31 octubre, 2012

San Quintín



Oh, San Quintín, vos, sois,
el hijo del Dios de la vida,
y su amado santo y, el niño
aquél, que, por San Marcelino
-Papa-, bautizado fuisteis y,
anhelasteis desde entonces,
que muchas personas conocieran
a Jesucristo amaran y poder,
algún día, por Él, su sangre
derramar, como vos, así lo
hicisteis, nuestra religión
defendiendo. Ni los azotes
ni el oscuro calabozo y sus
cadenas, pudieron con vos, y,
pronto la libertad y la palabra
sin saber cómo, las recobrasteis
y, las calles, vuestra prédica,
a escuchar volvieron, y sólo,
como vos, lo habíais pedido.
Martirizado y torturado, así,
vuestra alma, voló al cielo,
para coronada ser de luz, como
justo premio a vuestro amor;
oh, San Quintín, ”mártir y luz”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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31 de Octubre
San Quintín
Mártir
Año 287


Fue Quintín hijo de un senador romano muy apreciado de la gente. Se hizo amigo del Papa San Marcelino, quién lo bautizó. El más grande deseo de Quintín era hacer que muchas personas conocieran y amaran a Jesucristo, y poder derramar su sangre por defender la religión.

Cuando el Papa San Cayo organizó una expedición de misioneros para ir a evangelizar a Francia, Quintín fue escogido para formar parte de ese grupo de evangelizadores.

Dirigido por el jefe de la misión, San Luciano, fue enviado Quintín a la ciudad de Amiens, la cual ya había sido evangelizada en otro tiempo por San Fermín, por lo cual hubo un nutrido grupo de cristianos que le ayudaron allí a extender la religión. Quintín y sus compañeros se dedicaron con tan grande entusiasmo a predicar, que muy pronto ya en Amiens hubo una de las iglesias locales más fervorosas del país.

Esto atraía más y más fieles a la religión verdadera. Los templos paganos se quedaban vacíos, los sacerdotes de los ídolos ya no tenían oficio, mientras que los templos de los seguidores de Jesucristo se llenaban cada vez más y más.

Los sacerdotes paganos se quejaron ante el gobernador Riciovaro, diciéndole que la religión de los dioses de Roma se iba a quedar sin seguidores si Quintín seguía predicado y haciendo prodigios. Riciovaro, que conocía a la noble familia de nuestro santo, lo llamó y le echó en cara que un hijo de tan famoso senador romano se dedicara a propagar la religión de un crucificado. Quintín le dijo que ese crucificado ya había resucitado y que ahora era el rey y Señor de cielos y tierra, y que por lo tanto para él era un honor mucho más grande ser seguidor de Jesucristo que ser hijo de un senador romano.

El gobernador hizo azotar muy cruelmente a Quintín y encerrarlo en un oscuro calabozo, amarrado con fuertes cadenas. Pero por la noche se le soltaron las cadenas y sin saber cómo, el santo se encontró libre, en la calle. Al día siguiente estaba de nuevo predicando a la gente.

Entonces el gobernador lo mandó poner preso otra vez y después de atormentarlo con terribles torturas, mandó que le cortaran la cabeza, y voló al cielo a recibir el premio que Cristo ha prometido para quienes se declaran a favor de Él en la tierra.

Hay que ser: Pronto para escuchar y lento para responder (S. Biblia Ec. 5,11).

Esto es Halloween


Significado

Halloween significa “All hallow’s eve”, palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa “víspera de todos los santos”, ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

Orígenes

La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella.

El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el “señor de la muerte”, o “Samagin”, a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros.

Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folclor popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde ahí, se ha propagado por todo el mundo.

El 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de herencia celta, se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares.

En cambio, en los países de cultura mediterránea, el recuerdo de los difuntos y la atención a la muerte se centra en el 2 de noviembre, el día siguiente a la celebración de la resurrección y la alegría del paraíso que espera a la comunidad cristiana, una familia de “santos” como la entendía San Pablo.

Diversas tradiciones se unen, se mezclan y se influyen mutuamente en este comienzo de noviembre en las culturas de los países occidentales. En Asia y Africa, el culto a los antepasados y a los muertos tiene fuertes raíces pero no está tan ligado a una fecha concreta como en nuestra cultura.

Calabaza, golosinas, disfraces…

La calabaza fue añadida después y tiene su origen en los países escandinavos y luego regresó a Europa y al resto de América gracias a la colonización cultural de sus medios de comunicación y los telefilmes y películas importados.

En los últimos años, comienza a hacer furor entre los quinceañeros mediterráneos y latinoamericanos que olvidan sus propias y ricas tradiciones para adoptar la hueca calabaza iluminada. En Hallowe’en (de All hallow’s eve), literalmente la Víspera de Todos los Santos, la leyenda anglosajona dice que es fácil ver brujas y fantasmas. Los niños se disfrazan y van -con una vela introducida en una calabaza vaciada en la que se hacen incisiones para formar una calavera- de casa en casa. Cuando se abre la puerta gritan: “trick or treat” (broma o regalo) para indicar que gastarán una broma a quien no les de una especie de propina o aguinaldo en golosinas o dinero.

Una antigua leyenda irlandesa narra que la calabaza iluminada sería la cara de un tal Jack O’Lantern que, en la noche de Todos los Santos, invitó al diablo a beber en su casa, fingiéndose un buen cristiano. Como era un hombre disoluto, acabó en el infierno.

Con la llegada del cristianismo, mientras en los países anglosajones tomaba forma la procesión de los niños disfrazados pidiendo de puerta en puerta con el farol en forma de calavera, en los mediterráneos se extendían otras costumbres ligadas al 1 y 2 de noviembre. En muchos pueblos españoles existe una tradición de ir de puerta en puerta tocando, cantando y pidiendo dinero para las “ánimas del Purgatorio”. Hoy en día, aunque menos que antaño, se siguen visitando los cementerios, se arreglan las tumbas con flores, se recuerda a los familiares difuntos y se reza por ellos; en las casas se hablaba de la familia, de todos los vivos y de los que habían pasado a otra vida y se consumían dulces especiales, que perduran para la ocasión, como en España los buñuelos de viento o los huesos de santo.

Mientras tanto, al otro lado del océano y al sur de Estados Unidos, la tradición católica llevada por españoles y portugueses se teñía de color propio en cada país americano, mezclada a los ritos locales precoloniales y al folklore del lugar.

Seguramente en Galicia se unen dos tradiciones: la celta y la católica, por lo que es esta la región de España en la que más perdura la tradición del recuerdo de los muertos, las ánimas del Purgatorio, muy unidas al folklore local, y las leyendas sobre apariciones y fantasmas. En toda España perdura una costumbre sacrosanta que se ha introducido en los hábitos culturales: la de representar en esta fecha alguna obra de teatro ligada al mito de Don Juan Tenorio. Fue precisamente este personaje, “el burlador de Sevilla o el convidado de piedra”, creado por el fraile mercedario y dramaturgo español Tirso de Molina, el que se atrevió a ir al cementerio, en esta noche, a conjurar las almas de quienes habían sido víctimas de su espada o de su posesividad egoísta.

En todas estas representaciones ritos y recuerdos pervive un deseo inconsciente, y más bien pagano, de exorcizar el miedo a la muerte, sustraerse a su angustia. El mito antiguo del retorno de los muertos, se ha convertido hoy en fantasmas o dráculas con efectos especiales en los filmes de terror.

Festividad de todos los Santos

Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo”.

Como asegura Bruno Forte, profesor de la Facultad teológica de Nápoles, al contrario de quienes no creen en la dignidad personal y desvalorizan la vida presente creyendo en futuras reencarnaciones, el cristiano tiene “una visión en las antípodas” ya que “el valor de la persona humana es absoluto”. Es ajena también al dualismo heredero de Platón que separa el cuerpo y el alma. “Este dualismo y el consiguiente desprecio del cuerpo y de la sexualidad no forma parte del Nuevo Testamento para el que la persona después de la muerte sigue viviendo en tanto en cuanto es amada por Dios”. Dios, añade el teólogo, “no tiene necesidad de los huesos y de un poco de polvo para hacernos resucitar. Quiero subrayar que en una época de “pensamiento débil” en la que se mantiene que todo cae siempre en la nada, es significativo afirmar la dignidad del fragmento que es cada vida humana y su destino eterno”.

La fiesta de Todos los Fieles Difuntos fue instituido por San Odilón, monje benedictino y quinto Abad de Cluny en Francia el 31 de octubre del año 998. Al cumplirse el milenario de esta festividad, el Papa Juan Pablo II recordó que “San Odilón deseó exhortar a sus monjes a rezar de modo especial por los difuntos. A partir del Abad de Cluny comenzó a extenderse la costumbre de interceder solemnemente por los difuntos, y llegó a convertirse en lo que San Odilón llamó la Fiesta de los Muertos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia universal”.

