¡Oh!, San Calixto Papa, vos sois el hijo del Dios
de la vida, y su amado santo, y el hombre aquél,
que, de “esclavo del mundo”, os hicisteis “esclavo
para el Padre eterno”, y así; os dedicasteis a
estudiar y difundir la religión de Cristo, entre
los hombres de vuestro tiempo y en las catacumbas
las esparcisteis, las mismas que, como homenaje a
vos, vuestro nombre llevan. Ellas de olor a eterna
gloria y santidad las llenasteis, con el amor
divino de Cristo Jesús Nuestro Señor y vuestra
vida, en favor de la causa de Él, la gastasteis
humildemente. Ojala, vuestro ejemplo sirva, para
que Dios Todopoderoso, envíe muchos sacerdotes
santos, que os imiten y, que, sin temor alguno
la Doctrina Católica y Apostólica difundan por todo
el orbe de la tierra. Hoy, con lucís corona de eterna
luz, como justo premio a vuestro grande amor y fe;
¡Oh!, San Calixto, “la hermosura del Dios de la vida”.
de la vida, y su amado santo, y el hombre aquél,
que, de “esclavo del mundo”, os hicisteis “esclavo
para el Padre eterno”, y así; os dedicasteis a
estudiar y difundir la religión de Cristo, entre
los hombres de vuestro tiempo y en las catacumbas
las esparcisteis, las mismas que, como homenaje a
vos, vuestro nombre llevan. Ellas de olor a eterna
gloria y santidad las llenasteis, con el amor
divino de Cristo Jesús Nuestro Señor y vuestra
vida, en favor de la causa de Él, la gastasteis
humildemente. Ojala, vuestro ejemplo sirva, para
que Dios Todopoderoso, envíe muchos sacerdotes
santos, que os imiten y, que, sin temor alguno
la Doctrina Católica y Apostólica difundan por todo
el orbe de la tierra. Hoy, con lucís corona de eterna
luz, como justo premio a vuestro grande amor y fe;
¡Oh!, San Calixto, “la hermosura del Dios de la vida”.
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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14 de Octubre
San Calixto Papa
Año 222
San Calixto Papa
Año 222
Señor: envíanos tu Espíritu Santo que nos vuelva valientes y
perseverantes para mostrarnos buenos creyentes hasta el último momento
de nuestra vida.
Calixto es un nombre que en griego quiere decir: “muy hermoso”. Este
Pontífice se ha hecho famoso por Las Catacumbas de San Calixto, en Roma,
que él organizó (catacumba significa: cueva subterránea). Estas
catacumbas son las más famosas de Roma (según decía Juan XXIII). Tienen 4
pisos sobrepuestos, y más de 20 kilómetros de corredores. Allí se
encuentran el famoso sepulcro de Santa Cecilia y los sepulcros de
muchísimos mártires de los primeros siglos.
Dicen que era un esclavo que un tiempo estuvo condenado a trabajos
forzados en las minas. Recobrada la libertad se dedicó a estudiar la
religión de Cristo y a enseñarla a sus vecinos. El Papa San Ceferino lo
nombró como su hombre de confianza en el año 199 y le encomendó la
dirección de las Catacumbas donde sepultaban a los cristianos. Calixto
ensanchó notablemente estas catacumbas y las organizó muy bien.
Al morir San Ceferino, el pueblo de Roma eligió como Sumo Pontífice a
Calixto, como el mejor preparado para ello. Pero se le opuso
terriblemente un tal Hipólito, aduciendo como razones para pedir que lo
destituyeran del Pontificado, el que Calixto afirmaba que si un pecador
hacía penitencias y dejaba sus maldades se le podía volver a admitir
entre los fieles cristianos católicos, y que a un obispo no se le podía
destituir por un grave pecado que hubiera cometido, si se arrepentía y
empezaba una vida de conversión y penitencia.
Calixto sabía ser comprensivo
Este Santo Pontífice convirtió a muchos romanos al cristianismo, curó
a varios enfermos que padecían de enfermedades muy graves, y defendió
cuanto más pudo a los creyentes perseguidos.
Nuestro santo ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando
los perseguidores lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo,
lo echaron a un oscuro calabozo, esperando que se desesperaría por
hambre. Pero después de unos días lo encontraron muy tranquilo. Le
preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin comer ni beber y les
dijo: “Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber,
y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz de resistir
sin desesperarme”.
En la cárcel consiguió con sus oraciones la sanación de la esposa del
carcelero cuando ya la pobre mujer estaba agonizando. En acción de
gracias, el carcelero y toda su familia se hicieron bautizar por él.
Entonces el jefe pagano de Roma ordenó que lo echaran en un pozo
profundo y que cubrieran la boca del pozo con tierra y escombros.
Todavía en Roma señalan a los turistas el pozo de San Calixto, desde
donde su alma voló al cielo a recibir el premio prometido por Cristo
Jesús a los que lo proclaman en la tierra.