Oh, San Bonifacio, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, y que,
sacerdote ordenado, con dos
compañeros, os encaminasteis
por el mundo de vuestro tiempo
para diseminar las palabras de
vida eterna, para alegría del Dios
de la vida. “Soldado de Cristo,
te llamarás Bonifacio”, os dijo
el Santo Padre. Y, así, las tribus
de bárbaros, convertidas fueron.
Monasterios y conventos fundasteis
y presidisteis un concilio y sínodos.
Y, mano echasteis a santas y
emprendedoras mujeres que os
apoyaron en vuestra santa obra.
Y, vuestra obra, trascendió las
fronteras, y el maligno, viendo
vuestros logros, planeó vuestra
muerte. “Dios salvará nuestras
almas”, gritasteis vos. Y, así,
vuestra santa y virtuosa vida
entregasteis a quien os la dio:
Dios Padre Todopoderoso. Y, Él,
os coronó con corona de luz,
como justo premio a vuestro amor.
Apóstol de Alemania, y Patriarca
de todos los católicos alemanes;
oh, San Bonifacio, "bienhechor".
© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de Junio
San Bonifacio
Apóstol de Alemania
Bonifacio nació hacia el año 680, en el
territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado
sacerdote, en el año 716 con dos compañeros se encaminó a Turingia; pero aún no
era la hora de su apostolado. Regresó a su monasterio y en el año 718 viajó a
Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el
continente. El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de
otorgarle la bendición, le dijo: “Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio”.
Este nombre significa “bienhechor”.
En 719 se dirigió a Frislandia. Allí estuvo
tres años; luego se marchó a Hesse, convirtiendo a gran número de bárbaros. En
Amoneburg, a orillas del río Olm, fundó el primer monasterio. Regresó a Roma,
donde el papa lo ordenó obispo.
Poco después, en el territorio de Hesse,
fundaba el convento de Fritzlar. En el año 725 volvió a dirigirse a Turingia y,
continuando su obra misionera, fundó el monasterio de Ordruf. Presidió un
concilio donde se encontraba Carlomán, hijo de Carlos Martel y tío de
Carlomagno, quien lo apoyó en su empresa. En el año 737, otra vez en Roma, el
papa lo elevó a la dignidad de arzobispo de Maguncia. Prosiguió su misión
evangelizadora y se unieron a él gran cantidad de colaboradores.
También llegaron desde Inglaterra mujeres para
contribuir a la conversión del país alemán, emparentado racialmente con el suyo.
Entre éstas se destacaron santa Tecla, santa Walburga y una prima de Bonifacio,
santa Lioba. Este es el origen de los conventos de mujeres. Prosiguió fundando
monasterios y celebrando sínodos, tanto en Alemania como en Francia, a
consecuencia de lo cual ambas quedaron íntimamente unidas a Roma.
El anciano predicador había llegado a los
ochenta años. Deseaba regresar a Frisia (la actual Holanda). Tenía noticias de
que los convertidos habían apostatado. Cincuenta y dos compañeros fueron con él.
Atravesaron muchos canales, hasta penetrar en el corazón del territorio. Al
desembarcar cerca de Dochum, miles de habitantes de Frisia fueron bautizados. El
día de pentecostés debían recibir el sacramento de la confirmación.
Bonifacio se encontraba leyendo, cuando escuchó
el rumor de gente que se acercaba. Salió de su tienda creyendo que serían los
recién convertidos, pero lo que vio fue una turba armada con evidente
determinación de matarlo.
Los misioneros fueron atacados con lanzas y
espadas. “Dios salvará nuestras almas”, grito Bonifacio. Uno de los malhechores
se arrojó sobre el anciano arzobispo, quien levantó maquinalmente el libro del
evangelio que llevaba en la mano, para protegerse. La espada partió el libro y
la cabeza del misionero. Era el 5 de junio del año 754.
El sepulcro de san Bonifacio se halla en Fulda,
en el monasterio que él fundó. Se lo representa con un hacha y una encina
derribada a sus pies, en recuerdo del árbol que los gentiles adoraban como
sagrado y que Bonifacio abatió en Hesse. Es el apóstol de Alemania y el
patriarca de los católicos de ese país.
Otros
Santos cuya fiesta se celebra hoy
Sancho,
Florencio, Julián, Ciriaco, Marcelino, Nicanor, Faustino, Apolonio, Marciano,
Zenaida, Ciria, Valeria, Marcia, Doroteo, Claudio, Adalaro, Lupercio, mártires;
Eutiquio, obispo; Doroteo, presbítero; Félix, monje; beato Fernando de
Portugal.