14 septiembre, 2014

Revista Fortune desmiente mito de “grandes riquezas” del Vaticano

Revista Fortune desmiente mito de “grandes riquezas” del Vaticano

Basílica de San Pedro, en Ciudad del Vaticano. Foto: Wikipedia / Janericloebe / Dominio Público


LIMA, 13 Sep. 14 / 05:26 pm (ACI/EWTN Noticias).- La revista estadounidense Fortune, especializada en temas económicos, desmintió el mito de las “grandes riquezas” del Vaticano, y aseguró que si la Santa Sede fuera una corporación, ni siquiera se acercaría a las 500 más adineradas de su famosa lista Fortune 500.

En su artículo titulado “This pope means business” (“Este Papa va en serio”), Fortune indicó que “a menudo se asume que el Vaticano posee una gran riqueza, pero si fuera una compañía, sus ingresos no la acercarían a formar parte de Fortune 500”.

La lista de Fortune 500 está encabezada este año por la multinacional Wal-Mart, que registró 476,294 millones de dólares de ingresos, y con la gigante de la tecnología Apple en el 5 lugar, con 179,919 en ingresos.

El último puesto de su lista lo ocupó la empresa United Rentals, con un reporte de ingresos de 4,955 millones de dólares.

Fortune señaló que el presupuesto operativo del Vaticano es de apenas 700 millones de dólares, y “en 2013 se registró un pequeño superávit global de 11,5 millones de dólares”.

La revista estadounidense señaló además que la mayoría de los activos más valiosos del Vaticano “algunos de los más grandes tesoros de arte del mundo, son prácticamente invaluables y no están a la venta”.

“La Iglesia Católica es altamente descentralizada financieramente. En términos de dinero, el Vaticano básicamente está por su cuenta. Esa es una importante razón por la que sus finanzas son mucho más frágiles y su situación económica es mucho más modesta que su imagen de lujosa riqueza”.

El Vaticano, indicó la revista económica, no tiene acceso al dinero ni de las diócesis ni de las órdenes religiosas.

Explicó que “cada diócesis”, en términos económicos, “es una corporación separada con sus propias inversiones y presupuestos, incluyendo las arquidiócesis metropolitanas”.

Fortune señaló que las diócesis de todo el mundo “mandan cantidades importantes de dinero al Vaticano cada año, pero la mayoría de este está destinado para trabajo misionero o las donaciones de caridad del Papa”.

El Vaticano, indicó, “paga salarios relativamente bajos, pero ofrece beneficios generosos de salud y de retiro”.

“Los Cardenales y Obispos en las congregaciones y consejos a menudo reciben tan poco como 46 mil dólares al año”.

“A los soldados rasos, incluyendo monjas y sacerdotes, también se les paga sueldos menores a los del mercado”, publicó la revista, pero subrayó que “los empleados del Vaticano no pagan impuestos por ingresos”.

“Los empleados laicos del Vaticano tienen trabajos de por vida, y virtualmente nadie se va antes de la edad de jubilación”, señaló.


(https://www.aciprensa.com/noticias/revista-fortune-desmiente-mito-de-grandes-riquezas-del-vaticano-48091/#.VBXX8CliCwQ.twitter)

Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz

 


Oh, Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz,
os recordamos hoy, porque recuperada fuisteis
por el emperador Heraclio, quien os logró rescatar
de los Persas, impíos ladrones, que os hurtaron
de Jerusalén. Y, Heraclio, con gran pompa y lujo,
planeó vuestro arribo, pero, de pronto se dio
cuenta de que capaz no era, de avanzar. Entonces,
Zacarías, Arzobispo de Jerusalén, le dijo: “Es
que todo ese lujo de vestidos que lleva, están
en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso
de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas
calles”. Entonces el emperador dejó lujo y realeza
de lado y descalzo empezó a caminar y así, recorrer
las calles pudo, en piadosa procesión. Para evitar
que os robasen de nuevo, partida fuisteis, en
pedazos. Uno para Roma, otro para Constantinopla,
y un tercero, en un cofre de plata en Jerusalén.
Otro tanto, se partió en pequeñísimas astillas
para las iglesias de todo el orbe de la tierra;
Oh, Gloriosísima Exaltación de la Santa Cruz.

© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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14 de Septiembre
La Exaltación de la Santa Cruz

La fiesta del Triunfo de la Santa Cruz se hace en recuerdo de la recuperación de la Santa Cruz obtenida en el año 614 por el emperador Heraclio, quien la logró rescatar de los Persas que se la habían robado de Jerusalén.

Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales, y de pronto se dió cuenta de que no era capaz de avanzar. Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: “Es que todo ese lujo de vestidos que lleva, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles”.

Entonces el emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión. La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron “Veracruz”(verdadera cruz).

Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo, y con las cinco heridas que allí padeció, pagó Cristo nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió la salvación.

A San Antonio Abad (año 300, fiesta el 17 de enero) le sucedió que el demonio lo atacaba con terribilísimas tentaciones y cuentan que un día, angustiado por tantos ataques, se le ocurrió hacerse la señal de la Cruz, y el demonio se alejó. En adelante cada vez que le llegaban los ataques diabólicos, el santo hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Y dicen que entonces empezó la costumbre de hacer la señal de la cruz para librarse de males.

De una gran santa se narra que empezaron a llegarle espantosas tentaciones de tristeza. Por todo se disgustaba. Consultó con su director espiritual y este le dijo: “Si Usted no está enferma del cuerpo, ésta tristeza es una tentación del demonio”. Le recomendó la frase del libro del Eclesiástico en la S. Biblia: “La tristeza no produce ningún fruto bueno”. Y le aconsejó: “Cada vez que le llegue la tristeza, haga muy devotamente la señal de la cruz”. La santa empezó a notar que con la señal de la cruz se le alejaba el espíritu de tristeza.

Cuando Nuestra Señora se le apareció por primera vez a Santa Bernardita en Lourdes (Año 1859), la niña al ver a la Virgen quiso hacerse la señal de la cruz. Pero cuando llegó con los dedos frente a la cara, se le quedó paralizada la mano. La Virgen entonces hizo Ella la señal de la cruz muy despacio desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo hasta el derecho. Y tan pronto como la Madre de Dios terminó de hacerse la señal de la cruz, a la niña se le soltó la mano y ya pudo hacerla ella también. Y con esto entendió que Nuestra Señora le había querido dar una lección: que es necesario santiguarnos más despacio y con más devoción.

Mire a la gente cuando pasa por frente a una iglesia. ¿Cómo le parece esa cruz que se hacen? ¿No es cierto que más parece un garabato que una señal de la Cruz? ¿Cómo la haremos de hoy en adelante? Como recuerdo de esta fecha de la exaltación de la Santa Cruz, quiero hacer con más devoción y más despacio mi señal de la Cruz.