11 agosto, 2016

Santa Clara de Asís





¡Oh!, Santa Clara de Asís, vos, sois la hija del Dios de la vida y
su amada santa, que os consagrasteis a los dieciocho años a
Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro, haciéndoos los cabellos
cortar y vistiendo hábito franciscano. Una vida de pobreza
abrazasteis, renunciando al mundo material y prometiendo
nada poseer, cosa que cumplisteis. Así, iniciasteis la Segunda
Orden Franciscana, llamada: “Las Damas Pobres o Clarisas”,
en la Porciúncula, aquella santa iglesia por vuestro mentor
restaurada, para de limosnas o el “privilegioum paupertatis”
vivir. El ideal de San Francisco, en práctica pusisteis acompañado
por un grupo de mujeres de Asís y más tarde, de toda Italia.
Cuarenta y tres años vivisteis sin salir del convento. En vida
pudisteis ver como vuestra orden se extendía por España,
Bohemia, Francia e Inglaterra. Dos veces lograsteis hacer
huir a los sarracenos, alistados en el ejército de Federico
segundo, con solo mostrarles la custodia con el Santísimo
Sacramento del Altar. Además, exhortabais a vuestras santas
hermanas a la oración, inclusive inmovilizada estando a
causa de vuestros continuos dolores. Y, así, voló vuestra
alma al cielo, para corona de luz recibir, como premio justo
a vuestra entrega de amor, fe, y humildad. “Vete en paz ya
que has seguido el buen camino; vete confiada, ya que tu
creador te ha santificado, custodiado incesantemente y
amado con la ternura de una madre con su hijo”. “Oh Dios,
bendito seas por haberme creado”. “Yo, Clara, sierva de Cristo,
pequeña planta de nuestro Padre Francisco”. ¡Aleluya! ¡Aleluya!.
¡oh!, Santa Clara de Asís, “vivo amor y fe por el Dios de la vida”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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11 de Julio
Santa Clara de Asís

Estas palabras resumen la vida y espíritu de Clara:

“Yo, Clara, sierva de Cristo, pequeña planta de nuestro Padre Francisco”

“Seguir a Cristo tras las huellas de San Francisco en pobreza, humildad y caridad. Nadie ha realizado jamás con mayor plenitud el ideal concebido por un hombre como esta mujer” (Joergensen).

Su vida

Nació en Asís en 1194, poco se conoce de su infancia y adolescencia. A los 18 años se consagró a Cristo haciéndose cortar los cabellos y vistiendo el sayo oscuro de la orden de San Francisco que se había convertido para ella desde 1208 en el “loco, cuyas palabras le parecían inflamadas y sus obras sobrehumanas”. Después de lo cual inició una vida de pobreza radical, renunciando a todo lo que tenia y prometiendo vivir sin poseer nada. Comenzaba así la Segunda Orden Franciscana: Las Damas Pobres o Clarisas. Esto sucedía en Santa María de los Angeles (Porciúncula), la iglesia restaurada por San Francisco. En 1228 obtenía del Papa el “privilegioum paupertatis” de vivir totalmente de limosnas.

El ideal de San Francisco lo realizaba Clara y un grupo de mujeres de Asís y de toda Italia. Cuarenta y tres años vivió Clara este ideal sin salir del convento. En vida pudo ver como su orden se extendía por España (43 conventos en el siglo XIII, Bohemia, Francia, Inglaterra). Dos veces logró hacer huir a los sarracenos, alistados en el ejército de Federico II, con solo mostrarles desde la ventana del dormitorio la custodia con el Santísimo Sacramento (1240), o exhortando a las hermanas a la oración, estando totalmente inmovilizada a causa de sus continuos dolores.

Murió en San Damián, a las afueras de Asís, el 11 de Agosto de 1253. Fue canonizada solo dos años después por Alejandro IV. Dejó cuatro cartas, la Regla y el testamento. “Vete en paz ya que has seguido el buen camino; vete confiada, ya que tu creador te ha santificado, custodiado incesantemente y amado con la ternura de una madre con su hijo”. “Oh Dios, bendito seas por haberme creado”. Estas fueron las últimas palabras de una gran mística llena de alegría y de amor a Dios y a los hombres. Fiesta, 11 de Agosto.

(http://www.ewtn.com/padrepio/sp/franciscan/Sta_clara.htm)