¡Oh!, San Félix de Nola, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo y que, con amor os abrazasteis a la Cruz
de Cristo, para su soldado por siempre ser. Y, grande debió
ser vuestra obra, para que, a vos os rindieran homenajes
otros santos. Padecisteis las persecuciones por Decio
y Valeriano, pero, san Paulino, gran poeta y obispo de Nola,
vuestra biografía escribió y os tuvo, como santo protector.
También lo hicieron Beda, san Agustín y san Gregorio Turonense,
tanto que, san Dámaso Papa, os dedicó un vívido poema. El
impío Decio, para destruir la Iglesia, ordenó apresar
y procesar a los obispos, presbíteros y diáconos, y entonces,
Máximo, Obispo, en las montañas de los Apeninos se refugió,
y como vos, presbítero erais, en la ciudad os quedasteis
a cargo de vuestros fieles, para cuidarlos y protegerlos.
Y, mientras vuestro Obispo, en las montañas refugiado estaba,
hambre, frío, dolor y tristeza padeciendo; vos, amor, caridad
y lealtad le demostrasteis, socorriéndole y sorteando graves
peligros y riesgos de la persecución de vuestro tiempo. Así,
tamaña fue vuestra humildad, que os negasteis a reemplazar
a Máximo y, preferisteis quedaros como presbítero, para continuar
evangelizando a vuestra grey. Hasta que, un día, arrestado fuisteis
y conducido a la cárcel, atándoos con cadenas, permaneciendo así,
varios meses. Mientras tanto, Máximo, vuestro obispo, fallecía
en las montañas, os pidieron ser su obispo, pero volvisteis
a negaros, y, un tiempo más, vuestra alma voló al cielo, luego
de haberla gastado en buena lid, para corona de luz recibir,
como premio justo a vuestra entrega de grande amor y fidelidad;
¡oh!, San Félix de Nola, “vivo amor y fidelidad al Dios Vivo y eterno ”.
© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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14 de Enero
San Felix de Nola
San Felix de Nola fue un obispo romano que padeció las persecuciones de los emperadores romanos Decio y Valeriano, por lo que es venerado como confesor de la fe y mártir, aunque no murió de manera violenta.
Lo que se conoce de este santo proviene de la biografía elaborada a fines del siglo IV por el Obispo de Nola de ese entonces, San Paulino, quien además lo tuvo como su santo protector. También escribieron sobre él Beda el Venerable, San Agustín y Gregorio Turonense.
A partir de estas fuentes se sabe que nació en Nola (hoy territorio de Italia) en el siglo III y que fue hijo de un noble sirio. Abrazó el servicio apostólico desde muy joven, distribuyó su herencia entre los pobres al morir su padre y luego fue ordenado sacerdote por el Obispo de Nola de ese entonces, San Máximo.
Durante las persecuciones fue encarcelado y, según la leyenda, liberado por un ángel. Habiendo sobrevivido a la furia desatada por el emperador Decio, Félix se vio nuevamente amenazado, junto con toda su comunidad, por las disposiciones que dictó el emperador Valeriano contra los cristianos, entre los años 256 y 257.
Al morir el Obispo Máximo los cristianos de Nola quisieron que Félix ocupara la silla episcopal, pero él rehusó tal dignidad, prefiriendo continuar su misión evangelizadora como presbítero.
Murió el 14 de enero, se cree que del año 260. Fue enterrado en Nola y su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación. En Roma le fue consagrada una basílica.
(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-san-felix-de-nola-martir-24368)