¡Oh!, San Angel de Jerusalén, vos sois el hijo
del Dios de la Vida, su amado santo y mártir
Carmelita, que, honor hicisteis al significado
de vuestro nombre: “Aquél que es portador
de un mensaje”. Pues vos, portador fuisteis
del evangelio de vida entre las gentes de vuestro
tiempo, y que, en humilde monje os convertisteis
del monasterio del Monte Carmelo, en Palestina,
antes contemplativo, pero en aquél tiempo
de mendicantes. A vos, os tocó ir a Sicilia
a predicar, contra la herejía de los cátaros,
pero, a poco de haber desembarcado, os
mataron por la espalda de cinco puñaladas.
A nadie se os imaginó, siquiera, que vuestra
muerte fuera en vano, pues en el lugar donde
pasasteis al cielo, está hasta hoy, una iglesia,
y vuestro sepulcro, se convirtió en sitio santo.
San Alberto de Trápani y vos, considerados
son los “padres” de la Orden, por ser vosotros
los dos primeros santos que recibieron culto
en la Orden, y por ello, representados fueron
en la iconografía del medio evo, junto a Nuestra
Señora. Patrono de Sicilia e invocado en las
necesidades cotidianas, de vuestros hermanos;
¡oh!, San Angel, “viva fe y mártir del Dios Vivo”.
© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de Mayo
San Angel de Jerusalén (de Sicilia)
Mártir Carmelita
Martirologio Romano: En Licata, de Sicilia, en Italia, santo Ángel, presbítero, carmelita y mártir. (1225)
Etimológicamente:
Ángel = Aquel que es portador de un mensaje, es de origen griego. Nació
en Jerusalén, en el seno de una familia de judíos conversos.
A la temprana muerte de su hermano gemelo, San Ángel decide ingresar a la Orden Carmelita, y es admitido en el monasterio en el Monte Carmelo, en Palestina. En el siglo trece, los Carmelitas pasaron de ser una orden contemplativa a ser una orden de mendicantes; recordemos que era el siglo de la revolución espiritual de San Francisco de Asís y de Santo Domingo de Guzmán. San Ángel es enviado eventualmente a Roma, para llevar un mensaje al papa Honorio III. A continuación recibe la encomienda de dirigirse a Sicilia, para ayudar a predicar contra la herejía de los cátaros, que habían tomado control de la isla.
Sin embargo, a poco de haber desembarcado en Sicilia, San Ángel fue asesinado a traición con cinco puñaladas por la espalda, ordenadas por el líder de los herejes. En el sitio donde murió se edificó una iglesia, y su sepulcro se convirtió muy pronto en sitio de peregrinación. La Orden Carmelita venera a San Ángel como santo por lo menos desde 1456. En 1459, el papa Pío II aprobó su culto.
Ángel se cuenta entre los primeros Carmelitas que vinieron del Monte Carmelo a Sicilia, donde, según las fuentes tradicionales dignas de fe, murió apuñalado a muerte en Licata a manos de hombres impíos, en la primera mitad del siglo XIII. Venerado como mártir, muy pronto se edificó una iglesia sobre el lugar de su martirio, y allí fue colocado su cuerpo.
Sólo en 1662 sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia de los Carmelitas de Licata. El culto a san Ángel se difundió por toda la Orden y también entre el pueblo. Él y san Alberto de Trápani son considerados los “padres” de la Orden por ser los dos primeros santos que recibieron culto en la Orden, y por esto fueron representados muchas veces en la iconografía medieval al lado de la Virgen María. En Sicilia existen muchos lugares que tienen a san Ángel como patrono, y el pueblo lo invoca en las necesidades, dirigiéndose a él con mucho afecto y cariño. SAN ÁNGEL nos ofrece un ejemplo de misticismo y de obediencia debida.