“Al rezar por los muertos -dice el Santo Padre-, la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres”.

Tras subrayar la importancia de las oraciones por los difuntos, el Pontífice afirma que las “oraciones de intercesión y de súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. El Señor siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La Iglesia cree que las almas del purgatorio “son ayudadas por la intercesión de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar”, así como “por la caridad y otras obras de piedad”.

En razón a ello, el Papa a los católicos “a rezar con fervor por los difuntos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor”. Cultura y negocio del terror

Una cultura de consumo que propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el “consumo del terror”. Se busca además favorecer la imitación de las costumbres norteamericanas por considerarse que esto está bien porque este país tiene chapa de “superior”.

Pensándolo desde la fe

Una propuesta de temas para considerar detenidamente nuestra fe católica y la actitud que debemos tomar ante el halloween. Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas:

¿Es que, con tal que se diviertan, podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)? Respecto de la conducta de los demás se puede leer el criterio de Nuestro Señor Jesucristo en Lc 6,31.

¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para “divertirse” ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.

¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos, el día de Halloween hagan daño a las propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que, por lo menos, una vez al año se puede hacer el mal al prójimo? ¡Qué nos enseña Nuestro Señor Jesucristo sobre el prójimo? Leamos Mt. 22, 37-40

Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine … ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7 1ª Pe 5,18 Ef. 6,11 Lc. 4,2 Lc. 25, 41

¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del halloween?

¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?

Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en “aras de la diversión de los niños” ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, hechiceros, médiums, y los que leen las cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Biblia?

Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9 Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14 Jn. 8,12
Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.

Sugerencias para los padres de familia

¿Cómo darle a los hijos una enseñanza auténtica de la fe católica en estas fechas? ¿Cómo hacer que se diviertan con un propósito verdaderamente católico y cristiano? ¿Qué podemos enseñarles a los niños sobre esta fiesta?

Ante la realidad que inunda nuestro medio y que es promovida sin medida por el consumismo nos preguntamos ¿qué hacer? ¿Taparnos los ojos para no ver la realidad? ¿Buscar buenas excusas para justificar su presencia y no darle mayor importancia a este “juego”? ¿Debemos prohibirles a nuestros hijos participar en el halloween mientras que sus vecinos y amigos se “divierten”? ¿Serían capaces los niños de entender todos los peligros que corren y por qué de nuestra negativa a participar en esto?

La respuesta no es sencilla, sin embargo creemos que sí hay algunas cosas que podemos hacer:

Lo primero es organizar una catequesis con los niños en los días anteriores al halloween, con el objeto de enseñarles el por qué de la festividad católica de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, haciéndoles ver la importancia de celebrar nuestros Santos, como modelos de la fe, como verdaderos seguidores de Cristo.
En las catequesis y actividades previas a estas fechas, es buena idea que nuestros hijos inviten a sus amigos, para que se atenúe el impacto de rechazo social y sus compañeros entiendan por qué no participan de la misma forma que todo el mundo.

Debemos explicarles de manera sencilla y clara, pero firme, lo negativo que hay en el Halloween y la manera en que se festeja. Es necesario explicarles que Dios quiere que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni con las brujas ni con los monstruos, pues nosotros somos hijos de Dios.

Proponemos a los padres de familia una opción para sus hijos, pues seguramente los niños querrán salir con sus amigos en la noche del Halloween: Los niños pueden disfrazarse de ángeles y preparar pequeñas bolsas con dulces, regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa, y en lugar de hacer el “obsequio o truco” o de pedir dulces, regalarlos a los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia Católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se celebra a todos aquellos que fueron como nosotros deberíamos ser: los Santos.

Aunque este cambio no será sencillo para los niños, es necesario vivir congruentemente con nuestra fe, y no permitir que los más pequeños tomen como algo natural la connotación negativa del halloween. Con valor y sentido cristiano, los católicos podemos dar a estas fechas, el significado que tienen en el marco de nuestra fe.

Ideas creativas de cómo dar a los niños una enseñanza positiva en estas fechas
Chilenos cambian “Halloween” por fiesta positiva

SANTIAGO, 28 Oct. 03 (ACI).-Con el fin de cambiar los contenidos de muerte y terror promovidos en la fiesta de Halloween, numerosas instituciones y familias chilenas están impulsando una campaña para establecer el 31 de octubre como la “Fiesta de la Primavera”, en donde los principales disfraces son de ángeles, santos y princesas, en vez de los terroríficos modelos de la celebración de origen celta y popularizado por Estados Unidos.

Algunos colegios, organizaciones comerciales y hasta supermercados de la capital se han sumado a la campaña. “Hay un público consumidor que está de acuerdo con el formato del festejo, pero otro que está mirando qué pasa y buscando tener algo para que sus hijos participen. Entonces vimos una masa que necesitaba tener una nueva fiesta y lanzamos otros productos”, explicó el gerente de ventas de Arcor-Dos en Uno, Jorge Borselli.

Dicha empresa estrenó el año pasado la línea de caramelos “Hadas y magos”; junto con la empresa de golosinas Ambrosoli, que incorporó también esta temp! orada su línea “Magic” asociada a la bondad, la sabiduría y la valentía.

Asimismo, diversas compañías de disfraces están modificando su oferta para atender los requerimientos de esta nueva celebración. La socia de Duende Azul -con locales en la zona oriente y centro de Santiago-, Belén Aleu, afirmó que “la demanda ha ido cambiando en los últimos diez años. Antes pedían solo cosas de terror. Ahora llevan trajes de princesas, ángeles, cenicientas o damas antiguas”.

Por otro lado, los supermercados de la capital se están sumando a este “Halloween blanco” cambiando su decoración para la festividad. “Ahora es una fiesta a la chilena, ya no sólo con la connotación de fiesta de brujas”, explicó el gerente de marketing de Jumbo, Francisco Guzmán.

Fiesta de Todos los Santos

“Los invitamos a participar de una alegre celebración 31 de Octubre del 2003″.
· Hace ya dos años, una simple presentación como esta, distribuida por mail, inició un cambio radical en nuestra sociedad: rescatar el sentido original de la víspera de Todos los Santos.
· Esta iniciativa tuvo una gran acogida, adultos, jóvenes y niños celebramos esta fiesta en forma positiva, entretenida, sana y alegre y más acorde con nuestras costumbres y valores.
· Cada año somos más, por eso los invitamos a sumarse a esta iniciativa.
· En este año de consolidación queremos llegar a todos los rincones, celebrando masivamente “La Fiesta de Todos los Santos”.
Estrategia
· Más que combatir la forma en que hoy se celebra “Halloween”, que nada tiene que ver con nuestras costumbres y valores; queremos retomar el sentido original de esta fecha y celebrar la “Fiesta de Todos los Santos”.
· Mantendremos los elementos buenos y positivos; celebrar, disfrazarse y compartir, pero proponemos cambiar los negativos:
- muerte y oscuridad, ….por vida,
- terror y miedo, …..por alegría,
- violencia, …..por paz y amor,
- amedrentamiento y chantaje, ……por respeto y entrega.
· Proponemos una celebración amplia a la cuál todos se sumen alegremente independiente de su cercanía con la religión.
· De esta manera formaremos valores positivos en los niños ya que aprenderán a dar parte de sí para lograr sus objetivos, a respetar y no amedrentar y que por sobre todo deben prevalecer la vida, el amor, la paz y la alegría.
Planteamiento
Celebraremos la fiesta de “Todos los Santos”.
Los niños y jóvenes saldrán a la calle a compartir con sus vecinos en un sano ambiente de amistad.
Los niños:
· Se disfrazarán de algo positivo como payaso, flor, santo, princesa, animalito, etc..
· Saldrán a las calles acompañados de algún adulto o joven responsable, a pedir dulces.
· Sólo tocarán el timbre en las casas que tengan globos o cintas de color blanco en sus puertas o rejas, aceptando así participar en esta celebración. Al resto sencillamente no se les molestará.
· Para recibir los dulces los niños deberán entregar algo a cambio.
· A lo que entreguen le llamaremos “gracia” y puede ser un dibujo, una poesía, una oración, una flor, un santito, una tarjeta o algo hecho por ellos en su clase de Religión o de Arte.
Los jóvenes:
· Acompañarán a los niños en esta celebración siendo modelo y ejemplo para ellos, es decir celebrando en forma positiva para sembrar paz, amor y alegría.
· Si quieren organizar alguna fiesta o celebración los invitamos a hacer “Fiestas Blancas” donde todos se vistan de ese color y lo pasen muy bien en un ambiente positivo y alegre.
¿Qué les pedimos?
· Distribuyan esta presentación a todas las personas que puedan.
· Que comenten esta iniciativa con su familia, amigos y conocidos.
· Que la hagan llegar a las empresas que estén interesadas en esta fiesta, a los medios de comunicación y a quienes puedan apoyarla.
· Propongan en Colegios, Jardines Infantiles e Iglesias, que la fiesta se aborde de manera positiva y constructiva.
· Apoyen y acompañen a sus hijos en esta celebración, así estaremos educándolos en los valores que esta fiesta nos invita a celebrar.

