¡Oh!, San Jacinto de Polonia, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo, y que siendo de la Orden
de Predicadores, os designó santo Domingo para propagar
la Orden en Bohemia y Silesia acompañado de Ceslao y
Enrique Germánico, vuestros compañeros. Os encontrasteis
en Roma, con el santo fundador, a quien os suplicasteis
conseguir religiosos misioneros para vuestra ciudad. Y,
cuatro de vuestros acompañantes, siendo ya sacerdotes,
formación específica les brindaron: corto noviciado,
retoques de espíritu y a predicar y fundar conventos. Y,
ellos aprendieron normas sencillas: alabar a Dios, dar
doctrina y estar dispuestos a dar su vida por la verdad.
El día de todos los santos llegasteis a Cracovia, hecho
dominico y misionero y os hicisteis conocido por labriegos
y artesanos y también por taumaturgo. Construisteis un
convento de madera y con él, os convertisteis a Cracovia
en cuna de predicadores del norte de Europa. Decidisteis
ir a Prusia, país pagano, semibárbaro e idólatra, donde
fuisteis su misionero y claro, su hombre de milagros. Luego
os fuisteis a Rusia, llegando hasta Kiev. Por aquellas tierras
sí conocen al Dios de la Vida, Jesús. Y, una curación
milagrosa de la ceguera de la hija del príncipe Wladimiro
os abrió la fundación del primer monasterio occidental.
Vos, más tarde, interrumpisteis vuestra tarea apostólica y
os replegasteis al interior, debido, a las invasiones tártaras
con Batou, hijo de Gengis-Kan. Fundasteis conventos
en Noruega, Suecia, Finlandia, Escocia, Irlanda, Bulgaria,
Hungría y sabe Dios, cuántos más. Y, así, y luego de haber
gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser, con corona de luz, como
justo premio a vuestra entrega increíble de amor y fe.
Patrono principal de Polonia, predicador y evangelizador;
¡oh!, San Jacinto de Polonia, “vivo San Pablo de amor y fe”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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17 de agosto
San Jacinto de Polonia
Patrono de Polonia
Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, san Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en Bohemia y Silesia (1257).
Etimológicamente: Jacinto = Aquel que se parece a un Jacinto (tipo de
flor), es de origen griego. La Iglesia está en plena era feudal propia
de la época. Los obispos y abades son grandes señores con mucho poder e
influencia incluso en las decisiones políticas de los nobles y reyes.
También un Francisco de Asís habla a las aves y un Domingo está
convirtiendo herejes. Roma ha conseguido centralizar la disciplina y
liturgia y se ve en la obligación de atender a todos los asuntos; hace
mucho por arreglar las complicadas cosas de los reinos y algunas se
escapan a su control.
Jacinto en hijo de los condes de Konskie; nació en el castillo de
Lanka, fortaleza que domina la villa polaca de Gross-Stein. Estudió en
Praga, hizo derecho en Bolonia y cursó teología en París. Con tal
curriculum es nombrado canónigo de Cracovia.
Un viaje a Roma va a influir de modo decisivo en su vida. Iba a la
Ciudad Eterna acompañando con otros clérigos a su tío Yvon Odrowaz,
entonces obispo de Cracovia, para hacer visita reglamentaria al Papa;
ésta es la ocasión para conocer a Santo Domingo de Guzmán que está allí
cumpliendo encargos de Honorio III. El encuentro del buen obispo con el
santo fundador tuvo lugar con ocasión de un milagro reciente. Y el
motivo fue la súplica y el ruego esperanzado de conseguir religiosos
misioneros para Cracovia que estaba necesitada de sacerdotes y de
instrucción. No cuenta Domingo con predicadores polacoparlantes. Pero
cuatro de los acompañantes del obispo polaco se muestran dispuestos a
ser recibidos por el fundador entre los dominicos; como son ya
sacerdotes, reciben una formación específica intensiva: corto noviciado,
retoques de espíritu y ¡a predicar y fundar conventos!. Han aprendido
unas normas sencillas: alabar a Dios, dar doctrina y estar dispuestos a
sellar con su sangre su verdad.
Cracovia está situada en una planicie ondulada, bañada por el Vístula
y cercada de bosques de pinos. La ciudad está defendida por fuertes
murallas. El día de todos los santos del 1222 llegó Jacinto ya dominico y
misionero. Se va haciendo conocer por los labriegos y artesanos. Tiene
fama de taumaturgo. Construye un primer convento de madera y luego le
llegan donaciones hasta que Cracovia se llega a convertir en cuna de
predicadores del norte de Europa.
La frontera oriental limita con Prusia, aún un país pagano,
semibárbaro e idólatra. Allí va Jacinto a ser su misionero. Y le sigue
la fama de los milagros. Luego será la gran Rusia, con sus estepas
heladas y desiertas, la que recorrerá Jacinto, llegando hasta Kiev. Por
aquellas tierras sí que conocen las gentes a Jesús; pero son cismáticos
quienes han predicado el Evangelio. La Iglesia católica occidental que
obedece a Roma no tiene nada que hacer; pero una curación milagrosa de
la ceguera de la hija del príncipe Wladimiro le abre la posibilidad de
fundar el primer monasterio occidental en Rusia.
Vienen las invasiones tártaras con Batou, hijo de Gengis-Kan, al
frente de sus implacables y demoledoras huestes que llegaron a las
mismas puertas de Hungría, Polonia y Austria, haciendo temblar a todo el
occidente; hicieron que Jacinto hubiera de interrumpir sus quehaceres
apostólicos y replegarse al interior del continente hasta que pudiera
volverse a reemprender la siembra.
La leyenda áurea lo hace fundador de conventos en Noruega, Suecia,
Finlandia, Escocia, Irlanda, Bulgaria, Hungría y no se sabe por cuántos
sitios más. No se dispone de datos históricos con los que puedan
apoyarse todas estas correrías del santo. Más bien parece que son
producto de la imaginación o que intentan afirmar que fueron sus
inmediatos discípulos quienes llegaron a hacer lo que materialmente él
no pudo.
Muere Jacinto (o Jacek, como debió ser su genuino nombre) en su
convento de Cracovia, el 15 de Agosto de 1257, dejando sembrada Polonia
de innumerables conventos y de frailes. No extraña por ello que los
polacos lo tengan como patrón principal. Hizo irradiar el Evangelio
hasta los confines de Europa con éxitos apostólicos en ocasiones no muy
duraderos, pero que afianzaban la fe en su patria, siempre que la
proyectaba hacia el exterior de sus fronteras.