Las dificultades no tardaron en aparecer. Provenían principalmente de los seguidores de los cultos a los ídolos.

No aguantaban que dos jóvenes dejaran los templos paganos vacíos mientras que sus reuniones para celebrar la Palabra de Dios, se llenaran de fieles en Cristo Jesús.

Los arrestaron y enviaron al gobernador. Este, para ganárselos, le prometió el oro y el moro con tal de que renegasen de Cristo.

Visto con halagos no conseguía sus propósitos, los enviaron a la cárcel en la cual les dieron tremendos tormentos. Y cansado de su fama, mandó que les cortasen la cabeza tal día como hoy. Sus vidas se crearon en las “Passio” o teatro para dar a conocer su vida. No hay fundamento histórico.