SI TODOS EMPUJAMOS ESTA IDEA, CADA DÍA SEREMOS MÁS LOS QUE CELEBRAREMOS CON ALEGRÍA “LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS”.

Más información en el sitio: www.todoslossantos.cl

El Episcopado francés ilustra las fiestas de Todos los Santos y de los Difuntos

PARÍS, 28 octubre 2003 (ZENIT.org) .- En medio de las campañas publicitarias de promoción de la fiesta de Halloween, la Conferencia Episcopal de Francia ha publicado un comunicado para explicar el sentido de las fiestas de Todos los Santos y del día de los Difuntos.

«A lo largo del año, la Iglesia católica celebra a los santos que ha canonizado oficialmente y que presenta como modelos y testigos ejemplares de la fe», recuerda el texto.

Con la fiesta del 1 de noviembre, día de Todos los Santos, la Iglesia desea «honrar a los santos “anónimos” –mucho más numerosos– que con frecuencia han vivido en la discreción al servicio de Dios y de sus contemporáneos».

En este sentido, aclara el documento, es la fiesta de «todos los bautizados, pues cada uno está llamado por Dios a la santidad». Constituye, por tanto, una invitación a «experimentar la alegría de aquellos que han puesto a Cristo en el centro de su vida».

El 2 de noviembre, día de oración por los difuntos, explican los prelados franceses, propone una práctica que comenzó con los primeros cristianos.

La idea de convocar una jornada especial de oración por los difuntos, continuación de Todos los Santos, surgió antes del siglo X, siguen explicando.

«El 1 de noviembre, los católicos celebran en la alegría la fiesta de Todos los Santos; al día siguiente, rezan de manera más general por todos los que han muerto», afirman.

De este modo, la Iglesia quiere dar a entender que «la muerte es una realidad que se puede y que hay que asumir, pues constituye el paso en el seguimiento de Cristo resucitado».

Esto explica las flores con que en estos días se adornan las tumbas, «signo de vida y de esperanza», concluyen los prelados. “Holywins” una propuesta creativa de la Diócesis de París.

En la cruzada de ser creativos para el 31 de octubre, víspera del Día de todos los Santos, www.holywins.org cuenta cómo se organizan en la Diócesis de París !

La iniciativa, bautizada con el nombre de «Holy wins» («la santidad gana») –juego de palabras contrapuesto a Halloween– ha sido lanzada por la arquidiócesis de París.

En el 2002, varios centenares de jovenes en la misión en las calles de París, más de 8000 personas al concierto del Place St-Sulpice, con una amplia cubierta en los medios.

para el 2003: Con el éxito de la primera edición, la gente joven va otra vez por las calles el 31 de octubre. ¿Su motivación? ” atestigüe su esperanza y a su fe en la Resurrección”.

(…) En una sociedad que tiende a eludir la cuestión de la muerte, la fiesta de Halloween tiene el mérito de interrogarnos sobre este tema, pero sólo hace referencia a los rituales morbosos y macabros. Por este motivo los jóvenes de de París quieren aprovechar el éxito de Halloween para testimoniar su fe y la esperanza cristiana ante la muerte en la vigilia de la fiesta de Todos los Santos (1 de noviembre) y de los Difuntos, de los que se hace memoria al día siguiente.

Parte de esta información es cortesía del Lic. Eduardo R. Cattaneo Editor Responsable de: ESCUELA VIRTUAL PARA PADRES Mendoza, Argentina (ecattaneo@fullzero.com.ar / ecattaneo@argentina.com)

30 octubre, 2012

San Germán de Capua




Oh, San Germán de Capua, vos,
sois el hijo del Dios de la vida
y su amado santo, que tuvisteis
la misión de a los bizantinos
convencer, para que fin pusiesen
al “cisma acaciano”, que duraba
ya treinta y cinco años, y, que,
con éxito culminó, firmándose la
famosa “Fórmula de Hormisdas”.
Vos, que nacisteis en cuna de oro,
os desprendisteis de todo y lo
disteis a los pobres, para luego
dedicaros a la oración y a la vida
espiritual. Más tarde, elegido
fuisteis obispo, por el clero y la
aclamación popular, dedicándoos
a la evangelización de vuestra
grey, en el conocimiento y el amor
de Cristo. Amigo de san Benito, de
san Sabino, y del papa san Juan I,
propiciasteis un clima de piedad
y de amor hacia los pobres. Amado
y querido en vuestro tiempo, por
propios y extraños, cuando vos,
entregasteis vuestra alma al Padre,
cuenta san Gregorio, que, hallándose
San Benito en el Monte Casino, vio
a los ángeles del Señor llevando
vuestra alma “a la eterna felicidad”.
Y, sí, hoy estáis en la plena gloria,
coronado con justicia de amor y luz;
Oh, San Germán de Capua, “vida”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Octubre
San Germán de Capua, obispo
†: c. 540 - país:Italia
Canonización:pre-congregación


En Capua, también en la Campania, san Germán, obispo, del que habla el papa san Gregorio I Magno en sus escritos.

El papa san Hormisdas envió a este santo prelado, con otros legados, ante el emperador Justino el año 519, con la misión de convencer a los bizantinos para que pusiesen fin al «cisma acaciano» que había durado ya treinta y cinco años. La embajada tuvo éxito, y se firmó la famosa «Fórmula de Hormisdas». Gregorio el Grande afirma, en base a la autoridad de «sus mayores», que mucho después de la muerte del diácono romano Pascacio, san Germán le vio todavía en el purgatorio, porque se había unido al cisma que organizó Lorenzo contra el papa san Símaco; Pascasio expiaba su culpa al prestar servicio a los que acudían a las fuentes de aguas termales, a las que san Germán tuvo que ir por motivos de salud. Pocos días después, Pascasio salió del purgatorio gracias a las oraciones de Germán. Este fue amigo personal de san Benito; san Gregorio cuenta que hallándose San Benito en Monte Casino, vio a los ángeles llevar a la felicidad eterna el alma de san Germán, cuya muerte ocurrió el año 540.

Una 'Vita' escrita a mediados del siglo IX nos informa algunos detalles más: Germán nació en Capua, hijo de Amancio y Juliana, familia prominente de la ciudad. A la muerte de su padre, Germán, heredero de una considerable fortuna, prefirió, con el consentimiento de la madre, desprenderse de todo y darlo a los pobres, para dedicarse a la oración y la vida espiritual. En el 519 muere el obispo de Capua, Alejandro, y Germán es elegido según la usanza de la época, es decir, por el clero y la aclamación popular, a lo que resistió un poco, para finalmente aceptar el nombramiento.

Además de ser amigo de san Benito, lo fue también de san Sabino, obispo de Canosa y del papa san Juan I. Inicialmente Germán fue sepultado en Capua la Vieja, en la iglesia de San Esteban, iglesia en la que el propio Germán había hecho colocar las reliquias del santo protomártir; esta iglesia había sido construida por Constantino el Grande, y allí Germán fue venerado por largo tiempo. Pero en el 866 el emperador Ludovico II pasó cerca de un año en Capua, y cuando se iba, llevó el cuerpo de san Germán, cuyas reliquias repartió en dos distintos lugares: en la ciudad de Cassino (al pie de Monte Cassino), que por crecer tanto el fervor a san Germán paso a llamarse ciudad de san Germán, hasta que recibió de nuevo su nombre original en el siglo XIX; y en Piacenza, en la iglesia de San Sixto, que al final fue la única ciudad donde se conservaron. Piacenza volvió a donar reliquias del santo a la ciudad de Cassino, de la que es especial patrono y muy venerado, pero tanto las representaciones artísticas del santo en Monte Cassino, como sus reliquias se perdieron en la incivilizada y cruel destrucción norteamericana de la abadía de Monte Cassino en 1944.

La primera parte del artículo proviene de Butler, los datos de la 'Vita' y el traslado de las reliquias, fueron traducidos y resumido para ETF a partir de un artículo de Antonio Borrelli en Santi e Beati. La imagen es de la estatua de San Germán realizada en 1483 para la iglesia de su título en la ciudad de Cassino. La «Vita» del siglo XI que menciona Borrelli puede verse en Acta Sanctorum, oct. XIII; debe notarse que la identificación entre este Germán y el legado del papa Hormisdas es probable, pero no del todo segura.

