30 octubre, 2005

Mundos Interiores

Estimado Luis Ernesto:

Acabo de leer tus textos y luego de hacerlo; me provoca dejar del lado las elucubraciones sesudas, las opiniones académicas y el rigor analítico al que nos tienen acostumbrados algunos críticos. Si no simplemente, dar rienda suelta a lo me dicta el corazón .

Y bueno, ¿qué pasa cuando uno se conecta con esos “mundos interiores”, como es que has titulado tu libro?. Simplemente la confirmación de que esos mundos interiores dispersos, individuales, complejos, que reflejan las intimidades del “YO”, tienen también un “mundo interior común”, solidario y colectivo, sensible y de compromiso. Y son ellos, los que comparten ese sentimiento, los que seguramente nos sentimos “tocados” en las entrañas de nuestra alma , por tu poesía.

¿Cuál es ese mundo común, que responde al deseo íntimo que muchos tenemos en nuestro mundo interior?. Para responderme sólo tengo que leer algunos de tus poemas:

Soñé en varias noches
Un mundo verde para todos
Uno en el cuál
Respiramos todos aires de paz
Cenamos bocadillos de amor
Sazonados de esperanzas
y postres de almíbar y canela
Mientras luciérnagas titilantes
Hacen coros cantándole a la vida.


Pero también nos recuerdas lo despiadados que somos los humanos, con los demás seres de este mundo, frente a los cuales hacemos gala de nuestra supremacía:

Un perro como tantos a lo lejos
Como lobo aúlla
¿De dolor o soledad?
¿De hambre, de hastío?
Intuyo
Es sed, nada más,
Igual que YO.


Y otra figura poética donde nos muestras al delfín, describiendo su sensibilidad, superior talvez a la de nosotros, los humanos:

Un hombre en la orilla
Se cubre el rostro y llora
Medita el misterio del amor
Más allá entre piruetas y gritos
Delfines, su angelical figura muestran
Yo en tierra-mar
Súbdito feliz
Mi guardia real con delfines
En un mundo de eternos tiernos niños
Medito, sonrío, lloro.

Luis Ernesto, con tus poesías, a muchos nos recuerdas nuestra misión en la tierra, en esta era de acuario, la era de la gran definición por SALVAR LA TIERRA, donde muchos en el mundo, estamos cual “guerreros del arco iris” para salvar a nuestra “madre tierra”, de la voracidad del poder, que cuál demonio, solo le importa extraer los valiosos recursos de las entrañas mismas de nuestro planeta, no importante guerras, invasiones y todo tipo de abuso que genera el poder absoluto de las armas; sin importar tanta vida natural y humana.

He leído con atención algunos textos, que nos recuerdan lo urgente e importante de nuestra tarea:

NUEVO MILENIO
Saturada tierra
Contaminado aire
Mar casi pocilga
Piratas y corsarios
Fenicios y vikingos
Olvidadas barcazas
Izan velas hora
en alguna fosa marina
¿Serán las olas de Tofler?
¿o algún mandato divino?
Cibernéticos enjambres
Rotan por doquier en fiero giro
Rastrean hasta el alma espíritu
Se triza el ozono hecho trizas
¿quienes se salvan al final?
¿Será un esquimal que aborde la nave...
un maya, un mongol, chipibo, aymara, quechua
u bosquimiano?
¿Y el resto?
¡Peor que Hitler!
Y eso se llama
¡Nuevo Milenio!.

Bueno, estimado Luis Ernesto; para concluir este fugaz y superficial comentario de tu libro “Mundos Interiores”, quiero disculparme de ti y de quienes te acompañan por no estar personalmente esta noche. Y agradecer también a mis compañeros del INC, por alcanzarte esta nota.

Para despedirme te confieso que me he esforzado por entender la significación de uno de tus poemas, que me ha llamado mucho la atención, que has titulado simplemente: YO NO SÉ.
Donde hay frases como estas:

Yo no sé
Celebrar a
Vallejo
En un mundo

En su conjunto
De músculos, huesos y cerebros
¡no sé!
Si de alma

Debiese
Haber convertido
Hace rato

En perfecto
Lleno
De Vallejianos
Césares
Que las piedras

Y el cielo
Por sí solas
Escribiesen
Agridulces

Versos
Para luego llover

En poemas
Filosofales
Penetrando

El alma
Y ella le pida al cuerpo
Piedad y bastante.
y

Su nacimiento - muerte - nacimiento
Sean redención y hombre
Que si tanto dolor
Sienten

El mundo
Debió cambiar hace rato
Y no seguir así

Hasta que muera
Retorcido de espasmos
!Señor ministro de salud!

Luego de este texto, me pregunto que acaso tu, eres también de los escritores y poetas que piensan que sin embargo y a pesar de todo, la literatura no sirve parea nada?. Que a veces deviene tan sólo en una vanidad personal, ya que con tanta literatura, no hemos podido cambiar el mundo?. Esta es una pregunta que debemos respondernos todos, los involucrados con el arte de escribir y la afición por la lectura.

Gracias Luis Ernesto, por entregarnos este hermoso libro y desatar en muchos como yo, estas reflexiones y sentimientos. Pues, si por lo menos eso se logra, espero que sí podamos mejorar el mundo.

Gracias otra vez.
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(*)Enrique Riveros Yábar
Promotor Cultural del Istituto Nacional de Cultura; CUSCO - PERU.
26-10-05