07 julio, 2013

San Fermín

 
 
Oh, San Fermín, vos, sois el hijo
del Dios de la vida, y su amado
santo, y que brillar hicisteis al
significado de vuestro nombre: el
firme, “firmus”, “el valeroso”. Y,
que, al pie de la letra, cumplisteis
la tarea de convertir a los paganos
a la fe de Nuestro Señor Jesucristo.
Pamplona y Navarra, saben de vuestra
entrega de amor y fe, y que, a la
pagana orden de no hacerlo más, os
negasteis ardorosamente. Y, aquél
impío, os mandó, la cabeza cortar,
como si, al hacerlo, terminara con
vuestra alma y vuestro espíritu,
que raudos hacia Dios, volaron con
presteza. Hoy, Pamplona, os recuerda
con grande alegría y fervor, pues,
como vos, nadie más, para evangelizar.
Vuestra sangre, con mucho amor
derramada, os convirtió en mártir,
y premiado fuisteis por Dios, con
corona eterna de luz, como, justo
premio a vuestra entrega de amor,
oh, San Fermín, “el firme y mártir”.
 
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
7 de julio
San Fermín Obispo y Mártir
Siglo IV
 
Este Santo es el famoso patrono de las “Corridas de San Fermín” en España. Su nombre proviene de “Firmus”, el firme, el valeroso.
 
Nació en Pamplona, España, lo convirtió a la Fé San Honesto, un discipulo de San Saturnino, y lo consagro el Obispo de Toulose, el cual lo envío a predicar por Francia. San Fermín construyó un templo en Amiens, y en esa ciudad convirtió muchos paganos al cristinanismo. Amiens recibió también el martirio por proclamar la fe en Jesucristo.
 
Predicó San Fermín con mucho fruto en las regiones de Pamplona y Navarra y logró dejar ahí muchos sacerdotes fervorosos, los cuales reafirmaron la fe católica en aquellas tierras. Cuando se fue de allí, la mayoría de los paganos de la región se habían vuelto cristianos. En Francia un gobernador lo puso preso, pero el pueblo invadió la cárcel y lo liberó.
 
Más tarde el jefe pagano de Amiens le ordenó que dejara de predicar la religión de Cristo. Como Santo no quiso dejar de predicar la verdadera religión, entonces el gobernador le mandó cortar la cabeza. Y así obtuvo lo que más quería en toda su vida : derramar su sangre por Jesucristo y llegar a ser mártir de nuestra santa religión.
 
La ciudad de Pamplona celebra su fiesta, cada 7 de julio con grandes regocijos populares. Quiera Dios que nuestros religiosos y apóstoles, no dejen nunca de predicar y enseñar, sin cansarse, ni desanimarse, la verdadera religión de Jesús. Aunque ello les cueste grandes sacrificios.