29 octubre, 2012

San Narciso de Jerusalén





Oh, San Narciso, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y, su amado
santo, que vivisteis la misma envidia
entronizada entre vuestra gente.
Formado fuiste en el cristianismo
Y bebisteis a cántaros del amor
de Cristo, por boca de gente que
había formado él mismo, en catequistas
convertidos o que, a los Apóstoles
escucharon. Y, permitió Dios
que os visitara la calumnia, hecha
clérigos de vuestro entorno, que
hambrientos de vuestro ejemplo
de vida, de vuestras reprensiones,
y de vuestro éxito, os acusaron de
cometido haber, un crimen atroz.
Vos, como el mismo Cristo, perdonasteis
a quienes os acusaron y en silencio
con dolor os marchasteis. Y, Dios,
os mostró su poder cuando, un
acusador vuestro, su infamia en
público confesó. Y, vos regresasteis
feliz, junto a vuestra grey, hasta
cuando Dios, os concedió la vida.
Y, cumplida vuestra tarea, voló,
vuestra alma al cielo para premiada
ser, con corona de luz y eternidad,
como premio, a vuestro amor y entrega;
oh, San Narciso, “amor , verdad y luz”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Octubre
San Narciso de Jerusalén
Obispo



La envidia es mala. Son temibles para los padres los “celos” que muestran algunos pequeños cuando viene al hogar un nuevo hermano. Llenan la casa de disensiones y discordias entre los niños, ante el cuidado normal que los padres dan a sus otros hermanos. Esta situación llega a ser, en ocasiones, mortificante para los padres cuando se dan en una casa. Lo bueno del asunto es que de ordinario pasa pronto, basta con adquirir un mayor grado de madurez natural. Lo malo del caso es no cuidar las pequeñas envidiejas y permitir que se asienten en el hombre tomando el cariz de pecado.

Narciso nació a finales del siglo I en Jerusalén y se formó en el cristianismo bebiendo en las mismas fuentes de la nueva religión. Debieron ser sus catequistas aquellos que el mismo Salvador había formado o los que escucharon a los Apóstoles.

Era ya presbítero modelo con Valente o con el Obispo Dulciano. Fue consagrado obispo, trigésimo de la sede de Jerusalén, en el 180, cuando era de avanzada edad, pero con el ánimo y dinamismo de un joven. En el año 195 asiste y preside el concilio de Cesarea para unificar con Roma el día de la celebración de la Pascua.

Permitió Dios que le visitara la calumnia. Tres de sus clérigos —también de la segunda o tercera generación de cristianos- no pudieron resistir el ejemplo de su vida, ni sus reprensiones, ni su éxito. Se conjuraron para acusarle, sin que sepamos el contenido, de un crimen atroz. ¡Parece fábula que esto pueda pasar entre cristianos!

Viene el perdón del santo a sus envidiosos difamadores y toma la decisión de abandonar el gobierno de la grey, viendo con humildad en el acontecimiento la mano de Dios. Secretamente se retira a un lugar desconocido en donde permanece ocho años.
Dios, que tiene toda la eternidad para premiar o castigar, algunas veces lo hace también en esta vida, como en el presente caso. Uno de los maldicientes hace penitencia y confiesa en público su infamia. Regresa Narciso de su autodestierro y permanece ya acompañando a sus fieles hasta bien pasados los cien años. En este último tramo de vida le ayuda Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, que le sucede.

El vicio capital de la envidia presenta un cuadro de tristeza permanente ante la contemplación de los bienes materiales o morales que otros poseen. En lo moral, es pecado porque la caridad es amar y, cuando se ama, hay alegría con los bienes del amado. Cuando hay envidia no hay amor, hay egoísmo, desorden, pecado.

El envidioso vive acongojado -casi sin vida- por el bien que advierte en el otro y que él anhela tener. En ocasiones extremas puede llegar a convertirse en una anomalía psíquica peligrosa ya que lleva a la ceguera y desesperación cuyas consecuencias van de la maledicencia al crimen, pasando por la calumnia y la traición: el envidioso se considera incapaz de alcanzar las cualidades ajenas; la estimación que los demás disfrutan es considerada como un robo del cariño que él merece; en la eficacia del trabajo ajeno, acompañado de éxito y merecidos triunfos, el envidioso ve intriga y apaño.

Ayer y hoy hubo y hay envidiosos. A los prójimos toca sufrir pacientemente las consecuencias. Sin olvidar que la envidia fue la causa humana que llevó al Señor al Calvario.

28 octubre, 2012

Santos Judas Tadeo y Simón





Oh, Judas Tadeo y Simón Santos;
vosotros, sois los hijos del Dios
de la vida, y sus lumbreras amadas
pues, llamados fuisteis por Cristo
Jesús, para ser de los Doce, y,
desde aquél momento, juntos
anduvisteis por doquiera el Espíritu
del Señor, os dirigiera, en vuestro
santo caminar. Tadeo: “valiente para
proclamar su fe”, y Simón: “Dios
ha oído mi súplica”. Juntos, honor
hicisteis, al significado de vuestros
nombres. Llano, Tadeo, a los ruegos
para empleo o casa conseguir y
Simón, igual de solícito. Qué alegría
haber servido al Dios vivo, como
lo habéis hecho, poniéndoos, vuestro
ser, íntegro al servicio del amor y
la verdad. Hoy, coronas de luz, lucís
como premio justo, a vuestra entrega
de amor, y, quiera Dios, que los hombres
de nuestro tiempo, hayan, que, os
imiten en vuestra fidelidad por siempre.
Santos, amigos y Apóstoles del Dios vivo;
oh, Santos, Simón y Judas Tadeo, “luces”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28 de Octubre
Santos Judas Tadeo y Simón
Apóstoles


Etimológicamente significa “honrado, alabanza”. Y Simón = “Dios le oye”. Vienen de la lengua hebrea.
Hoy se celebra en toda la Iglesia universal la fiesta de estos dos apóstoles del Evangelio.

Simón pertenecía al grupo formado en Israel. Se llamaban los “zelotes”. Su fin era trabajar duramente contra la invasión romana en su país. Sin embargo, la escucha de la palabra de Cristo fue para él el descubrimiento a la universalidad del amor de Dios.

Judas se ha convertido en un de los santos más populares por los favores que concede a la gente en lo concerniente a la búsqueda de trabajo.

Esta devoción la vivió ya en su vida la santa Brígida. Se puede leer en su libro “Las revelaciones” el profundo respeto y devoción por este apóstol del siglo I de nuestra era.

Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

27 octubre, 2012

Santa Teresa Eustoquio




Oh, Santa Teresa Eustoquio, vos,
sois la hija de Dios de la vida,
y su amada santa, y, aunque de 
alta alcurnia, recibisteis cálida
educación cristiana. Sensible
fuisteis a que, el Espíritu Santo,
fuera, quien os dirigiera vuestra
vida, pues ella, en Dios la centrabais
y, desde él, en las demás personas. 
Por un tiempo, la ausencia de Dios
sentisteis, pero, jamás vuestra
confianza perdisteis. Benedictina
monja, fundasteis la congregación 
de las “Hijas del Sagrado Corazón 
de Jesús”, dedicándoos a la obra 
educativa, con persuasión y respeto 
por la individualidad de cada uno.
Y, así, luego de gastar vuestra 
vida, vuestra alma, al cielo voló
para recibir corona de luz, como
justo premio, a vuestra entrega
de amor, fe, esperanza e intenso 
trabajo por Dios y por los demás,
oh, Santa Teresa Eustoquio, "luz".

© 2012 Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Octubre
Santa Teresa Eustoquio
Monja

Etimológicamente significa “bella y ardiente como el sol del verano” o “mujer amable y fuerte”. Viene de la lengua griega y alemana.

Cuando el creyente se pone en contacto con estos gigantes de la santidad, se queda alucinado. Ve que todos los males que pueden asolar a las personas tienen una terapia fenomenal con la práctica de la oración.
La chica Teresa tuvo la fortuna de tener unos padres que, aunque de fueran de la alta alcurnia, le dieron una educación muy cristiana

La educación primaria la hizo en casa teniendo como maestro a un canónigo amigo de la familia. Era abierta, inteligente y sensible a los valores de la fidelidad y de la gracia. Desde pequeña dejó que fuera el Espíritu Santo quien dirigiera los pasos de su existencia. Su afán se centraba en Dios solamente y, desde él, en los demás.

Sin embargo, le ocurrió como a la gran Teresa de Avila: tener la experiencia de la ausencia de Dios, aunque, aún sin sentirlo, jamás perdió su confianza.

Se metió a monja benedictina. Después de algunos años tuvo la inspiración divina de fundar una nueva congregación llamada las “Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”.

