23 noviembre, 2008


La Luz De La Fe


¡Ay!, humano placer que no te
aquietas; que la vida, Vuestra
es y Vos, sólo miráis y esperáis.

Si el mañana se tornase incierto,
que sea siempre la luz de la fe;
la que inspirando siga, a los hijos
vuestros y míos y de aquellos
mis hermanos; al irredento
transitar, por las cumbres, los
valles, los desiertos, los montes
y los mares del mundo todo,
dejando la siembra de la Buena
Nueva como suaves efluvios, en
cada pliegue y en cada recodo
del camino y tal cual hizo en su
hora, Melquisedec, rey de Salem
del Dios Altísimo sacerdote; ofrecer
vívidas ofrendas de Pan y Vino;
Vino y Pan al Dios de la vida.

¡Ay!, humano placer que no te
aquietas; que la vida, Vuestra
es y Vos, sólo miráis y esperáis.


© 2008 by Luis Ernesto Chacón Delgado