¡Oh!, San Leonardo de Noblac, vos sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, y además uno de los santos
más populares de Europa central. En vuestro honor se
erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas,
y vuestro nombre aparece muy a menudo, en la toponomástica
y en el folclor. Vos, despertasteis una devoción particular
en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta
el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero
por los infieles, os atribuyó su liberación y, de regreso a
Europa, donó a vuestro santuario de “Saint-Léonard-de-Noblac”,
unas cadenas de plata, similares a las que él había llevado
durante su cautiverio. A vos, os descubrieron a principios
del siglo once. Cuando erais joven, no quisisteis seguir
la carrera de las armas y preferisteis poneros al servicio
de San Remigio, obispo de Reims. El rey quiso concederos
la dignidad episcopal, pero vos, no aspirabais a glorias
humanas y optasteis con retiraros a San Maximino en Micy,
y luego al bosque de Pavum, cerca a Limoges. Y, un día,
Clodoveo salió de cacería junto con todo su séquito, incluida
la reina, a quien le vinieron los dolores del parto, a cuyo
efecto, vos ayudasteis con oraciones y cuidados, con resultados
asombrosos. Entonces el rey, hizo con vos, un pacto especial:
el rey os obsequiaría, para construir un monasterio, todo
el territorio que pudierais recorrer a lomo de un burro. Y,
así, lo hicisteis, surgiendo hasta hoy, alrededor del oratorio
en honor de María Santísima una nueva ciudad. Y, así, y
luego de gastar vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona de luz
como justo premio a vuestra increíble entrega de amor y fe.
Santo Patrono de los prisioneros y de las parturientas;
¡Oh!, San Leonardo de Noblac, “vivo amor de Cristo Jesús ”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
______________________________________
6 de Noviembre
San Leonardo de Noblac
Abad
Es uno de los santos más populares de Europa central. En efecto; dice un estudioso que en su honor se erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas, y su nombre aparece frecuentemente en la toponomástica y en el folclor. El mismo estudioso añade que él «despertó una devoción particular en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero por los infieles en 1100, atribuyó su liberación en 1103 al santo, y, de regreso a Europa, donó al santuario de Saint-Léonard-de-Noblac, como ex voto, unas cadenas de plata parecidas a las que él había llevado durante su cautiverio». San Leonardo de Noblac (o de Limoges) es un santo «descubierto» a principios del siglo XI, y a ese período remontan las primeras biografías, que después inspiraron el culto hacia él.
Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador Anastasio, es decir, entre el 491 y el 518. Como sus padres, a más de nobles, eran amigos de Clodoveo, el gran jefe de los Francos, éste quiso servir de padrino en el bautismo del niño. Cuando ya era joven, Leonardo no quiso seguir la carrera de las armas y prefirió ponerse al servicio de San Remigio, que era obispo de Reims.
Como San Remigio, sirviéndose de la amistad con el rey, había obtenido el privilegio de poder conceder la libertad a todos los prisioneros que encontrara, también Leonardo pidió y obtuvo un poder semejante, que ejerció muchas veces. El rey quiso concederle algo más: la dignidad episcopal. Pero Leonardo, que no aspiraba a glorias humanas, prefirió retirarse primero a San Maximino en Micy, y después a un lugar cercano a Limoges, en el centro de un bosque llamado Pavum.
Un día su soledad se vio interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento le vinieron los dolores del parto. Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio que pudiera recorrer a lomo de un burro. Alrededor del oratorio en honor de María Santísima habría surgido una nueva ciudad.
de la Vida y su amado santo, y además uno de los santos
más populares de Europa central. En vuestro honor se
erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas,
y vuestro nombre aparece muy a menudo, en la toponomástica
y en el folclor. Vos, despertasteis una devoción particular
en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta
el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero
por los infieles, os atribuyó su liberación y, de regreso a
Europa, donó a vuestro santuario de “Saint-Léonard-de-Noblac”,
unas cadenas de plata, similares a las que él había llevado
durante su cautiverio. A vos, os descubrieron a principios
del siglo once. Cuando erais joven, no quisisteis seguir
la carrera de las armas y preferisteis poneros al servicio
de San Remigio, obispo de Reims. El rey quiso concederos
la dignidad episcopal, pero vos, no aspirabais a glorias
humanas y optasteis con retiraros a San Maximino en Micy,
y luego al bosque de Pavum, cerca a Limoges. Y, un día,
Clodoveo salió de cacería junto con todo su séquito, incluida
la reina, a quien le vinieron los dolores del parto, a cuyo
efecto, vos ayudasteis con oraciones y cuidados, con resultados
asombrosos. Entonces el rey, hizo con vos, un pacto especial:
el rey os obsequiaría, para construir un monasterio, todo
el territorio que pudierais recorrer a lomo de un burro. Y,
así, lo hicisteis, surgiendo hasta hoy, alrededor del oratorio
en honor de María Santísima una nueva ciudad. Y, así, y
luego de gastar vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona de luz
como justo premio a vuestra increíble entrega de amor y fe.
Santo Patrono de los prisioneros y de las parturientas;
¡Oh!, San Leonardo de Noblac, “vivo amor de Cristo Jesús ”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de Noviembre
San Leonardo de Noblac
Abad
Es uno de los santos más populares de Europa central. En efecto; dice un estudioso que en su honor se erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas, y su nombre aparece frecuentemente en la toponomástica y en el folclor. El mismo estudioso añade que él «despertó una devoción particular en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero por los infieles en 1100, atribuyó su liberación en 1103 al santo, y, de regreso a Europa, donó al santuario de Saint-Léonard-de-Noblac, como ex voto, unas cadenas de plata parecidas a las que él había llevado durante su cautiverio». San Leonardo de Noblac (o de Limoges) es un santo «descubierto» a principios del siglo XI, y a ese período remontan las primeras biografías, que después inspiraron el culto hacia él.
Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador Anastasio, es decir, entre el 491 y el 518. Como sus padres, a más de nobles, eran amigos de Clodoveo, el gran jefe de los Francos, éste quiso servir de padrino en el bautismo del niño. Cuando ya era joven, Leonardo no quiso seguir la carrera de las armas y prefirió ponerse al servicio de San Remigio, que era obispo de Reims.
Como San Remigio, sirviéndose de la amistad con el rey, había obtenido el privilegio de poder conceder la libertad a todos los prisioneros que encontrara, también Leonardo pidió y obtuvo un poder semejante, que ejerció muchas veces. El rey quiso concederle algo más: la dignidad episcopal. Pero Leonardo, que no aspiraba a glorias humanas, prefirió retirarse primero a San Maximino en Micy, y después a un lugar cercano a Limoges, en el centro de un bosque llamado Pavum.
Un día su soledad se vio interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento le vinieron los dolores del parto. Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio que pudiera recorrer a lomo de un burro. Alrededor del oratorio en honor de María Santísima habría surgido una nueva ciudad.
(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=13740)