Le tocó vivir en tiempo difíciles por las revueltas políticas y sociales. A nivel eclesial, el jansenismo crecía mucho. Por eso, en la mitad del siglo XIX nacieron varias congregaciones con el nombre de esta fundación. Eran los años de la gran expansión de la devoción al Corazón de Jesús, al amor.

Se dedica esta congregación a la obra educativa, fruto de la persuasión y el respeto a la individualidad de cada uno.

Después de una vida de intenso trabajo por Dios y por los demás, murió el año 1852. Juan Pablo II la canonizo el diez de junio del 2001.

Esta fecha se celebra también a San Gustavo


26 octubre, 2012

San Evaristo




Oh, San Evaristo, vos, sois
el hijo del Dios de la vida
y, su amado santo, que, por 
los fieles amado, y de celo 
lleno, elevasteis el nivel 
de los cristianos, por completo
entregándoos al servicio de
Jesucristo. Conocíais las
Sagradas Escrituras, y además,
predicador extraordinario y,
servidor humilde, tomasteis 
sobre vuestros hombros la 
tarea de la evangelización,
nombrado siendo Papa de la 
Iglesia. Las necesidades de 
vuestro rebaño atendíais, con
presteza y defendisteis la 
fe verdadera, contra los 
errores gnósticos. Dictasteis
normas, sobre la consagración 
y trabajo pastoral de los 
Obispos y de los diáconos. 
Ordenasteis que los matrimonios
se celebrasen de pública 
manera y Os, ocupabais de la 
vida de los fieles, distribuidos
de territorial manera, para 
atenderlos y gobernarlos,
escribiendo cartas a los fieles 
de África y de Egipto. Vuestra
alma voló al cielo, hecha mártir, 
y por vuestro amor, coronado
fuisteis con corona de luz eterna;
oh, San Evaristo, "mártir y luz".

© 2012 Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Octubre
San Evaristo
5to Papa y Mártir

Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.

No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.

Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.

Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto.

Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.

La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero está perseguida por las leyes; es silenciosa y fuerte en la fe, oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado latente, desplegando poco a poco su potencialidad al soplo del Espíritu.

También hoy se celebra a San Darío.

25 octubre, 2012

San Gaudencio de Brescia




Oh, San Gaudencio, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su
amado santo, que, intercedisteis
por San Crisóstomo, durante
la persecución de los cristianos
en Constantinopla. A vos, os
recuerdan las gentes de vuestro
tiempo, porque ocupáis en la
historia de la antigua literatura
cristiana, un lugar especial, por
vuestras incontables obras. Obras
que hablan por sí mismas de
vuestro amor a Cristo, Dios y
Señor Nuestro, en vuestras tareas
de evangelización y conversión.
Os gustaba escribir sermones
y homilías, basados en el libro
de la vida, con estilo, elegante,
fácil y ameno. También, sobre
Filastro, su vida y escritos, que
Titulasteis “Liber de vita sancti
Philatrii” y que gracias a vos
conocemos hoy día. Vuestra
alma, al cielo voló, y premiada
fue, con corona de luz eterna;
oh, San Gaudencio, “luz y fe”.


© 2012 Luis Ernesto Chacón Delgado

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25 de Octubre
San Gaudencio de Brescia
Obispo



San Gaudencio vivió a finales del siglo IV o principios del siglo V ignorándose su patria, la fecha de su nacimiento y aún la historia de sus primeros años. Pero se sabe que después de la muerte del obispo Filastro, ocurrida en el año 387, fue elegido obispo de Brescia y que aunque al principio no quiso aceptar el nombramiento, se vio obligado a ello por el afecto del pueblo y las repetidas instancias de los obispos de la provincia entre los cuales figuraba San Ambrosio.

San Gaudencio mantuvo una gran amistad con el obispo de Milán y fue uno de los latinos enviados a Constantinopla en los años 404 y 405 para interceder a favor de San Crisóstomo durante la persecución.

En la historia de la antigua literatura cristiana ocupa un distinguido lugar San Gaudencio por muchas obras que de él se conservan. Se le deben principalmente las noticias que nos quedan de Filastro, consignadas en un discurso suyo sobre la vida y escritos de este prelado y que suele también titularse Liber de vita sancti Philatrii.

Se conservan también diez sermones y algunas homilías sobre diferentes pasajes de la Biblia entre otras, las que pronunció el día de su consagración, muy interesante para la historia de su vida.

Dupín dice de él en su Nouvelle bibliothèque que su estilo es sencillo pero descuidado, sus alegorías violentas, sus sermones secos, estilo muy poco atractivo y superficial. Pero en cambio, Pablo Galearti afirma que su estilo, aunque sencillo, es elegante, fácil y ameno.


24 octubre, 2012

San Antonio María Claret



Oh, San Antonio María Claret; vos,
sois el hijo del Dios de la vida, y
su amado santo, que agotasteis
vuestra vida, porque os disteis a
vuestro prójimo, dándoos de entera
forma y predicando de vívidamente.
Impresas de por miles, sencillas
hojas religiosas y libros, de vos
hicieron y de vuestro apostolado
inolvidable. Y, más, cuando vuestra
santa orden, la cual vos mismo
fundasteis, la de “los Claretianos”
y “las Claretianas”, cubrieron el
el orbe de la tierra, para difundir
el evangelio de Cristo, Dios y Señor
Nuestro. Saben de vos, todos aquellos
lugares y sus gentes, porque allí,
regalasteis medallas, rosarios, hojas
y libros religiosos, al daros cuenta
de que, para mantener viva la fe
del pueblo, se necesitaban y se
necesitan sacerdotes santos, que,
por los campos y ciudades vayan
enseñando, predicando y lecturas
propagando que animen a engrosar
la grey del Señor. Hoy, nada mejor
que imitaros no sólo en la palabra,
sino, también en la acción, para brillar
luego, con corona de luz, como vos,
como premio a vuestro amor a Dios;
oh, San Antonio María Claret, “luz”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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24 de octubre
San Antonio María Claret
Fundador


Sus primeros años. San Antonio María Claret nace el 23 de diciembre del 1807 en el pueblo de Sallent, a 51 kilómetros de Barcelona. Para los que no tienen ni idea de esta población, diremos que es una villa trabajadora de unos 2.000 habitantes, esencialmente textil, donde precisamente el padre de Antonio tenía una pequeña fábrica de tejidos. La infancia de “Tonet”, conocido así popularmente por sus amigos, transcurre durante la llamada “Guerra del francés” (1808-1814). Se explica que ante el temor de la llegada de los franceses, el pueblo de Sallent se refugió en las montañas. El abuelo de Antonio, a causa de su estado de salud, no podía seguir aquella fila de vecinos que subían al monte, pero Antonio volvió hacia atrás para acompañar en todo momento a su abuelo. ordenación sacerdotal. Fue luego nombrado vicepárroco y pronto empezó el pueblo a conocer cuál era la cualidad principal que Dios le había dado: era un predicador impresionante, de una eficacia arrolladora. De todas partes lo llamaban a predicar misiones populares, predicando hasta diez sermones en un día. Viajaba siempre a pie y sin dinero.

Durante 15 años predicó incansablemente por el norte de España, y difícilmente otro predicador del siglo pasado logró obtener triunfos tan grandes como los del padre Claret al predicar. En su vida predicó más de 10,000 sermones. Lo que hizo San Juan Bosco en Italia en ese tiempo a favor de las buenas lecturas, lo hizo San Antonio Claret en España. Él se dio cuenta de que una buena lectura puede hacer mayor bien que un sermón y se propuso emplear todo el dinero que conseguía en difundir buenos libros. Mandaba imprimir y regalaba hojas religiosas, por centenares de miles. Ayudó a fundar la Librería religiosa de Barcelona y fue el que más difundió los libros de esa librería. Él mismo redactó más de 200 libros y folletos sencillos para el pueblo, que tuvieron centenares de ediciones. Los regalaba donde quiera que llegaba. En todas partes reglaba medallas, rosarios, hojas y libros religiosos.

La ciudad de La Habana llevaba 14 años sin arzobispo porque eran tiempos de persecuciones contra la Iglesia Católica. Finalmente, a la Reina de España le pareció que el sacerdote mejor preparado para ese cargo era el Padre Claret. Le escribió la Reina al Sumo Pontífice y este lo nombró Arzobispo de La Habana. Él se negaba a aceptar el cargo porque le parecía que no era digno, pero sus amigos sacerdotes le dijeron que en conciencia tenía que aceptarlo porque esa era la voluntad de Dios. Y desde 1889, por espacio de siete años, fue un dulcísimo y extraordinario pastor de la Iglesia en La Habana, y toda Cuba.

