¡Oh!, Nuestra Señora, Virgen de la Medalla Milagrosa;
sólo Vos, a quien llamamos entre otras letanías “Lucero
de la Mañana”, “Torre de Marfil” y “Salud de los Enfermos”,
pudisteis haberos aparecido a Santa Catalina Labouré,
humilde vicentina religiosa así: Vos, veníais de blanco
vestida y junto a Vos, un globo, sobre el cual la cruz
estaba. Vos, abristeis vuestras santas manos, y de vuestros
dedos, fulgentes rayos luminosos salieron, que hacia
la tierra descendieron. Y, Ella os dijo: “Este globo que
has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que
yo expando sobre todos aquellos que me invocan como
Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos
que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no
me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”. Entonces
alrededor de la cabeza de la Virgen una aureola se formó
con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz os
dijo a vos, Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante
a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.
que hasta hoy, plasmado está, está en la Medalla Milagrosa;
¡oh!, Señora Nuestra, Virgen de la Medalla Milagrosa.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgadosólo Vos, a quien llamamos entre otras letanías “Lucero
de la Mañana”, “Torre de Marfil” y “Salud de los Enfermos”,
pudisteis haberos aparecido a Santa Catalina Labouré,
humilde vicentina religiosa así: Vos, veníais de blanco
vestida y junto a Vos, un globo, sobre el cual la cruz
estaba. Vos, abristeis vuestras santas manos, y de vuestros
dedos, fulgentes rayos luminosos salieron, que hacia
la tierra descendieron. Y, Ella os dijo: “Este globo que
has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que
yo expando sobre todos aquellos que me invocan como
Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos
que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no
me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”. Entonces
alrededor de la cabeza de la Virgen una aureola se formó
con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz os
dijo a vos, Catalina: “Hay que hacer una medalla semejante
a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen”, y apareció una M,
sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.
que hasta hoy, plasmado está, está en la Medalla Milagrosa;
¡oh!, Señora Nuestra, Virgen de la Medalla Milagrosa.
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27 de Noviembre
La
Virgen de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se
apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le
apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había
un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos
y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la
tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
“Este globo que has visto es el mundo
entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y
bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me
siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección.
¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos
quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”.
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se
formó un círculo o una aureola con estas palabras: “Oh María sin pecado
concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz dijo a Catalina:
“Hay que hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las
personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen”, y
apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.
Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.
El Arzobispo de París permitió fabricar la
medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los
milagros. (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un
metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la
Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).