¡Oh!, Filemón y Donino, santos, vosotros, sois
los hijos
del Dios de la vida y sus amados santos, que, perseguidos
fuisteis por razón de vuestra fe. Y, siempre, en Dios
del Dios de la vida y sus amados santos, que, perseguidos
fuisteis por razón de vuestra fe. Y, siempre, en Dios
confiando, recorristeis Italia, y,
manifestasteis las alegrías
que el Resucitado, os dio, en vuestro interior
mundo.
Jamás nunca, os contentasteis en quedaros
vosotros
mismos encerrados e inmóviles y decidisteis el
Evangelio,
predicar y bautizar a los que os encontrabais
en vuestro
andar. Vuestra palabra, ardorosa era, tanto
que, hasta
las montañas conmoverse parecían, pero más, los
infieles
y paganos. Y resultó que los impíos del tiempo
vuestro,
de pronto celos sintieron porque sus paganos
templos
vacíos estaban y, todo por vuestra “feliz
culpa”, ya que,
los vuestros, de fieles permanecían llenos,
siempre alabando
a Cristo Jesús. Entonces, la envidia sus
corazones horadó,
y, prometiéndoos, el oro del mundo, lograr
quisieron que,
de Cristo rengasen, cosa por cierto, que jamás
lograron,
y os cortaron vuestras cabezas. Por ello, Dios,
en su infinita
bondad, os premió, coronándoos de luz, como
justo premio
a vuestra entrega increíble de amor, fidelidad
y esperanza;
¡oh!, Santos Filemón y Donino; “muerte antes que traición”.
¡oh!, Santos Filemón y Donino; “muerte antes que traición”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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21 de Marzo
San Filemón y Donino de Roma.
Mártires
San Filemón y Donino de Roma.
Mártires
Este joven con su amigo Donino, en tiempos de la duras y temibles
persecuciones, confiando más en Dios que en ellos mismos, se dedicaron a
recorrer Italia.
¿Qué buscaban?
Sencillamente, manifestar a todo el mundo la alegría que les daba el
Resucitado en su mundo interior. No podían quedarse encerrados en sí
mismos -lo más fácil– sino que tenían que vivir la solidaridad de su fe.
Iban predicando el Evangelio y bautizando a los infieles que se encontraban en su camino, previa preparación, claro está.
Dicen sus biógrafos que su palabra era tan ardiente que conmovían a
las masas de paganos e infieles. Las dificultades no tardaron en
aparecer. Provenían principalmente de los seguidores de los cultos a los
ídolos.
No aguantaban que dos jóvenes dejaran los templos paganos vacíos
mientras que sus reuniones para celebrar la Palabra de Dios, se llenaran
de fieles en Cristo Jesús.
Los arrestaron y enviaron al gobernador. Este, para ganárselos, le prometió el oro y el moro con tal de que renegasen de Cristo.
Visto con halagos no conseguía sus propósitos, los enviaron a la
cárcel en la cual les dieron tremendos tormentos. Y cansado de su fama,
mandó que les cortasen la cabeza tal día como hoy. Sus vidas se crearon
en las “Passio” o teatro para dar a conocer su vida. No hay fundamento
histórico.