En Cuba administró el sacramento de la confirmación a 300,000 cristianos y arregló 30,000 matrimonios. Logró formar con los sacerdotes una verdadera familia de hermanos donde todos se sentían bien atendidos y estimados en la casa del Arzobispo.

En 1857 fue llamado a España como capellán de la reina Isabel. En 1849 al darse cuenta de que para mantener viva la fe del pueblo se necesitan sacerdotes entusiastas que vayan por campos y ciudades predicando y propagando buenas lecturas, se reunió con cinco compañeros y fundó la Comunidad de Misioneros del Corazón de María, que hoy se llaman Claretianos. Actualmente son 3,000 en 385 casas en el mundo. Fundó también las Hermanas Claretianas que son 650 en 69 casas. Estas comunidades han hecho inmenso bien con su apostolado en muchos países.

Asistió al Concilio Vaticano en Roma en 1870. En el mismo, pronunció un memorable discurso que fué muy bien recibido, comentado y elogiado. En Francia, los monjes cistercienses del monasterio de Fuente Fría le hospedaron, y allí, después de haber escrito por orden del superior de su comunidad su autobiografía, enfermó. Falleció el 24 de octubre de 1879. Tenía apenas 63 años. Después de su muerte, se le han atribuído numerosos milagros.


23 octubre, 2012

San Juan de Capistrano



Oh, San Juan de Capistrano; vos, sois
el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, que, el don de la predicación,
llevasteis a su más alta cumbre, entre
los pecadores de vuestro tiempo, y,
más aún, cuando, de manera solícita,
la Cruz de Cristo, empuñasteis, y hecha
bandera, arengasteis a los soldados
en defensa de nuestra santa religión y,
con vuestra palabra lograsteis la ayuda
del Dios Altísimo, convertida toda en
gran victoria. Los campos de batalla
y más, los de la vida, saben de vuestro
portento y obra gigante, tanto que, os
recuerdan como las palabras de Juan
el Bautista, quien había dicho: “Raza
de víboras: tienen que producir frutos
de conversión. Porque ya está el hacha
de la justicia divina junto a la vida de
cada uno, y árbol que no produce frutos
de obras buenas será cortado y echado
al fuego”. Pocas horas dormíais, y vestíais
trajes pobres. Comíais poco, padecíais
de artritis y dolores estómago, que
os hacían retorceros, pero vos, siempre
alegre estabais. En suma, vuestro cuerpo
débil era, pero, vuestro espíritu fuerte.
Vuestras armas, la oración, la penitencia
y vuestra predicación. Ahora, corona de
luz lucís, como premio a vuestra entrega
y sacrificio de vida, amor, fe y lealtad;
oh, San Juan de Capistrano, “predicación”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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23 de Octubre
San Juan de Capistrano
Religioso y predicador
Año 1456



Gran apóstol: alcánzanos de Dios entusiasmo y valor para defender siempre nuestra amada religión católica. Orad y trabajad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien (S. Biblia. Jeremías 29).

Es este uno de los predicadores más famosos que ha tenido la Iglesia Católica. Nació en un pueblecito llamado Capistrano, en la región montañosa de Italia, en 1386. Fue un estudiante sumamente consagrado a sus deberes y llegó a ser abogado y juez, y gobernador de Perugia. Pero en una guerra contra otra ciudad cayó prisionero, y en la cárcel se puso a meditar y se dio cuenta de que en vez de dedicarse a conseguir dinero, honores y dignidades en el mundo, era mejor dedicarse a conseguir la santidad y la salvación en una comunidad de religiosos, y entró de franciscano.

Como era muy vanidoso y le gustaba mucho aparecer, dispuso vencer su orgullo recorriendo la ciudad cabalgando en un pobre burro, pero montado al revés, mirando hacia atrás, y con un sombrero de papel en el cual había escrito en grandes letras: “Soy un miserable pecador”. La gente le silbó y le lanzaron piedras y basura. Así llegó hasta el convento de los franciscanos a pedir que lo recibieran de religioso.

El Padre maestro de novicios dispuso ponerle pruebas muy duras para ver si en verdad este hombre de 30 años era capaz de ser religioso humilde y sacrificado. Lo humillaba sin compasión y lo dedicaba a los oficios más cansones y humildes, pero Juan en vez de disgustarse le conservó una profunda gratitud por toda su vida, pues le supo formar un verdadero carácter, y lo preparó para enfrentarse valientemente a las dificultades de la vida. Él recordaba muy bien aquellas palabras de Jesús: “Si el grano de trigo no cae en tierra y no muere, se queda sin producir fruto, pero si muere producirá mucho fruto”(Jn. 12,24).

A los 33 años fue ordenado de sacerdote y luego, durante 40 años recorrió toda Europa predicando con enormes éxitos espirituales. Tuvo por maestro de predicación y por guía espiritual al gran San Bernardino de Siena, y formando grupos de seis y ocho religiosos se distribuyeron primero por toda Italia, y después por los demás países de Europa predicando la conversión y la penitencia.

Juan tenía que predicar en los campos y en las plazas porque el gentío tan enorme no cabía en las iglesias. Su presencia de predicador era impresionante. Flaco, pálido, penitente, con voz sonora y penetrante; un semblante luminoso, y unos ojos brillantes que parecían traspasar el alma, conmovía hasta a los más indiferentes. La gente lo llamaba “El padre piadoso”, “el santo predicador”. Vibraba en la predicación de las verdades eternas. La gente al verlo y oírlo recordaba la figura austera de San Juan Bautista predicando conversión en las orillas del río Jordán. Y les repetía las palabras del Bautista: “Raza de víboras: tienen que producir frutos de conversión. Porque ya está el hacha de la justicia divina junto a la vida de cada uno, y árbol que no produce frutos de obras buenas será cortado y echado al fuego” (Lc. 3,7).

Muchos pedían a gritos la confesión, prometiendo cambiar de vida y estallaban en llanto de arrepentimiento. Las gentes traían sus objetos e superstición y los libros de brujería y otros juegos y los quemaban en públicas hogueras en la mitad de las plazas. Muchos jóvenes al oírlo predicar se proponían irse de religiosos. En Alemania consiguió 120 jóvenes para las comunidades religiosas y en Polonia 130.
Sus sermones eran de dos y tres horas, pero a los oyentes se les pasaba el tiempo sin darse cuenta. Atacaba sin miedo a los vicios y malas costumbres, y muchísimos, después de escucharle, dejaban sus malas amistades y las borracheras. Después de predicar se iba a visitar enfermos, y con sus oraciones y su bendición sacerdotal obtenía innumerables curaciones.

Juan convertía pecadores no sólo por su predicación tan elocuente y fuerte, sino por su gran espíritu de penitencia. Dormía pocas horas cada noche. Vestía siempre trajes sumamente pobres. Comía muy poco, y siempre alimentos burdos y nunca comidas finas ni especiales. Una artritis muy dolorosa lo hacía cojear y dolores muy fuertes de estómago lo hacían retorcerse, pero su rostro era siempre alegre y jovial. En su cuerpo era débil pero en su espíritu era un gigante.

Después de muerto reunieron los apuntes de los estudios que hizo para preparar sus sermones y suman 17 gruesos volúmenes. La Comunidad Franciscana lo eligió por dos veces como Vicario General, y aprovechó este altísimo cargo para tratar de reformar la vida religiosa de los franciscanos, llegando a conseguir que en toda Europa esta Orden religiosa llegara a un gran fervor.

Muchos se le oponían a sus ideas de reformar y de volver más fervorosos a los religiosos. Y lo que más lo hacía sufrir era que la oposición venía de sus mismos colegas en el apostolado. Se cumplía en él lo que dice el Salmo: “Aquél que comía conmigo el pan en la misma mesa, se ha declarado en contra de mí”. Pero esas incomprensiones le sirvieron para no dedicarse a buscar las alabanzas de las gentes, sino las felicitaciones de Dios. Él repetía la frase de San Pablo: “Si lo que busco es agradar a la gente, ya no seré siervo de Cristo”.

Juan tenía unas dotes nada comunes para la diplomacia. Era sabio, era prudente, y medía muy bien sus juicios y sus palabras. Había sido juez y gobernador y sabía tratar muy bien a las personas. Por eso cuatro Pontífices (Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III) lo emplearon como embajador en muchas y muy delicadas misiones diplomáticas y con muy buenos resultados. Tres veces le ofrecieron los Sumos Pontífices nombrarlo obispo de importantes ciudades, pero prefirió seguir siendo humilde predicador, pobre y sin títulos honoríficos.

