28 febrero, 2014

San Osvaldo de Worchester


Oh, San Osvaldo de Worchester, vos,
sois el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y además, benedictino monje, que,
con San Dunstan, monásticos ideales
compartisteis y, a su tiempo, nombrado
obispo, el cabildo de la iglesia catedral,
en “comunidad monástica” lo convertisteis,
tanto que, monasterios fundasteis y,
siempre os mostrabais amable, cortés
y alegre, motivo por el que, vuestro pueblo
os amaba, por ser como erais. Y, en verdad,
la humildad de santo llevabais siempre
pues, mientras los pies a doce pobres
lavabais, y, luego de sentaros con ellos
a la mesa, voló, vuestra alma al cielo, para,
justo premio recibir: coronado ser con
corona de luz, como justo premio a vuestra
entrega de amor, fidelidad y constancia;
oh, San Osvaldo de Worchester, “fe y luz”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28 (29) de febrero
San Osvaldo de Worchester
Obispo


Martirologio Romano: En Worchester, en Inglaterra, san Osvaldo, obispo, que fue primero canónigo y después monje, presidió las sedes de Worchester y de York, introdujo en muchos monasterios la Regla de san Benito, siendo un maestro benigno, alegre y docto (992).

En los años bisiestos se celebra el día 29 en lugar del 28.

Hijo de padres daneses, se hizo monje benedictino en el monasterio de Fleury, en Francia, y posteriormente recibió la ordenación sacerdotal en Inglaterra en el año 959. Por recomendación de san Dunstan, con quien san Osvaldo compartía los ideales monásticos, fue nombrado obispo de Worcester en el año 961, donde convirtió el cabildo de la iglesia catedral en una comunidad monástica, fundó también otros dos monasterios en Westbury-on-Trym, cerca de Bristol, y el más influyente de Ramsey, para el cual obtuvo que el monasterio de Fleury le “prestara” a san Abón, como maestro.
 
Cuando fue nombrado arzobispo de York, se le permitió mantener también la diócesis de Worchester. En la reacción anti monástica que siguió a la muerte de san Eduardo mártir, las comunidades monásticas se dispersaron temporalmente. Tenía como características personales la amabilidad, la cortesía y la alegría, que lo hicieron ser muy amado por el pueblo.
 
Murió en Worcester el 28 de febrero del 992 después de lavar los pies a doce pobres y de sentarse con ellos a la mesa. Su cuerpo fue trasladado a un sepulcro nuevo por san Wulfstano, también obispo de Worchester desde 1062 hasta 1095.