20 junio, 2016

Santa Florentina



 
   ¡Oh!, Santa Florentina, vos, sois la hija del Dios de la vida,
    que brillo y lustre le disteis al significado de vuestro nombre:
    “floreciente”. Vuestros padres, dieron a la Iglesia sus cuatro
    hijos, y maravilla de maravillas, los cuatro, santos. Leandro
    fue vuestro maestro en los estudios clásicos como en los sagrados.
    Y vos, fuisteis maestra de vuestro hermano menor, el gran sabio
    san Isidoro de Sevilla, doctor de la Iglesia universal. Joven
    guapa y culta como erais, todos esperaban que vos, os casaseis,
    pero, para sombro de todos, dejasteis todo para consagraros por
    entero a las obras de Dios, consagrando vuestra virginidad en el
    monasterio benedictino de santa María del Valle. A vuestras
    dotes de gobierno, a vuestra santidad y ejemplo, las hermanas
    os eligieron abadesa. Y, entonces, Leandro, hermano vuestro
    vuestro os escribió un profundo libro sobre “La institución de
    las vírgenes”, en la que, se ensalza la virtud de la virginidad
    como algo que Cristo, desea a quienes quieren seguirle. Y, así,
    luego de haberos gastado en buena lid, voló vuestra alma la cielo
    para recibir corona de luz, como justo premio a vuestro amor;
    ¡Oh!, Santa Florentina, “viva entrega de amor por el Dios Vivo”.

 
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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20 de Junio
Santa Florentina


Etimológicamente significa “ floreciente”. Viene de la lengua latina. Para Dios eres sagrado, sí, consagrado por la inocencia herida de tu juventud. Si consiguieras escribir a una persona anciana y decirle lo que te quiere, ella rezaría por ti y te confiaría al Espíritu de Dios.

Florentina. Nació en el seno de una familia visigoda en Cartagena, España. Sus padres eran tan fervorosamente cristianos que dieron a la Iglesia sus cuatro hijos, y los cuatro son santos.

Leandro fue el maestro de Florentina tanto en los estudios clásicos como en los sagrados. Y ella fue, a su vez, la maestra de su hermano menor, el gran sabio san Isidoro de Sevilla, doctor de la Iglesia universal. Siempre recordó el día en que vio un enjambre de abejas en la boca de su hermano.

Como joven guapa y culta, todos esperaban que se casara con un joven de su talante. Pero, para asombro de todos, y del chico que la pretendía, dejó todo para consagrarse por entero a las obras de Dios, empezando por consagra su virginidad en el monasterio benedictino de santa María del Valle, al lado de Ecija.

Gracias a sus dotes de gobierno, a su santidad y ejemplaridad para todas las hermanas, la eligieron abadesa. Fue entonces cuando su hermano Leandro le escribió un precioso y profundo libro sobre “La institución de la vírgenes”.

Es una gozada la lectura de este libro porque ensalza la virtud de la virginidad como algo que Cristo exige libremente a quienes quieren seguirle más de cerca.

Murió en el año 633.

“En la montaña el turista viene a buscar un panorama, el pensador encuentra un libro abierto” (V. Hugo).
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

(http://www.autorescatolicos.org/felipesantossantaflorentina.htm)