19 enero, 2013

Santos Mario, Marta, Audifax y Abaco,



Oh, Santos Mario, Marta, Audifax y Abaco,
vosotros sois, los hijos del Dios de la
vida y sus amados santos mártires, que, os
constituisteis, en ejemplo de cristianas
familias, y, aunque de estirpe persa,
dejasteis vuestra tierra y a Roma, os
dirigisteis para, los sepulcros visitar
de los mártires y, a los cristianos en la
prisión dar consuelo. Vosotros, a cientos
de cristianos mártires sepultasteis y,
sorprendidos, llevados fuisteis ante el
tribunal y obligados a adorar paganos dioses,
cosa tal a la que, juntos en familia os
negasteis, y decapitados fuisteis. Vuestros
verdugos, os privaron del cuerpo, pero,
nunca jamás, de vuestras almas, que volaron
prontas hacia la casa del Padre, quien,
os coronó, con coronas de luz, como justo
premio a vuestro amor, fidelidad y lealtad;
oh, Santos Mario, Marta, Audifax y Abaco.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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19 de Enero
Santos, Mario, Marta, Audifax y Abaco
Mártires


Martirologio Romano: En la vía Cornelia, en el decimotercer miliario antes de Roma, en el cementerio de Ninfa, santos Mario, Marta, Audifax y Abaco, mártires (c. s. IV).

Etimología Mario: propio de la gente que pensaba decendía del dios Marte, es de origen latino.
Marta = señora, es de origen arameo.

Ejemplo de familias cristianas, San Mario, su mujer Marta y sus dos hijos, Abaco y Audifax, de la nobleza persa, dejaron su tierra y se dirigieron a Roma, para visitar los sepulcros de los mártires y consolar a los cristianos que sufrían en la prisión.

Con la ayuda de un sacerdote, pudieron dar cristiana sepultura a 260 mártires, cuyos cuerpos estaban decapitados y permanecían en el campo expuestos a las inclemencias del tiempo. Pero mientras realizaban su buena obra, fueron sorprendidos por las autoridades romanas y llevados ante tribunal. El prefecto Flaviano y el gobernador Marciano, habrían realizado el interrogatorio.

Durante el imperio de Decio, éste había ordenado que aquellos que fueran sospechosos de ser cristianos, para no ser condenados a muerte debían hacer un acto de adhesión al culto pagano como adorar la estatua del emperador, o quemar un gramo de incienso ante la estatua de algún Dios. Por supuesto, Mario y su familia no aceptaron tal cosa y fueron decapitados.

Se les dio sepultura en un campo donde luego se edificó una iglesia, meta de innumerables peregrinaciones durante la Edad Media.

Pidamos por su intercesión que nos dé el Señor gozar de la paz en esta tierra y encontrar luego la alegría en la vida eterna.