40 años llevaba Juan predicando de ciudad en ciudad y de nación en nación, con enormes frutos espirituales, cuando a la edad de 70 años lo llamó Dios a que le colaborara en la liberación de sus católicos en Hungría. Y fue de la siguiente manera. En 1453 los turcos musulmanes se habían apoderado de Constantinopla, y se propusieron invadir a Europa para acabar con el cristianismo. Y se dirigieron a Hungría.
Las noticias que llegaban de Serbia, nación invadida por los turcos, eran impresionantes. Crueldades salvajes contra los que no quisieran renegar de la fe en Cristo, y destrucción de todo lo que fuera cristiano católico. Entonces Juan se fue a Hungría y recorrió toda la nación predicando al pueblo, incitándolo a salir entusiasta en defensa de su santa religión. Las multitudes respondieron a su llamado, y pronto se formó un buen ejército de creyentes.

Los musulmanes llegaron cerca de Belgrado con 200 cañones, una gran flota de barcos de guerra por el río Danubio, y 50,000 terribles jenízaros de a caballo, armados hasta los dientes. Los jefes católicos pensaron en retirarse porque eran muy inferiores en número. Pero fue aquí cuando intervino Juan de Capistrano. El gran misionero salvó a la ciudad de Bucarest de tres modos:

El primero, convenciendo al jefe católico Hunyades a que atacara la flota turca que era mucho más numerosa. Atacaron y salieron vencedores los católicos.

El segundo, fue cuando ya los católicos estaban dispuestos a abandonar la fortaleza de la ciudad y salir huyendo. Entonces Juan se dedicó a animarlos, llevando en sus manos una bandera con una cruz y gritando sin cesar: Jesús, Jesús, Jesús. Los combatientes cristianos se llenaron de valor y resistieron heroicamente.

Y el tercer modo, fue cuando ya Hunyades y sus generales estaban dispuestos a abandonar la ciudad, juzgando la situación insostenible, ante la tremenda desproporción entre las fuerzas católicas y las enemigas, Juan recorrió todos los batallones gritando entusiasmado: “Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión”. Entonces los católicos dieron el asalto final y derrotaron totalmente a los enemigos que tuvieron que abandonar aquella región.

Jamás empleó armas materiales. Sus armas eran la oración, la penitencia y la fuerza irresistible de su predicación. Las gentes decían que aquellos cuarteles de guerreros más parecían casas de religiosos que campamentos militares, porque allí se rezaba y se vivía una vida llena de virtudes. Todos los capellanes celebraban cada día la santa misa y predicaban. Muchísimos soldados se confesaban y comulgaban. Y los militares repetían en sus batallones: “Tenemos un capellán santo. Hay que portarse de manera digna de este gran sacerdote que nos dirige. Si nos portamos mal no vamos a conseguir victorias sino derrotas”. Y los oficiales afirmaban: “Este padrecito tiene más autoridad sobre nuestros soldados, que el mismo jefe de la nación”.

Mientras los católicos luchaban con las armas en Hungría, el Sumo Pontífice hacía rezar en todo el mundo el Angelus (o tres Avemarías diarias) por los guerreros católicos y la Sma. Virgen consiguió de su Hijo una gran victoria. Con razón en Budapest le levantaron una gran estatua a San Juan de Capistrano, porque salvó la ciudad de caer en manos de los más crueles enemigos de nuestra santa religión.

Y sucedió que la cantidad de muertos en aquella descomunal batalla fue tan grande, que los cadáveres dispersados por los campos llenaron el aire de putrefacción y se desató una furiosa epidemia de tifo. San Juan de Capistrano había ofrecido a Dios su vida con tal de conseguir la victoria contra los enemigos del catolicismo, y Dios le aceptó su oferta. El santo se contagió de tifo, y como estaba tan débil a causa de tantos trabajos y de tantas penitencias, murió el 23 de octubre de 1456.

22 octubre, 2012

Beato Timoteo Giaccardo






Oh, Beato Timoteo Giaccardo, vos,
sois el hijo del Dios de la vida y, su
amado santo, que, a vuestros discípulos 
de la Pía Sociedad de San Pablo, para 
anunciar el Evangelio instruisteis, a  
través de los Medios de Comunicación 
Social. Os llamaban el "Señor Maestro”.
Y, con ese nombre os quedasteis hasta 
el final de vuestra vida. Vos, fuisteis el
primer sacerdote paulino y su primer 
Vicario General de la Sociedad de San 
Pablo. "Yo, en la Congregación, no 
tuve la misión de lanzar nuevas iniciativas,
sino de educar, plantar, integrar nuestra 
Sociedad de San Pablo en la Iglesia de 
Roma, sobre la roca de san Pedro, sobre 
la apostolicidad de san Pablo; y he 
comprobado la paciencia de Dios en 
asistirme para llevar a cabo este ministerio”. 
Vos, en vuestro diario así, dejasteis
constancia, y, como hijo espiritual,
transmitisteis y profundizasteis la herencia 
alberoniana, sin que, jamás, nunca el 
cansancio y la fatiga os doblegara. 
"Me parece ver claro que se define cada 
vez más este segundo ministerio: conservar,
interpretar, hacer penetrar y fluir el espíritu 
y las directrices del Primer Maestro; 
y yo acepto con espíritu de humildad este 
ministerio, con ánimo dócil, afectuoso, 
sincero”. Fuisteis, amado, escuchado, 
seguido, venerado dentro y fuera y además
el maestro que a todos precedía con el 
ejemplo, que enseñaba de todo, que 
aconsejaba a todos, que lo construía
todo con su oración iluminada y ferviente. 
Así erais vos, y os volcasteis a sí mismo, 
en cada corazón de Sacerdotes, discípulos, 
Hijas de San Pablo, Pías Discípulas, 
Pastorcitas; y de cuantos os conocieron 
en vuestra relaciones espirituales, sociales 
y económicas. También, vos, fuisteis el 
primer sacerdote que escribisteis y publicasteis 
un libro, con el título de “María Reina
de los Apóstoles”, dedicado a la Patrona 
de la Familia Paulina. Vuestra alma voló
al cielo, donde os coronaron con justicia, 
con corona de luz, por vuestro amor a Cristo;
oh, Beato Timoteo Giaccardo, "fe y luz".

© 2012 Luis Ernesto Chacón Delgado
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22 de Octubre
Beato Timoteo Giaccardo
Sacerdote



Martirologio Romano: En Roma, beato Timoteo (José) Giaccardo, presbítero, que instruyó a muchos discípulos en la Pía Sociedad de San Pablo, para anunciar el Evangelio por medio de los instrumentos de comunicación social (1948).

Fecha de beatificación: 22 de octubre de 1989 por el Papa Juan Pablo II. Nació en Narzole (Cuneo-Italia) el 13 de junio de 1896. Fue bautizado el mismo día, con los nombres de José y Domingo. Jovencito aún, se encontró con el P. Santiago Alberione, quien lo encaminó hacia el seminario diocesano de Alba.

La amistad con el P. Alberione lo hizo sensible a las nuevas necesidades de los tiempos y se abrió a los nuevos medios pastorales de evangelización. En consecuencia, con el consentimiento de su obispo, en el 1917, con 21 años, pasó del seminario diocesano a la naciente Sociedad de San Pablo, siendo encargado por el P. Alberione como maestro de los primeros aspirantes a paulinos. Lo llamaban el Señor Maestro, y con ese nombre se quedó.

Las condiciones históricas eran tales que parecía irrealizable se concediera el sacerdocio ministerial a los jóvenes del P. Alberione. La mayoría del clero diocesano veía posible que fueran ordenados los primeros paulinos, llamados por broma “los curas del mono y de la campera”. El mismo clérigo Giaccardo, del seminario diocesano, al presentarse al obispo para pedirle poder integrarse en la Sociedad de San Pablo, escuchó la seca pregunta: “¿Estás dispuesto a renunciar a tu hábito clerical y al sacerdocio?”. Con dolor en el corazón, pero sin titubear, aceptó esas condiciones, y las ofreció a Dios por medio de María con tal de seguir la vocación paulina que él sentía clarísima.

El P. Alberione, firme en su fe y confianza, espera en silencio y en oración que Dios hiciera resonar la hora de la aprobación canónica de la Congregación y de la ordenación sacerdotal para sus jóvenes, llamados al ministerio de la predicación mediante la palabra escrita. Y así, ante la sorpresa y el estupor de todos, pudo ver a su clérigo Giaccardo ordenado sacerdote, en 1919, por su mismo obispo, quien anteriormente le había pedido la renuncia al hábito y al sacerdocio si quería ser paulino. Y además, su ordenación se adelantó a la edad canónicamente requerida, mediante la oportuna dispensa, debido también a una imprevista circuístancia: para que su madre, enferma de gravedad, lo viera ordenado sacerdote antes de morir.

Fue el primer sacerdote paulino y el primer Vicario General de la Sociedad de San Pablo. Su vida es un ejemplo actual de cómo se puede conciliar la más alta perfección con la más intensa actividad apostólica. “Modelo para todos los sacerdotes paulinos”, como declaró el Fundador.

