06 marzo, 2016

San Olegario



 ¡Oh!, San Olegario, vos sois el hijo del Dios de la vida

y su amado santo, en Barcelona, en Cataluña, en España,

y Tarragona, cuando vuestra sede antiquísima liberada

fue del yugo de los musulmanes. Vuestro  biógrafo dice

de vos así: ” Guardián celoso y maestro de la castidad,

afable para todos, generoso con los pobres, esquivo

de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y

amante de fiel de la paz no fingida”. Vuestro padre

quiso llevar y dirigir vuestros estudios según los criterios

de la época en que le os tocó vivir, y os encargó a los

canónigos de la catedral, distinguiéndoos por  vuestra

piedad, vuestro aprovechamiento y vuestra afición a

leer a los Santos Padres. Tanto los leísteis, meditasteis

y estudiasteis que os convertisteis en santo varón, pues

anhelabais la perfección espiritual de vuestra vida. Y,

así, ingresasteis al convento de canónigos regulares

de san Agustín, e imitarlos en su virtud. Jamás hicisteis

distinción alguna entre ricos y pobres, pues a todos

considerabais, hijos de Dios. Participasteis en los concilios

de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san

Clermont, y con vuestra preparación intelectual, lograsteis

derrotar a vuestros enemigos, los herejes.  Y, así, y luego

de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló

vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona de luz

como justo premio a vuestra grande entrega de amor y fe;

¡oh!, San Olegario, “viva” lanza del Dios de la Vida y la luz. 

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de marzo  
San Olegario  
Obispo

Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España, san Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de Tarragona cuando esta antiquísima sede fue liberada del yugo de los musulmanes († 1137).

Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 25 de mayo de 1675 por el Papa Clemente X.

Breve Biografía

De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:” Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida”.
Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor duda.

Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio.
Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre. Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca defraudan del Evangelio.

El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios según los criterios de la época en que le tocó vivir. Cuando vio que su preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como persona humana.

En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o “hobby” por leer a los Santos Padres.

Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista.

El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos regulares de san Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su virtud. Cuando murió el obispo de Barcelona, desde la aristocracia hasta la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario.

El mismo Papa Pascual II tuvo que obligarle a que aceptara el cargo. No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres. Todos eran hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont… Y dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes. Murió en el año 1137.