29 mayo, 2013

Santa Hilda de Whitby

 
Oh, Santa Hilda de Whitby, vos, sois
la hija del Dios de la vida, y su amada
santa, que bautizada fuisteis por el
obispo Paulinus, junto a San Agustín
de Canterbury, y más tarde monja ya,
las ideas originales de monasticismo
seguisteis al pie de la letra. Los bienes
materiales, de todos eran y más, los
cristianos valores, práctica mayor, eran
en el otro, amén de la paz y la caridad,
que se recogían del estudio de la Biblia
y de hacer obras de bien. Vos, teníais,
gran energía y erais audaz y eficaz
administradora y sobre todo maestra.
Ganasteis que os llamaran sabia y que,
reyes, príncipes y obispos buscasen
vuestra ayuda. Os preocupabais de
de gente sencilla, pues por ellos, vino
Nuestro Señor Jesús. Raras veces,
mostrabais carácter fuerte, pero, que
a la vez afecto inspiraba. “Todos aquellos
que la conocían la llamaban “madre”,
por su gran devoción y gracia“. Decían
así, las gentes que os conocían. Voló
vuestra alma al cielo, luego de recibir el
el “viaticum”, y sonaron las campanas
del monasterio, como muestra de vuestro
arribo al cielo añorado desde siempre,
para coronada ser corona de luz eterna;
Oh, Santa Hilda de Whitby, “amor y fe”.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Mayo
Santa Hilda de Whitby (Ilda)
Abadesa.
 
No se sabe el lugar de nacimiento de Hilda, pero de acuerdo a Beda el Venerable fue en el año 614. Ella fue la segunda hija de Hereric, sobrino de Edwin de Northumbria, y su esposa Breguswita. Su hermana mayor, Hereswita, se casó con Ethelric, hermano del rey Anna de Anglia Oriental. Cuando era apenas una bebe su padre fue envenenado mientras pasaba su exilio en la corte del rey de Elmet (en lo que hoy en día es West Yorkshire). Se asume que ella creció en la corte de Ediwn en Northumbria.
 
En 627 el rey Edwin de Northumbria fue bautizado durante la Pascua junto a toda su corte, la cual incluía a Hilda, en una pequeña capilla de madera construida especialmente para la ocasión, cerca de lo que hoy en día es la Catedral de York Minster.
 
La ceremonia fue oficiada por el monje-obispo Paulinus, quien había venido desde Roma junto a San Agustín de Canterbury. Luego acompaño a Ethelburga, una princesa cristiana, cuando ella regreso a Kent para casarse con Edwin.
 
Hilda como monja
 
No se sabe dónde fue que Hilda empezó su vida como monja, excepto que fue al norte de las orillas del río Wear. Aquí, con unos cuantos compañeros aprendieron las tradiciones del monasticismo del Cristianismo Celta el cual San Aidan había traído desde Iona. Después de un año San Aidan nombró a Hilda como la segunda Abadesa de Hartlepool. No quedan rastros de esta abadía pero el cementerio monástico se ha encontrado cerca de la presente Iglesia de Santa Hilda.En 657 Hilda fundo un nuevo monasterio en Whitby (en ese entonces conocida como Streonshalh), donde permaneció el resto de su vida hasta su muerte en 680.

Vida monástica en Whitby
 
En el acantilado oriental de Whitby se levantan las impresionantes ruinas de un abadía benedictina del siglo XII. Este, sin embargo, no fue el edificio que Hilda conoció. Evidencia arqueológica muestra que el monasterio era en estilo celta con sus miembros viviendo en pequeñas casas para dos o tres personas. La tradición de monasterios dobles, como los de Hartlepool y Whitby, era para que hombres y mujeres vivieran separadamente pero que pudieran rezar juntos en misa.
 
No se sabe donde exactamente la iglesia monástica de Hilda se levantó, tampoco sabemos cuantos monjes y monjas vivían en Whitby. Lo que Beda nos cuenta es que las ideas originales de monasticismo eran estrictamente seguidas en la abadía de Hilda. Todas las propiedades y bienes eran de propiedad común, los valores cristianos eran ejercidos, especialmente paz y caridad, todos tenían que estudiar la Biblia y hacer obras de caridad.
 
Cinco hombres del monasterio se convirtieron en obispos y uno fue venerado como santo, San Juan de Beverley.
La Reina Eanfleda de Deira, y su hija Alfleda se convirtieron en monjas y juntas fueron abadesas de Whitby después de la muerte de Hilda.
 
Carácter de Santa Hilda
 
Beda describe a Hilda como una mujer de gran energía quien era una audaz y eficaz administradora y maestra. Ella se ganó una reputación de sabiduría, que incluso reyes, príncipes y obispos buscaban su ayuda, pero también se preocupaba por la gente ordinaria como Caedmon, un pastor y bardo religioso. Aunque Hilda tenía un carácter fuerte ella también inspiraba afecto. Beda dijo “Todos aquellos que la conocían la llamaban madre por su gran devoción y gracia“.
 
Muerte de Santa Hilda
 
Hilda sufrió de una fiebre los últimos seis años de su vida, pero continuó trabajando hasta su muerte en el 680, en lo que entonces era una edad muy avanzada de sesenta y seis. En su último año ella fundo otro monasterio, a 14 millas de Whitby, en Hackness. Ella murió después de recibir el viaticum, y según la leyenda, en el momento de su muerte las campanas del monasterio en Hackness sonaron.