Él fue para el Beato Alberione como el “hijo de la promesa”, a semejanza de Isaac para Abrahán. En él podía el Fundador ver su descendencia y reconocer la primera realización de la promesa. Con la ordenación de Giaccardo la Familia Paulina se injertaba en la Iglesia mediante el sacerdocio apostólico, en sintonía con el mandato de Jesús: “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos míos en todas las naciones”.

La ordenación sacerdotal del P. Giaccardo marcó una fecha histórica para la Familia Paulina por otra razón: él era el primer sacerdote paulino ordenado expresamente para un ministerio nuevo en la Iglesia. Así la predicación realizada con los medios de comunicación social quedaba implícitamente considerada como verdadera evangelización. Lo que el Concilio Vaticano II sancionaría medio siglo más tarde en el decreto “Inter mirifica”, era ya anunciado en la ordenación sacerdotal del P. Giaccardo.

El padre Santiago Alberione vio en este hecho una clara respuesta de Dios a su fe en la propia vocación y misión. Comprendió que sería la vocación y misión de una gran Familia fundada sobre el sacerdocio de Cristo, en la línea del Magisterio de la Iglesia y del ministerio apostólico; Familia heredera de la gracia y del apostolado de san Pablo; enviada para anunciar el Evangelio de Cristo a todos los hombres a través de los nuevos medios de comunicación social.

Por otra parte, el P. Giaccardo representa el anillo de enganche entre el Fundador y las nuevas comunidades nacidas de la comunidad madre de Alba: él fue el primero que guió la migración de los dos grupos, masculino y femenino que dieron origen a las comunidades romanas. En enero de 1926, teniendo en cuenta su gran amor al Papa, el Fundador lo envió a Roma para abrir y poner en marcha la primera casa filial de la Congregación.

El Fundador le había dicho: “Te mando a Roma en gracia de tu amor a san Pablo y por tu fidelidad al Papa. Estoy convencido de que al Divino Maestro le agradará tener en Roma, junto a su Vicario que representa el Evangelio “hablado”, también una voz que representa el Evangelio “impreso”. Dicho por inciso: “La Voz” era el título del primer periódico editado por los paulinos en Roma, y que les había cedido la Diócesis.

El beato Giaccardo escribió más tarde en su diario: “Yo, en la Congregación, no tuve la misión de lanzar nuevas iniciativas, sino de educar, plantar, integrar nuestra Sociedad de San Pablo en la Iglesia de Roma, sobre la roca de san Pedro, sobre la apostolicidad de san Pablo; y he comprobado la paciencia de Dios en asistirme para llevar a cabo este ministerio”.

Podemos afirmar así que, mediante el P. Giaccardo, la Familia Paulina se enraíza, incluso visiblemente y localmente, en la herencia de los apóstoles, representada por la sede de Roma.

Como el beato Santiago Alberione fue el “padre” que, en la luz de su misión especial, dio vida a las varias ramas de la Familia Paulina, el beato Timoteo Giaccardo, su primer hijo espiritual, transmitió y profundizó la herencia alberoniana. Sin reflejar nunca el cansancio ni calcular la fatiga, sin concederse un día de vacaciones, compartió durante treinta años con el padre Alberione la solicitud por cada una de las Congregaciones paulinas, en sus difíciles comienzos y en su desarrollo, como “llevándo-las en brazos”.

El padre Giaccardo tuvo plena conciencia de esta su segunda misión. Escribía en su diario: “Me parece ver claro que se define cada vez más este segundo ministerio: conservar, interpretar, hacer penetrar y fluir el espíritu y las directrices del Primer Maestro; y yo acepto con espíritu de humildad este ministerio, con ánimo dócil, afectuoso, sincero”.

El P. Alberione confirmó: “Yo no tengo a ningún otro que comparta tan acertadamente mis sentimientos y mi ánimo; ninguno que tenga cuidado de ustedes con más sincera dedicación”.

Mas tenemos otro testimonio de interés capital, manifestado por el mismo Fundador después de la muerte del padre Giaccardo:

“Desde el 1909 y el 1914, cuando la divina Providencia preparaba la Familia Paulina, él tuvo una clara intuición, aun sin comprenderla del todo. Las luces que recibía de la Eucaristía…, su ferviente devoción mariana, la meditación de los documentos pontificios, le daban luz sobre todas las necesidades de la Iglesia y sobre los modernos medios para hacer el bien.

“Entró en 1917 (todavía clérigo) como maestro de los primeros aspirantes… y le llamaban y se quedó para siempre con el nombre de “Señor Maestro”: amado, escuchado, seguido, venerado dentro y fuera. Fue el maestro que a todos precedía con el ejemplo, que enseñaba de todo, que aconsejaba a todos, que lo construía todo con su oración iluminada y ferviente… Se puede decir que escribió en cada conciencia y se volcó a sí mismo en cada corazón de Sacerdotes, Discípulos, Hijas de San Pablo, Pías Discípulas, Pastorcitas; y de cuantos lo trataron en relaciones espirituales, sociales, económicas…

“Desde el día en que lo conocí y le señalé el Sagrario como luz, fortaleza, salvación, su vida fue una continua y cotidiana ascensión… Él prefería decir con san Pablo: “Hasta la plenitud de la edad de Cristo”.
“Era maestro de oración. ¡Sabía hablar con Dios! Vivía de piedad eucarística, de piedad mariana, de piedad litúrgica; de amor a la Iglesia y al Papa…

Fue maestro de apostolado. Lo sentía, lo amaba, lo desarrollaba… Era un comunicador de energía, un sostén para los débiles, luz y sal en el sentido evangélico. El Primer Maestro le debe una inmensa gratitud, y con él todos, pues todos se veían amados por él… Yo me fiaba de él más que de mí mismo; y estoy contento por habérselo demostrado…”.

Como confirmación de este testimonio del beato Alberione (Primer Maestro), reportamos algunas expresiones textuales del mismo beato Giaccardo sobre el sentido de la misión paulina:
El Divino Maestro debe reinar sobre todo, debe ser dado “todo” a todos… mediante el Apostolado de las Ediciones. El Apostolado de las Ediciones debe iluminar todos los apostolados, sostenerlos todos, vivificarlos todos, abarcarlos todos, ejercerlos todos con sus apóstoles. Y éstos deben ser la gloria de Cristo, Divino Maestro”.

“En servicio de Cristo Eucaristía, se busca y se elige lo mejor… Así, al servicio de Cristo hecho “Palabra”, debemos reservarle cuanto de mejor producen los hombres: el nuestro es un verdadero Ministerio sagrado”.
El beato Giaccardo, después del Fundador, fue el primer sacerdote que escribió y publicó un libro, en 1928, con el título “María Reina de los Apóstoles”, que es la Patrona de la Familia Paulina.

Fue el primer sacerdote paulino y el primer Vicario de la Congregación Sociedad de San Pablo. En 1936 regresó de Roma a Alba como superior de la Casa Madre. Colaborador fidelísimo del P. Alberione, se prodigó sin descanso por las Congregaciones Paulinas que iban naciendo, y que él llevó en sus brazos, conduciéndolas a una profunda vida interior y a los respectivos apostolados modernos.

Ya en edad madura, ofreció su vida por la continuidad de su propia Congregación y para que fuera reconocida en la Iglesia la nueva Congregación paulina de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Y el Señor aceptó su ofrenda.

Pasó a la Casa del Padre el 24 de enero de 1948, víspera de la fiesta de la Conversión de San Pablo. Sus restos mortales yacen en la cripta del Santuario de la Reina de los Apóstoles, Roma (los del beato Santiago Alberione, en la subcripta). Santuario que mandó construir el Fundador en el mismo solar donde el Beato Giaccardo había fundado la primera casa paulina fuera de Alba.

ORACIÓN

Jesús Maestro,
camino, verdad y vida,
te doy gracias y bendigo tu corazón
por el gran regalo del evangelio
y por haber llamado al beato Timoteo Giaccardo
a predicarla en todo el mundo
con los medios de comunicación social.
Por intercesión de tu siervo fiel,
haz que todos lo acojan, lo lean y lo escuchen con fe viva,
según el espíritu de la Iglesia,
y que todos los fieles,
siguiendo el ejemplo del beato Timoteo,
lo difundan con el mismo amor con que tú, Señor, lo predicaste.
Jesús,
Maestro bueno,
glorifica en tu Iglesia a este sacerdote,
que gastó su vida por tu gloria
y por la salvación de los hombres,
y por su intercesión,
concédeme la gracia que ahora te pido…
Jesús Maestro.
camino, verdad y vida.
ten piedad de nosotros.
Gloria al Padre.