26 septiembre, 2016

Santos Cosme y Damián

 
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 ¡Oh!, Santos Cosme y Damián, vosotros, sois los hijos
del Dios de la vida y sus amados santos, que, médicos
siendo, siempre a curar y recetar sin cobro alguno, a
los desposeídos y pobres, el tiempo todo hicisteis, tanto
que, de vosotros decían “los no cobradores”. Y, en medio
de aquella tarea noble, el precioso e inmortal legado
de Cristo compartíais, con vuestros pacientes. Gemelos
hermanos, amados y queridos erais en vuestro tiempo, y
cuando el mal quiso dañaros, Dios, jamás os olvidó,
tanto que, cuando os echaron a la mar, una ola gigante
os devolvió a tierra firme, sanos y salvos. Y, cuando,
vivos quisieron quemaros, las llamas, no os tocaron para
nada. Así, de rabia, desesperados y fuera de sí, los impíos,
os cortaron vuestras cabezas. Y, vuestras benditas almas,
al cielo volaron para coronadas ser de luz. Y, solo así,
con vuestras santas vidas terminaron, convirtiéndoos
para alegría de tierra y cielo en santos mártires. Y,
como sucede siempre, a los discípulos de Dios; junto a
la tumba de vosostros, empezaron a obrarse maravillosas
curaciones. Y, estando Justiniano de Constantinopla,
emperador, padeciendo de una gravísima enfermedad, se
encomendó a vosostros santos mártires. Y, ¡oh milagro!
fue curado inexplicablemente. Y, luego, con ministros y
todo, marchó personalmente a la tumba de vosotros santos a
daros las gracias. Y, con justicia, y como premio a vuestra
entrega de amor, os levantaron aquí en la tierra y, en honor
vuestro, dos templos, uno en Constantinopla y otro en Roma;
¡oh!, Santos Cosme y Damián, “vivos amores del Dios Vivo”.



© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Septiembre
San Cosme y San Damián
Mártires
Siglo III

 


Quiera Dios enviarnos muchos médicos generosos que, a imitación de Cosme y Damián, se dediquen a recetar gratuitamente a los pobres, y a aprovechar su ascendiente para propagar la santa religión de Jesucristo. Qué hermoso fuera que hubiera muchos médicos así.
“Lo que habéis recibido gratis, dadlo también gratuitamente” (Jesucristo Mt. 10, 8).

Cosme significa “adornado, bien presentado”. Damián: domador. Estos dos santos han sido (junto con San Lucas) los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman “los no cobradores”, porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres.

Eran hermanos gemelos y nacieron en Arabia, en el siglo tercero. Se dedicaron a la medicina y llegaron a ser muy afamados médicos. Pero tenían la especialidad de que a los pobres no les cobraban la consulta ni los remedios. Lo único que les pedía era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su evangelio.

Las gentes los querían muchísimo y en muchos pueblos eran considerados como unos verdaderos benefactores de los pobres. Y ellos aprovechaban su gran popularidad para ir extendiendo la religión de Jesucristo por todos los sitios donde llegaban. Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó muchísimo porque estos dos hermanos propagaban la religión de Jesús. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza, y así derramaron su sangre por proclamar su amor al Divino Salvador.

Y sucedió entonces que junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, Cosme y Damián, empezaron a obrarse maravillosos curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, en una gravísima enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente. Con sus ministros se fue personalmente a la tumba de los dos santos a darles las gracias.

En Constantinopla levantaron dos grandes templos en honor de estos dos famosos mártires y en Roma les construyeron una basílica con bellos mosaicos.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Cosme_y_Damian.htm)