15 febrero, 2016

Santos Faustino y Jovita

 


¡Oh!, Santos Faustino y Jovita, sois, vosotros,
los hijos del Dios de la vida y sus amados santos.
Hermanos de sangre, pero, más, hermanos en la fe,
pues en vuestra niñez, mostrabais ya, modestia,
virtud y unión, todos enrumbados hacia el amor
de Dios. Vos, Faustino, sacerdote ordenado fuisteis,
y, Jovita, vuestra hermana, de diácono. Y, así, ambos,
armados de fe, os lanzasteis al mundo de entonces,
frutos admirables logrando, en vuestro ministerio
hasta que, el averno, seducirlos quiso, para que, a
falsos dioses adoraseis. Vosotros, nunca cedisteis
jamás y derretisteis al sol, que estatua estaba hecho,
con solo vuestra oración. Luego hambrientas fieras
os echaron y ellas a vuestros pies se posaron y más
bien, a los infieles atacaron hasta matarlos. Vuestros
verdugos, desesperados os pasearon por media
Italia, haciéndolos padecer tormentos varios. Pero,
vos y vuestra hermana, firmes en vuestra fe seguisteis
y os devolvieron a vuestra patria, donde degollados
fueron. Y, de ésta manera, vuestras almas vuelo
alzaron al cielo, para coronadas ser con corona de luz
y como justo premio a vuestra grande entrega de amor;
¡Oh!, Faustino y Jovita, “vivos mártires del amor de Dios”.

 
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Febrero
Santos Faustino y Jovita
Mártires
(+ 122)



Los Santos Faustino y Jovita, hermanos, nacieron en Brescia, ciudad de Lombardia, y desde niños fueron modestos, virtuosos y unidos entre sí con vínculos de caridad. A Faustino, que era el mayor, ordenó de sacerdote Apolonio, obispo de aquella ciudad, y a Jovita de diácono. Comenzaron a ejercitar su sagrado ministerio con tanto aprovechamiento, que muchos gentiles se convirtieron a nuestra santa fe.


Llegó esto a noticia del emperador Adriano, el cual dio comisión a Itálico para que procediese contra los santos hermanos. Procuró aquél por todos los medios que adorasen a los falsos dioses, y viendo que los Santos no le hacían caso, esperó que llegase el emperador, el cual los mandó llevar delante de una estatua del Sol, y con la oración que hicieron los Santos se deshizo y resolvió en ceniza. Enfurecido Adriano, los hizo echar a las fieras; mas éstas se arrojaron a sus pies como corderos y despedazaron a muchos de los infieles.


Después de haber llevado a los Santos a diferentes ciudades de Italia y hécholes padecer varios tormentos, los volvieron a su patria, y allí fueron degollados el día 15 de Febrero año 122.