¡Oh! Santa Cecilia, vos sois la hija del Dios de la Vida,
su amada santa y venerada por más de mil años en la
Iglesia Católica. Acostumbrabais vestir una túnica de
tela áspera y además, que habíais consagrado a Dios
vuestra virginidad. Vuestros padres os comprometieron
en matrimonio con Valeriano, pero vos, le dijisteis a él,
que vos, habíais hecho voto de virginidad y que, si él
quería ver al ángel de Dios, debía hacerse cristiano. Y, así
lo hizo, haciéndose instruir y bautizar por el Papa Urbano.
Luego entre vos, y Valeriano, convencisteis a Tiburcio,
el hermano de éste, logrando que se hiciera cristiano. Vos,
veíais a vuestro ángel de la guarda a cada nada, mientras
el alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar
los cadáveres de los cristianos. Pero, Valeriano y Tiburcio,
se dedicaron a hacerlo con todos los cadáveres de cristianos
que encontraban, siendo por ello, arrestados y llevados ante el
alcalde, quien les pidió que declarasen que adoraban a Júpiter.
Ellos respondieron que únicamente adoraban al verdadero
Dios y a su Hijo Jesucristo, entonces fueron ferozmente
azotados, perdiendo así la vida. Los dos santos mártires
antes de morir, animaban con valor a los demás cristianos
de Roma a sufrir con gusto, antes de ser infieles a la santa
religión. Luego, vos, fuisteis arrestada y se os exigió que
renunciarais a Cristo, pero declarasteis con valor, que preferíais
la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces
fuisteis llevada junto a un horno para tratar de asfixiaros, pero,
vos, cantabais gozosa canciones celestiales en honor a Dios.
Viendo que con ello, no podían acabar con vos, el cruel
Almaquio, ordenó que os cortaran la cabeza. Vos, antes de
de morir, le pedisteis al Papa Urbano, que convirtiera vuestra
casa, en un templo para orar. ¡Y así, lo hizo! ¡Aleluya!
¡Oh! Santa Cecilia, “vivo canto por el Dios de la Vida y del Amor”.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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su amada santa y venerada por más de mil años en la
Iglesia Católica. Acostumbrabais vestir una túnica de
tela áspera y además, que habíais consagrado a Dios
vuestra virginidad. Vuestros padres os comprometieron
en matrimonio con Valeriano, pero vos, le dijisteis a él,
que vos, habíais hecho voto de virginidad y que, si él
quería ver al ángel de Dios, debía hacerse cristiano. Y, así
lo hizo, haciéndose instruir y bautizar por el Papa Urbano.
Luego entre vos, y Valeriano, convencisteis a Tiburcio,
el hermano de éste, logrando que se hiciera cristiano. Vos,
veíais a vuestro ángel de la guarda a cada nada, mientras
el alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar
los cadáveres de los cristianos. Pero, Valeriano y Tiburcio,
se dedicaron a hacerlo con todos los cadáveres de cristianos
que encontraban, siendo por ello, arrestados y llevados ante el
alcalde, quien les pidió que declarasen que adoraban a Júpiter.
Ellos respondieron que únicamente adoraban al verdadero
Dios y a su Hijo Jesucristo, entonces fueron ferozmente
azotados, perdiendo así la vida. Los dos santos mártires
antes de morir, animaban con valor a los demás cristianos
de Roma a sufrir con gusto, antes de ser infieles a la santa
religión. Luego, vos, fuisteis arrestada y se os exigió que
renunciarais a Cristo, pero declarasteis con valor, que preferíais
la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces
fuisteis llevada junto a un horno para tratar de asfixiaros, pero,
vos, cantabais gozosa canciones celestiales en honor a Dios.
Viendo que con ello, no podían acabar con vos, el cruel
Almaquio, ordenó que os cortaran la cabeza. Vos, antes de
de morir, le pedisteis al Papa Urbano, que convirtiera vuestra
casa, en un templo para orar. ¡Y así, lo hizo! ¡Aleluya!
¡Oh! Santa Cecilia, “vivo canto por el Dios de la Vida y del Amor”.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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22 de Noviembre
Santa Cecilia
Mártir
Año 177
Santa Cecilia
Mártir
Año 177
Santa Cecilia bendita, dile a Dios que también nosotros
prefiramos mil muertes antes que ser infieles a nuestra santa religión.
No ofendas a nadie ni en mucho ni en poco (S. Biblia Ecl. 5, 15).
Por más de mil años Santa Cecilia ha sido muy venerada en la
Iglesia Católica. Una tradición muy antigua dice que pertenecía a una de
las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de
tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad.
Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado
Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de
virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse
cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue
bautizado. Luego entre Cecilia y Valeriano convencieron a Tiburcio, el
hermano de éste, y lograron que también se hiciera cristiano.
Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la
guarda. El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los
cadáveres de los cristianos. Pero Valeriano y Tiburcio se dedicaron a
sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso
fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que
declararan que adoraban a Júpiter. Ellos le dijeron que únicamente
adoraban al verdadero Dios del cielo y a su Hijo Jesucristo. Entonces
fueron ferozmente azotados y luego les dieron muerte.
Los dos santos mártires animaban a los demás cristianos de Roma a
sufrir con gusto todos los horrores, con tal de no ser infieles a la
santa religión. En seguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que
renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte
antes que renegar de la verdadera religión. Entonces fue llevada junto a
un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que
salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa (quizás
por eso la han nombrado patrona de los músicos).
Visto que con este martirio no podían acabar con ella, el cruel
Almaquio mandó que le cortaran la cabeza. La santa, antes de morir le
pidió al Papa Urbano que convirtiera su hermosa casa en un templo para
orar, y así lo hicieron después de su martirio. Antes de morir, había
repartido todos sus bienes entre los pobres.
En 1599 permitieron al escultor Maderna ver el cuerpo incorrupto de
la santa y él fabricó una estatua en mármol de ella, muy hermosa, la
cual se conserva en la iglesia de Santa Cecilia en Roma. Está acostada
de lado y parece que habla. En Roma había ya en el año 545 un templo
dedicado a esta gran Santa.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Cecilia.htm)